¿Apretará el juez García Castellón al exabogado de Podemos en el interrogatorio sobre el caso Dina?

Máxima expectación sobre el caso Dina, -pieza número diez de la macrocausa Tándem-, en el que el vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias, ha perdido la condición de perjudicado, e incluso, podría acabar imputado en relación al uso de la tarjeta del teléfono robado a su ex asesora, Dina Bousellham.

Acceder al contenido íntimo de esta tarjeta por parte de Iglesias, y devolverla a su legítima dueña meses después, más la denuncia de VOX por presunta estafa procesal, -entre otras calificaciones penales-, es un reproche social con el que carga el líder podemita a diario.

Pero hay otro actor clave en el caso Dina, sobre el que recae el foco  mediático nuevamente: el ex jefe jurídico de Podemos, José Manuel Calvente.

El titular del Juzgado Número 6 de la Audiencia Nacional que instruye este proceso, Manuel García Castellón, se la «juega», casi tanto como la permanencia de Messi en el Barcelona,

Este magistrado va a interrogar a Calvente, tras replantearse, «al parecer», una carta abierta sobre esta posibilidad a la que aludimos en Confilegal.

Bien hecho, señor Juez. La sociedad española se merece saber la verdad sobre el esperpento del caso Dina, especialmente, a raíz de las denuncias de Calvente.

Denuncias sobre la presunta «Caja B» de Podemos, la relación «sentimental» entre la abogada podemita, Marta Flor, con el fiscal anticorrupción, Ignacio Stampa, bajo el marco de una presunta revelación de secretos, además de tildar de «patraña» el caso Dina en su red social Twitter.

Calvente ha dejado hábilmente un reguero de pistas a García Castellón. Otra cosa es, que el magistrado interrogue al ex abogado de Podemos por goleada o pierda este encuentro mediático, y se limite a un «quiero y no puedo».

La tendencia para este interrogatorio es dejar en el banquillo de suplentes del terreno de juego a los fiscales anticorrupción del caso Dina, Ignacio Stampa y Miguel Serrano.

Así se les protege de la opinión pública, el fiscal jefe, Alejandro Luzón, coge el timón en el interrogatorio a Calvente, y se evitan miradas irónicas y más escandalosos titulares sobre la presencia de la letrada, Marta Flor, y el fiscal Stampa en esta trámite necesario, antes de imputar o no a Pablo Iglesias.

Este escenario, pareciera más una telenovela que el caso Dina.

A pesar del resto de vericuetos mediáticos y políticos que los ciudadanos no alcancen a comprender sobre un simple robo de un teléfono móvil a la ex asesora de Pablo Iglesias, fíjense, hasta dónde ha llegado esta pieza de Tándem. Ya es tarde para bajar el periscopio.

Pero, ¿apretará con ímpetu el magistrado García Castellón a Calvente sobre la presunta estafa procesal de Podemos en el caso Dina? ¿Interrogará a Calvente sobre la relación íntima abogada-fiscal y las consecuencias procesales para el caso Tándem?

¿Aportará Calvente todos los pantallazos, conversaciones, audios, fotos, para acreditar todo lo que ha venido denunciando por diferentes vías hasta la fecha? ¿Ó este interrogatorio será una hoja gris en el sumario de esta macrocausa?

¿Cuántos intereses aprietan a los actores del caso Dina?

No olviden el mantra podemita que sacude con fuerza, «al parecer», al abogado Calvente durante las últimas semanas: «Sí denuncias la relación abogada-fiscal, te cargas el caso Tándem», «Con lo que nos ha costado ser la acusación popular, ¿vas a hacer algo que favorezca al comisario Villarejo?».

¡Qué posición tan complicada¡ El escenario de un posible derrumbe de la macrocausa Tándem que investiga las actividades del comisario jubilado, José Manuel Villarejo, por la presunta mala praxis jurídica de Podemos como acusación popular.

Revelación de secretos, estafa procesal, vulneración de tutela judicial efectiva, podrían ser futuribles titulares para Tándem, que sin duda, apuntará con una profunda introspección, Villarejo, quien aguarda su momento para diseccionar en sede judicial estos acontecimientos inéditos, con los que jamás hubiera soñado, pero que se le brindan como oportunidad procesal gracias al espejo de las vanidades de Podemos.