Los consumidores vetarán a aquellas marcas que no sean solidarias o actúen mal durante la crisis del Covid-19, según un estudio
El estudio analiza el impacto actitudinal ante el estado de alarma.

Los consumidores vetarán a aquellas marcas que no sean solidarias o actúen mal durante la crisis del Covid-19, según un estudio

La reducción de la factura de la luz es una de las medidas esperadas por los ciudadanos

En medio de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 muchos ciudadanos llevan semanas pensando qué harán cuando acabe el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus. Avisan. Tomarán nota de las decisiones de las empresas durante esta crisis y vetarán a aquellas que no han sido solidarias con la sociedad o con sus trabajadores.

Así lo revela el estudio ‘COVID-19: Primer impacto actitudinal ante el estado de alarma contra el coronavirus’, realizado por el Grupo Análisis e Investigación, en colaboración con Estudio de Comunicación y Villafañe y Asociados.

El estudio identifica cuatro perfiles diferentes, de distintos segmentos de edad y sexo. Jóvenes entre 19 y 25 años,  parejas sin hijos entre 29 y 40 años, familias entre 38 y 50 años y ‘nidos vacíos’ de personas entre 52 y 67 años de zonas geográficas como Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, A Coruña y Valencia, entre otras.

Cuando los encuestados son preguntados por sus hábitos de consumo cuando finalice la crisis sanitaria, los jóvenes creen que inicialmente comprarán en negocios pequeños por solidaridad, pero que más adelante solo algunos mantendrán este hábito, volviendo paulatinamente a los establecimientos grandes que antes frecuentaban.

En cambio, las parejas jóvenes se muestran más contundentes y manifiestan su intención de vetar a empresas que han tenido una mala actuación durante la crisis con sus trabajadores o en sus acciones y discursos externos.

Aunque esto no demuestra un cambio total de paradigma sí evidencia la intención de incorporar nuevas exigencias de responsabilidad solidaria a las marcas, cuya repercusión habrá que analizar en los próximos meses.

Asimismo, hay familias que defienden «un estilo de vida más consciente, de consumo minimalista y concienciado», con el objetivo de reducir el consumo y los residuos que generan. En línea con el movimiento ‘Waste Zero’. Los mayores, por su parte, se muestran más resistentes a los cambios.

La reducción de la factura de la luz, una medida esperada

Además, los consumidores penalizan la ausencia de comunicación o acciones de marca, las iniciativas poco generosas o la ausencia de ellas.

En este sentido, el estudio demuestra que hay una alta sensibilidad en cuanto a las acciones de comunicación de las compañías más representativas, especialmente las de capital social español.

Los consumidores esperan que se note que las empresas escuchan y apoyan a instituciones, empleados y clientes y que comunican de forma cercana, tranquilizadora, amigable y no excesivamente estridente.

En especial, se espera más de aquellas marcas que están más presentes en la vida cotidiana, como telefonía, servicios de suministros básicos o distribución.

Tienen buena acogida la iniciativa de las empresas de bebidas alcohólicas que han parado su producción para fabricar alcohol desinfectante, así como las que han cambiado su producción para fabricar material sanitario como batas, mascarillas, guantes , etc.

El sector que mayores críticas recibe es el de las eléctricas, pues la reducción en la factura de la luz es una medida esperada y considerada necesaria por los ciudadanos. No se justifica la “no actuación” por parte de las eléctricas, que van a ver aumentar sustancialmente sus beneficios con esta situación.

Humor para combatir la ansiedad del confinamiento

Entre las necesidades prioritarias, como es lógico, aparece la información y saber cómo progresa la pandemia, cómo sentirse implicado, cómo poder ser solidario y sumarse a acciones de ayuda y, entre las más destacadas, cómo ser capaz de mantener el humor.

El estudio detecta, además, que la información no sirve por sí sola para calmar la ansiedad, de hecho, en algunos casos la agrava por una saturación y la sensación de no saber qué va a ocurrir.

Para controlar esta situación, se buscan mecanismos de contención emocional.

Entre ellos, búsqueda de información de la situación global o desarrollo de rutinas de estudio o de ejercicio.

Curiosamente, el humor aparece como uno de estos mecanismos como «vía de escape» a la situación que se está viviendo, así como las ofertas de entretenimiento en medios de comunicación, internet y redes sociales.

Dosis soportables de información

En este escenario, los mayores aparecen como los más susceptibles y más necesitados de comunicación focalizada. A la vez los más vulnerables a los excesos emocionales, los enfados o la queja.

Respecto a las Administraciones, los encuestados esperan que luchen contra la crisis y tomen medidas acertadas y de los medios de comunicación recibir una información contrastada y veraz, en tono emocional neutro y en «dosis soportables».

El estudio se realizó entre los días 19 y 22 de marzo y se empleó una metodología cualitativa con videogrupos y grupos de ‘Whatsapp’.

En concreto, dos videogrupos de 9 participantes cada uno centrados principalmente en el rango más joven con una duración de 2,5 horas y otros dos grupos en móvil de 11 y 12 participantes cada uno durante tres días para el rango de mayor edad.

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