Estrategia de sostenibilidad para la empleabilidad y el desarrollo de la carrera de la abogacía

La evolución económica y social marcada por desalentadores retos, pero también por inesperadas oportunidades exige una nueva visión estratégica para empresarios y para profesionales que requiere nuevos modelos de negocio y nuevas mentalidades.

Tanto lo uno como lo otro conduce a reflexionar sobre nuevas concepciones del talento, ese intangible que aporta el 80% de su valor para las empresas, y es el 100% de nuestra valía profesional.

Leí una definición de talento que venía a referir algo así como que el auténtico talento es el que es aplicado según qué circunstancias. Y ciertamente, suscribo dicha cuestión y lo denominaría como talento “esencial”.

Podemos disponer de un talento extraordinario para un sinfín de cuestiones, que se podrían traer al caso, pero si no opera en el contexto adecuado y, conforme a las circunstancias requeridas para la ocasión, no será capaz de aportar su valor.

Por tanto, el talento esencial, es el que demanden las necesidades competenciales del mercado conforme a las necesidades económicas y sociales de las realidades del mundo actual. Ese que será buscado, retenido y desarrollado en el marco de las empresas, y ese que nos permitirá detectar y captar oportunidades en el ámbito profesional individual.

El talento esencial, para los profesionales del derecho, tanto para el independiente, como para el profesional ‘in-company’, no es solamente el que podamos desplegar a modo reactivo y adaptativo a las circunstancias, sino que es el que nos permita gestionar nuestro propio talento lidiando los retos y capturando las oportunidades de nuestra propia carrera profesional.

Un estudio de Gi Group pone de manifiesto el incremento del valor de la sostenibilidad en la vida cotidiana y en la economía, habiéndose introducido en las empresas, a través de las políticas ESG -medioambiente, social, gobernanza-. La sostenibilidad se presenta así, como la oportunidad para liderar nuestras carreras profesionales.

Sostenibilidad no es solo cambio climático o economía circular, es derechos humanos y laborales, es buenas prácticas y cumplimiento normativo. Y significa impacto en el empleo y creación de nuevos puestos de trabajo, para nuevas dinámicas de mercado y nuevos modelos de negocio.

Profesionales de la sostenibilidad cuyo índice de empleo está creciendo y aún queda margen para crecer más, dentro y fuera de las fronteras nacionales. Para España, según Gi Group (datos de 2019), se contó con 531.000 empleos sostenibles y una tasa de crecimiento del 5,85%, figurando Madrid en el número 20 del ranking global. 

Covid-19 y empleo sostenible

Y tras la Covid-19 el foco en el ‘empleo sostenible’ ha adquirido una relevancia mayor aún, como vía de recuperación económica, apareciendo como una prioridad en los planes de acción de la Unión Europea abrazando la transformación ecológica y digital, y el modelo productivo. En España, en los próximos años, se podrían crear cerca de 1,13 millones de empleos sostenibles.

Los datos muestran que la demanda de unos específicos perfiles frente a otros varía según los sectores y las características locales, pero, frente a ello, el teletrabajo, también presente para los ‘empleos sostenibles’, ha abierto las puertas a nuevas oportunidades de carreras profesionales en el ámbito global -se prevén 24 millones de empleos nuevos en los ámbitos e sostenibilidad y medio ambiente, según las estimaciones de la OIT -Organización Internacional el Trabajo-, y el Foro Económico Mundial estima que a medio plazo, un 46% de trabajadores tendrán que cambiar su función actual adaptándose a una nueva realidad más sostenible y digitalizada -.

Según el informe de la UNIR (Universidad Internacional de la Rioja), los sectores que demandan distintos perfiles profesionales son el de las energías renovables y la agricultura ecológica, la economía circular y el eco-emprendimiento o el de la consultoría y la auditoría no financiera.

Lo anterior significa que capturar la demanda creciente y aprovechar las nuevas oportunidades conlleva, necesariamente, la adquisición de nuevas competencias y capacidades específicamente relacionadas con la sostenibilidad.

Victoria Ortega, presidenta del CGAE, en el webinar ‘El papel de los profesionales en la transformación: fondos de recuperación europeos’, organizado por el Banco Sabadell Professional, decía expresamente: “El concepto vertebrador de este fondo -Next Generation EU- es del de la transformación, que recoge el espíritu de toda una época de cambios sustanciales que encaja en la razón de ser de las profesiones colegiadas, y de su función en esta tarea de evolución en base a un conocimiento avanzado”.

En el marco del Fondo de Recuperación Europeo -el fondo Next Generation EU– cuyo objetivo es sentar las bases para una Europa más moderna y más sostenible, se presenta, para iniciar el camino de salida de la crisis, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español (PRTR).

Son cuatro las áreas impulsadas por el plan: la transición ecológica, la transformación digital, y la igualdad de género, y la cohesión social y territorial como ejes transversales clave.

El plan es esencial para la transformación y la modernización del tejido productivo -tanto para grandes como medianas y pequeñas empresas de distintos sectores-, y en este plan, la abogacía, junto con otros sectores profesionales tenemos un papel fundamental.

Los profesionales colegiados suponemos el 19% del tejido empresarial, y dentro de este, el 97% de los colegiados nos configuramos como microempresas, nos corresponde, por tanto, también, impulsar y concurrir, y ejecutar y controlar los proyectos y canalizar las ayudas del plan de recuperación -para y por nosotros, y para y por nuestros clientes y nuestras empresas.

El papel de los abogados en este entorno

La actuación de los profesionales del derecho, por nuestra especialidad, se presenta clara ante una frenética actividad regulatoria europea que se plasma en packs activos, cambiantes, en constante ajuste, y también la regulación española para esta transición verde, que pide implantación efectiva y segura.

Ante la exigencia de cumplimientos normativos sancionables, y buenas prácticas cuyo incumplimiento penaliza el propio mercado. Y ante en nuevas visiones y nuevas perspectivas en derechos humanos, laborales y sociales para una sociedad más justa, equitativa, diversa e inclusiva.

El rol de la abogacía se puede configurar determinante, por integral y transversal, cuando su aporte de valor en las compañías y empresas se completa con competencias y capacidades específicas relacionadas con la sostenibilidad, dando soporte, más allá del departamento jurídico, a funciones estratégicas y de cumplimiento legal y de reporting y relación con todas la partes interesadas, bien desde los propios consejos de administración y comités, o bien como profesionales de la sostenibilidad integrados en la propia estructura organizativa.

En el informe ‘Sostenibilidad en los Consejos y en la Alta Dirección: cómo se tratan los auntos ESG en la gran empresa española’, elaborado por WAS – Women Action Sustainability- y PwC, entre las diez claves para el impulso de la sostenibilidad en la empresa, se destaca que la función de sostenibilidad exige un perfil con especialización y con capacidad de actuar en clave estratégica y asumir otras funciones relacionadas, así como que la responsabilidad individual del perfil del profesional de la sostenibilidad debe liderar el impulso de la sostenibilidad y capacitarse y posicionar para ello.

Por su parte, la reciente guía ‘Skills strategies for a sustainble world of work’ de WBCSD -World Business Council for Sustainable Development-, GAN Gobal y PwC trata sobre las habilidades estratégicas para un mundo laboral sostenible que se deben adoptar en los departamentos de RRHH de las organizaciones para la captación y retención de talento, para asegurar el alineamiento de las nuevas habilidades y roles, y las nuevas estrategias sostenibles.

No cabe la menor dudad de que la sostenibilidad se ha convertido en el tema en cuestión en las mesas institucionales y de Gobierno, y en las de debate público y social, lo que está suponiendo la importancia de los perfiles relacionados con dicha materia, y por tanto, configurándose ésta, la sostenibilidad, como el core de los programas formativos y cualificaciones académicas, siendo puntera con alta tecnología y flexibilidad para los profesionales, ‘Exponential Education’.

Y más allá se está dotando de relevancia al profesionalismo en sostenibilidad, tomando posición acreditadoras y certificadoras de la profesión en ESG y Sotenibilidad, bajo estándares internacionales, destacando por su reconocimiento, la International Association for Sustainable Economy (IASE).

La nueva formación de la abogacía

Lo expuesto nos lleva a la consideración, en la abogacía, de ampliar y complementar conocimientos y habilidades, más allá de la propia técnica jurídica.

Esto no es un tema nuevo para una abogacía transformada y transformadora en la que venimos adquiriendo capacidades conforme a las exigencias digitales y tecnológicas, que nos adentramos cada día más en habilidades personas y sociales, tenemos mucho adelantado.

Ahora bien, nuestra condición de agentes sociales, de agentes claves del cambio, nos conduce a la responsabilidad de adquirir, también, conocimientos y habilidades propias de la materia sostenible, que además y por añadido, nos dotará de una ventaja competencial real, convirtiéndonos en profesionales de una abogacía resiliente y capaz de contribuir al crecimiento social y económico, con visión de futuro.

La ventaja competencial que nos ofrece la sostenibilidad a los profesionales del derecho, tanto para el inicio en la profesión como para la consolidación, se pone de manifiesto a distintos niveles:

– A nivel reputacional, proyectando una imagen que cada día es más reclamada a la hora de seleccionar un despacho o unos servicios profesionales, un despacho sostenible es sello de un despacho comprometido, responsable, transparente y sensible al progreso social y al cuidado del planeta.

– A nivel de servicio al cliente, si nuestro cliente es una empresa, nos permitirá entender un nuevo modelo de negocio que quiere permanecer sostenible en el tiempo, así como acompañarle en el camino del impulso su recuperación económica. Y si nuestro cliente es persona física, para comprender el reclamo de los valores de una nueva sociedad inquieta y comprometida.

– A nivel de desarrollo de carrera profesional en el marco de una organización, la sostenibilidad nos permitirá aportar un talento integral para un nuevo valor requerido, y consecuentemente escalar y ocupar nuevos puestos de responsabilidad y toma de decisiones.

En definitiva, la adquisición de conocimientos y habilidades en sostenibilidad nos va a permitir, a los abogados, desarrollar las estrategias necesarias para ampliar el valor de nuestros negocios profesionales y de las organizaciones en las que, y para las que, prestemos nuestros servicios.

El retorno de rentabilidad se presenta claro, a la vez que generamos un impacto positivo en las personas, en la sociedad y en el entorno, obteniendo también de ello un retorno en intangibles y también en tangibles.

Sin duda alguna, la sostenibilidad se presenta como una nueva oportunidad para liderar nuestras carreras profesionales en la abogacía.

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