Firmas
El Santander vive a un tiempo el día y la noche en su aventura del Banco Popular
Miguel Durán, el autor de este artículo, es el socio director de Durán & Durán Abogados. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
21/2/2020 11:28
|
Actualizado: 21/2/2020 11:28
|
La única posibilidad de vivir una situación parecida a lo que planteo en el título de este artículo sería acercarse al Polo Norte y vivir la aurora boreal, pero nuestro lenguaje coloquial afirma que algo es de aurora boreal cuando parece prácticamente imposible.
Y es justamente esta la situación en la que se desenvuelve el Banco Santander después de su increíble aventura con la compra (otros dicen apropiación) por un euro del Banco Popular, y me explico.
El Banco Santander está defendiendo en dos jurisdicciones distintas dos posiciones también diferentes pero respecto de una misma realidad.
En la jurisdicción social está interponiendo -y, por cierto, hasta el presente, ganando- demandas contra los exdirectivos del Banco Popular en las que les discute la percepción de los bonus que tales directivos cobraron.
Banco Santander discute y pide la devolución de dichas percepciones de éxito basándose en que las cuentas del Banco Popular aprobadas por aquellos directivos no respondían a la realidad contable de la entidad, sino que,
por el contrario, contenían inexactitudes (falsedades) que motivaron una discordancia absoluta entre tales cuentas y las ratios de estabilidad mínimos que eran exigibles.
Todo ello, sigue sosteniendo el Banco Santander frente a los anteriores directivos del Banco Popular, habría sido la causa determinante de la caída del Banco y de todo lo que después sobrevino.
Sin embargo, cuando el Banco Santander tiene que enfrentar los miles y miles de pleitos interpuestos por los inversores que fueron objeto del expolio que representó este desdichado acontecimiento financiero de 2017 en España, alega ante los jueces de lo civil que las cuentas eran perfectas y que la caída del Banco sólo tuvo que ver y exclusivamente respondió a la fuga de depósitos producida en los últimos meses, esto es, ya en la Presidencia arrebatada por Emilio Saracho a Ángel Ron.
Como se ve (y sin entrar en detalles contables que no es el caso de especificar aquí) el Banco Santander está sosteniendo en un increíble ejercicio de esquizofrenia – quizás de bipolaridad-, dos argumentos absolutamente antitéticos: de un lado, frente a los directivos del Banco Popular, dice que falsearon las cuentas; de otro, frente a quienes fueron desposeídos de todo su patrimonio, o sea, los inversores del Banco Popular, les está diciendo a los jueces de lo Civil en sus contestaciones a las demandas que las cuentas eran perfectas y que si el Banco cayó en sus manos fue por la repentina huida de depósitos producida a partir de la entrada a la presidencia del Sr. Saracho.
¿Hay quien dé más?
Más no, pero parecido quizá lo podemos encontrar en el lenguaje político cuando, por ejemplo, un partido está en la oposición y sostiene una argumentación equis, y luego, cuando llega al Gobierno, sostiene la contraria.
También es cierto que los hay (políticos) que son capaces de sostener una cosa y su contraria cuando gobiernan.
Pero volviendo al caso que nos ocupa, pongo a disposición de quienes interés tengan en la materia, una reveladora sentencia del Juzgado de lo Social número 30 de Madrid en la que se le da la razón al Banco Santander frente a un ex directivo del Banco Popular porque su Señoría Ilustrísima acoge el argumento de dicho Banco, consistente en que ese directivo formó parte del conjunto de los que falseaban las cuentas.
Y también pongo a disposición de quien lo desee contestaciones del Banco que preside la Sra. Botín frente a demandas de inversores del Banco Popular en las que sostiene que las cuentas eran perfectas, que todo estaba bien y que por no se sabe qué factores se produjo una fuga masiva de depósitos que dio con los huesos del Banco Popular y con el dinero de sus inversores en las amables y receptivas manos del Banco Santander.
Si hay algún psiquiatra entre los lectores de Confilegal yo le aporto los contenidos jurídicos, pero me encantaría que él (o ellos) me ayudaran a entender la bipolaridad, la esquizofrenia o lo que demonios sea esto del Banco Santander. Bueno, me olvidaba de que las personas jurídicas sí tienen -o pueden tener en algunos casos- responsabilidad penal, pero no está demostrado aún que tengan siempre honestidad institucional.
Como estas páginas son leídas por muchos juristas infinitamente más preparados que yo, entre los que destaco a jueces y magistrados, invito a que no tengan reparo alguno en profundizar sobre lo que estoy planteando, así que me pongo a vuestra total y entera disposición.
Otras Columnas por Miguel Durán:
