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42º cumpleaños de la Constitución: Donde cabemos todos

42º cumpleaños de la Constitución: Donde cabemos todos
La procuradora Pilar Azorín, en su columna, valora lo que ha supuesto la Constitución para la convivencia de España en estos 42 años. Foto: ASPACE.
06/12/2020 06:48
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Actualizado: 06/12/2020 10:06
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La Constitución Española cumple hoy 42 años y lo vamos a conmemorar en medio de una terrible pandemia que nos está cambiando a todos (al menos a mí  y a muchos familiares y allegados). No sólo por la forma de relacionarnos, trabajar o disfrutar del no ocio, sino porque está provocando una revolución profunda en todos los sentidos.

Hay mucha gente que vive sola y tiene miedos. Hay mayores que viven aislados y en soledad. Hay familias separadas hasta no sabemos con certeza cuando.

Los españoles somos muy afectuosos y necesitamos sentir la piel del otro, y ya van casi 9 meses sin abrazos y sin apenas contactos.

Y en medio de todo esto, y a punto de celebrar el cumpleaños de nuestra Carta Magna, surge un grupo que piensa que la mitad sobra…, así de duro.

Recuerdo hoy especialmente el artículo 1.1 de la Carta Magna que, siempre, desde que lo leí por primera vez, lo he llevado en mi memoria: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.

¡Cómo me “enamoró” cada palabra de este artículo, a mí, que, con 18 años, me quería comer el mundo!

En esos momentos (1981-1986), el derecho era vivo.

Todo lo que estudiábamos estaba a diario en las noticias y yo me sentía la persona más afortunada del mundo. Me sentía parte de la historia, de mi historia.

Vienen a mi memoria, a lo largo de esos años el fallido golpe de Estado, el posterior juicio y la condena a los golpistas (máximas de 30 años de prisión).

Entramos en la Unión Europea, y tras un “OTAN de entrada, NO”, deciden que había que entrar en la OTAN (no pude votar por unos meses).

Y ahora recuerdo el terrible asesinato de Miguel Ángel Blanco y el “Espíritu de Ermua”,  que provocó uno de los mayores rechazos sociales al terrorismo de ETA.

En esos años UCD-PSOE-PP nos van gobernando con sus luces y sombras, con sus corrupciones, aciertos y desaciertos. Con broncas parlamentarias y momentos memorables.

Me permito un inciso: Los “procuradores en Cortes” que yo conocí de niña (vestidos todos con sus inmaculados chaqués) se han convertido hoy en una especie de “circo” donde nos hemos ido al lado opuesto.

No hay normas de vestimenta ni en el Congreso, ni en el Senado.

¿Y por qué?, le pregunté a una buena amiga senadora. La primera vez que vi a diputados y senadores con vestimentas tan, para mí, chocantes.

La respuesta que me dio fue que no hay normas porque nunca habían sido necesarias.

Y aquí, mirando mi profesión (la de procuradora), defiendo la dignidad de la toga, porque yo represento a mis clientes y se merecen que vaya vestida, de una forma digna.

Y los fines de semana me planto los vaqueros o unos buenos tacones.

La profesión cuando se elige, conlleva unas obligaciones o normas “no escritas” que se deberían cumplir (los cargos, tienen cargas).

Y terminando con la vestimenta de nuestros representantes, solo quiero terminar señalando que el ujier que les poner a los diputados y senadores sus vasos de agua cuando van a intervenir va impecablemente uniformado.

Hoy, en el cumpleaños de nuestra Constitución, quiero decir bien alto, que el pluralismo político del artículo 1.1 es el que permite (vaya paradoja) que haya partidos que quizás no quieren la Constitución, ni la unidad del país, que en esta misma norma se contempla (artículo 2. “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española”).

Hay muchas opiniones, y hay que respetarlas todas, aunque no se compartan, sin salirse de nuestras normas, de lo invocado en nuestra Carta Magna.

Y cuando se roza lo amoral, no se respetan las personas, y escuchamos un día tras otro insultos (a veces muy graves) en nuestro Parlamento, ¿cómo vamos a educar en valores a nuestros niños y jóvenes?

Para terminar, como he comenzado, tengo que decir que aquí, si sobra alguien, pues eso, que se marchen, pero bien lejos y nos dejen vivir en paz, que ya nos lo hemos ganado la mayoría de los españoles comportándonos de forma ejemplar durante esta pandemia.

Va por los que se dejan la piel y la vida defendiendo cada día los derechos de los mas desfavorecidos, de las mujeres, de los mayores, de los niños, de las personas discapacitadas.

¡Un brindis por nuestra Constitución!

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