«Con los clientes hay que ser claros en cuanto a los abonos y a las consultas», según Lacaci & Delgado
Adriana Delgado y Carlos Lacaci son los socios directores de Lacaci & Delgado Abogados, protagonistas de este artículo. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

«Con los clientes hay que ser claros en cuanto a los abonos y a las consultas», según Lacaci & Delgado

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14/2/2021 06:47
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Actualizado: 15/2/2021 13:06
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Carlos Lacaci y Adriana Delgado, los socios directores del despacho madrileño Lacaci & Delgado, consideran que «con los clientes hay que ser muy claros en dos cosas: en cuanto a los pagos y en cuanto a las consultas».

«Nosotros somos hipertransparentes en lo que se refiere a la cuestión económica. Para que el cliente sepa cuanto le va a costar el pleito y cuando tiene que hacer sus abonos. En la hoja de encargo, que firma antes de que comencemos a trabajar en su asunto, viene el coste cerrado, incluyendo un cálculo sobre desplazamientos y dietas», explica Carlos Lacaci.

«Hemos tenido noticias de que algunos compañeros esto lo dejan para más adelante. Es un error. Y una fuente de problemas, siempre», añade Adriana Delgado.

Según opina Lacaci, eso es, en parte, porque algunos de esos compañeros no tienen experiencia previa en el mundo de la empresa.

«Antes de abrir nuestro despacho, en 2011, yo trabajé mucho tiempo como consultor empresarial, desde los 22 años hasta los 36. Durante mucho tiempo me dediqué a negociar contratos entre empresas y con personas. Esta experiencia previa, sin duda alguna, ha teñido toda nuestra trayectoria, y es lógico. De ahí nuestra hipertransparencia en este campo», recalca el abogado, de 47 años.

CONSULTAS

Sobre las consultas de los clientes, Lacaci & Delgado también son tajantes. En muchas ocasiones, el cliente aprovecha la existencia de los teléfonos móviles para asaltar a su abogado mañana, tarde y noche, sin importar la hora ni el momento, con el fin de hacerle consultas, de comunicarle cosas o de, incluso, «darle órdenes».

En Lacaci & Delgado las cosas no funcionan así. En este sentido, son un referente.

«No estamos disponibles 24 horas al día, 365 días al año. Es imposible. Y no debe ser así. Al cliente hay que educarlo, hay que dejarle claro que va a estar atendido. Pero tenemos un horario de oficina, de 9 a 8 de lunes a jueves, y de 9 a 3 los viernes. Por supuesto, si se produce alguna emergencia, como una detención, estamos disponibles y vamos a asistirle», cuenta Adriana Delgado.

El problema, a veces, es que hay clientes que buscan más a un psicólogo o a un consejero que a un abogado. «En el caso de que requieran más tiempo del habitual tenemos bolsas por horas. Esto también lo tenemos claramente estipulado», añade Delgado.

Las cosas claras y el chocolate espero, como reza el dicho, se podría decir de la filosofía que inspira a este prestigioso despacho multidisciplinar especializado en derecho procesal penal y civil, extranjería, laboral y contencioso-administrativo y que componen un total de 5 abogados.

«ARTESANOS» DEL EJERCICIO DE LA ABOGACÍA

Cuando Carlos Lacaci abandonó su anterior ocupación de consultor empresarial e inició su andadura en la abogacía tuvo muy claro que quería disfrutar de su trabajo, de su oficio de abogado.

De ahí que no haya querido crecer y multiplicarse, aumentando el número de abogados y delegaciones en ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla o Bilbao, por citar algunas.

«Pretendemos seguir siendo artesanos del ejercicio de la abogacía. Si nos transformáramos en empresa yo, personalmente, perdería ese contacto con el cliente y con los casos. De eso fue de lo que huí cuando dejé de ser consultor» reconoce Lacaci, un apellido con reminiscencias histórica as y militares.

Su tío abuelo fue el capitán general de la Primera Región Militar, Guillermo Quintana Lacaci, quien, durante el golpe de Estado de 1982, permaneció fiel al Rey y a la Constitución y que dos años más tarde, en 1984, fue asesinado en plena calle por un comando de ETA.

Una relación de la que se siente muy orgulloso.

La marca Lacaci & Delgado Abogados existe desde 2014, cuando Carlos Lacaci fusionó su bufete con el de Adriana Delgado, su socia y pareja. Foto. Carlos Berbell/Confilegal.

UNA ESTRATEGIA DE MARKETING CLARA

Lacaci & Delgado tienen muy presente que el mundo de la abogacía ya no se mueve, como antiguamente, solo por el boca a boca. 

«Uno de cada tres clientes, alrededor del 33 por ciento, nos llegan a través de Internet. Por lo que leen sobre nosotros en redes sociales, por ejemplo. Somos muy activos en Linkedin, Facebook, Instagram y Twitter. También tenemos un Blog», cuenta Delgado.

Y no solo eso. Se han convertido en opiniones de autoridad y de referencia. Participan en debates televisivos, opinan en  programas de televisión y de radio sobre casos de actualidad.

Todo ello contribuye al reforzamiento de su marca y de su reputación. Lo que genera confianza, el «Santo Grial» de la abogacía. Si se posee la confianza del cliente la maquinaria funciona a la perfección.

«Últimamente nos han llegado clientes cuyos negocios se han visto afectados por la pandemia. El Supremo ha excluido la fuerza mayor por lo que la cosa va a desembocar en una responsabilidad patrimonial de la Administración», opina. «Van a ser procesos largo, como cuando ocurrió lo del aceite de colza. Se indemnizó a la gente, pero se tardaron muchos años», destaca Lacaci.

Ninguno de los progenitores de Lacaci ni de Delgado estaban relacionados con el derecho. El padre de Lacaci era empresario.

«Desde los 9 o 10 años», recuerda el abogado, «empecé a decir que quería ser fiscal para ir contra los malos. De hecho, iba a hacer oposición para fiscal, pero cuando estaba en tercero de carrera falleció mi madre de forma inesperada. Su muerte trastocó mi destino. Terminé la carrera y entré en el mundo empresarial, durante 14 años. Después abrí despacho, Carlos Lacaci Abogados y me dediqué a lo que es, de verdad, mi vocación. En 2016 conocí a Adriana y nos fusionamos, formando lo que somos hoy, Lacaci & Delgado Abagados».

Los padres de Delgado fueron arquitectos. Nada que ver tampoco con el mundo del derecho de forma directa, si bien su tío, Dionisio Martínez, exsocio de Garrigues, fue una influencia positiva para iniciarse en este mundo del derecho.

Para encontrar esta vocación que ambos comparten, entre otras muchas cosas.

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