Javier Rodríguez Zapatero: “ISDE va a ser una de las propuestas de mayor valor educativo en el mundo jurídico-tecnológico a nivel internacional”
El presidente de Digital Talent fue, durante 16 años, el hombre de Yahoo, primero, y de Google, después, en España. Javier Rodríguez Zapatero hoy capitanea uno de los grupos formativos más innovadores a nivel internacional. ISDE, en el sector legal, es su joya de la corona.

Javier Rodríguez Zapatero: “ISDE va a ser una de las propuestas de mayor valor educativo en el mundo jurídico-tecnológico a nivel internacional”

Es el presidente de Digital Talent, grupo internacional al que ISDE se unió la pasada primavera
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18/6/2021 06:50
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Actualizado: 18/6/2021 06:50
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No tiene nada que ver con el expediente del Gobierno, con el que comparte los mismos apellidos. Tiene 52 años. Para muchos es un «gurú» del futuro tecnológico que viene y que se está materializando a toda velocidad, espoleado por la pandemia.

Javier Rodríguez Zapatero, sin embargo, no está de acuerdo con esa descripción. «Sólo escucho a gente que ve las cosas antes que yo. Porque eso me ayuda a verlas a mí», explica.

Una visión que ha plasmado en su libro «Por una España Digital. Una hoja de ruta para que Estado y empresas den el salto a la economía digital». Además lo subtitula con un segundo sumario: «Todo lo que hay que hacer para que España deje atrás el siglo XX y se convierta en una potencia del siglo XXI».

Una visión que impregna su quehacer diario como presidente del grupo internacional Digital Talent, promovido por Magnum Capital y por su empresa, ISDI (Instituto Superior para el Desarrollo de Internet), al que recientemente se sumó el Instituto Superior de Derecho y Economía (ISDE).

Este cordobés, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, con postgrado en auditoria, comenzó su carrera en Procter & Gamble –»la mejor escuela de marketing– y luego continuó en Johnson &Johnson. Hasta desembocar en Yahoo, primero (entre 2000 y 2008), donde llegó a presidente de la compañía en España y vicepresidente para Europa, y Google después (entre 2008 y 2016), donde fue director general para España, Portugal y Turquía.

Fueron tiempos en los que, como «hombre Google», tenía acceso a las más altas instancias de nuestro país con un aviso de apenas pocos días. «Porque todos están interesados en saber en qué dirección va el mundo. Y Google está a la vanguardia», subraya, quitándole importancia a la cosa.

Rodríguez Zapatero dejó Google en 2016 para iniciar una nueva aventura personal, apostando plenamente todo su ser por su aventura personal, ISDE.

¿Cómo fue eso de bajarse de una gran compañía internacional y montarse algo por su cuenta? 

Yo siempre he sido muy intra emprendedor en todas las compañías en las que he estado. Siempre he estado inventando. Haciendo cosas nuevas. Buscando crear. Buscando innovar. Para mí, la educación ha sido siempre un ámbito que me ha encantado. Desde que empecé a trabajar.

Fundé ISDI a la vez que entraba en Google. Vi que había muy pocos profesionales en las compañías que abordaran una transformación digital que se venía encima.

Al final, Nacho de Pinedo, y yo –mi socio– pensamos que era mucho más rápido formar y preparar a los ejecutivos que ir evangelizando compañía a compañía.

De ahí surgió la idea que luego fue ampliándose. Como todo, surge en pequeño y luego vas queriendo llegar más lejos. Y hacerlo más grande. En el fondo de mí sabía que, en algún momento, tendría que dejar Google para dedicarme al ciento por ciento a esto, que también era mi sueño.

Es verdad que es difícil dejar una compañía que va como un tiro. Que está cambiando el mundo. Pero, por otro lado, es muy bonito convertirte en alguien que es respetado en el mundo tecnológico y al que ahora se ve de una manera más neutra.

Cuando estás en Google eres la persona de Google. Ahora que estoy en formación tengo que mirar las cosas desde todos los puntos de vista. Después vino Magnum y nació Digital Talent.

¿Por qué en un momento dado se interesó por ISDE? ¿Qué aporta ISDE a ISDI, a Digital Talent, en suma?

Bueno, los nombres son parecidos (se ríe abiertamente). En el momento en que entra Magnum en el capital de ISDI con la idea de hacer un grupo educativo en el que el factor de transversalidad sea la digitalización, empezamos a mirar compañías del sector educativo que estuvieran haciendo las cosas muy bien y que, de alguna manera les faltase lo que ISDI podía aportar.

Y ahí es cuando ISDE entra en el radar. ISDE es una escuela de negocios con grados universitarios que viene haciendo las cosas muy, muy  bien bajo la dirección de Juan José Sánchez Puig. Muy enfocada en el mundo jurídico. Que necesita mucho de digitalización.

Lo que hemos hecho, básicamente, es juntar a dos compañías híper complementarias. Nosotros no teníamos nada en el mundo legal. Estábamos solo en el mundo empresarial. Con ISDE entramos en el mundo legal de lleno.

ISDE con nosotros va a empezar a incorporar a su propia oferta informativa posibilidad de formar a sus alumnos en habilidades digitales que complementen mucho las habilidades jurídicas con las que ya salen.

Como dicen los americanos, es un “feed” perfecto.

«Necesitamos expertos en el campo legal que miren hacia delante. Que entiendan este mundo. Esos son los que van a ganar la partida. Porque van a estar más cerca de sus clientes y van a entender sus necesidades, Y van a saber darles respuesta»

El “planeta legal” español está formado, en total, por un millón de personas, entre abogados, procuradores, jueces, fiscales, funcionarios, profesores universitarios, estudiantes, etcétera. A muchos de ellos, cuando les hablo de “Blockchain”, de la Inteligencia Artificial, del “learning machine”, del Internet de las cosas y que todo eso y mucho más es un tsunami que se está aproximando a su isla a toda velocidad me miran con ojos de incredulidad. Un tsunami que va a obligar a regular casi todo nuestro mundo de nuevo. ¿Cómo se va a hacer esto?

Tampoco tengo la respuesta concreta porque no soy un experto en el ámbito legal. Al final uno va tocando todos los palos.

Lo que está claro es que ser capaces regular, poner orden en este mundo tan complejo, solo se consigue teniendo profesionales híper preparados.

Una de las razones por las que estamos trabajando con ISDE en el ámbito legal, y ya hemos lanzado un doble grado que viene acompañado con un máster en negocio digital, que es oficial americano, es porque pensamos que estos chavales que acaban con 22 años y que aprenden de derecho, hay que complementarlos haciendo que aprendan también tecnología.

Solo entendiendo este mundo eres capaz de poner sentido común, por una parte, y, por otra, dotarlo de un ámbito regulatorio que sea efectivo.

Cuando veo las reacciones defensivas que se producen, desde el punto de vista regulatorio al más alto nivel –en el ámbito europeo, con las multas–, me digo: ‘han llegado cinco años tarde y no han puesto los mimbres para tener un marco regulatorio que permita desarrollar un mercado único digital’.

Este tipo de cosas solo ocurren si tenemos personal jurídico preparado.

Suena a tremendista. 

Y no quiero serlo, pero muchas de las tareas que hoy están haciendo parte de los profesionales que hay en España en el ámbito jurídico las vas a hacer el “Blockchain” o la Inteligencia Artificial.

Necesitamos expertos en el campo legal que miren hacia delante. Que entiendan este mundo. Esos son los que van a ganar la partida. Porque van a estar más cerca de sus clientes y van a entender sus necesidades, Y van a saber darles respuesta.

Aquellos que trabajen en el ámbito legal del sector público y que sean capaces de asesorar convenientemente al poder legislativo para que esto se pueda regular con sentido.

Y no saquemos una ley de tasa Google que es anacrónica, individualista y no tiene sentido si no hay un acuerdo mundial, como ya ha empezado a ocurrir en el G7.

Todo este tipo de cosas solo se consigue con una profesión legal muy preparada en el mundo tecnológico. Y por eso es necesario meterlo.

¿Ese es su objetivo con ISDE? ¿Convertirlo en el mascarón de proa de Digital Talent en el sector educativo?

ISDE se va a convertir en una de las propuestas de mayor valor educativo en el mundo jurídico tecnológico a nivel internacional. Porque esto que estamos proyectando tampoco está ocurriendo en el mundo.

La ventaja que tenemos nosotros es que somos muy rápidos. Esa es otra característica que tenemos en ISDI y en ISDE. La velocidad a la que somos capaces de crear respuestas es espectacular.

Y eso es algo muy difícil de encontrar en el mundo educativo.

Es lo que dice usted en su libro: funcionar a velocidad de “start up”, de empresa emergente.

Claro, hemos tardado tres semanas en lanzar dos productos educativos como grupo, que cumplen esta misión. Y lo que viene va a ser mucho mayor.

«Por una España Digital», del que es autor Javier Rodríguez Zapatero, es un libro de obligada lectura para todo aquel interesado en saber por donde soplan los vientos del futuro.

Según usted, en 2030, va a haber 85 millones de puestos de trabajo menos y, por otra parte, van a crearse 135 millones de empleados nuevos. Es una burrada, si me permite la expresión.  

Es lo que ocurre cuando hay una revolución tecnológica de este calibre. Y es lo que estamos viendo ahora. Hay muchísimos perfiles de empleo que no se están cubriendo. Todos ellos relacionados con el área tecnológica.

Tenemos que empezar a reinventarnos. Estamos entrando en una época en la que aprender es algo que va a formar parte de nuestra vida. Esto de acabar de estudiar con el Máster no va a ser así.

Eso ocurre porque precisamente las habilidades se quedan obsoletas entre 4 y 5 años. Con lo cual, a los 4 o 5 años puede que te quedes sin el trabajo para el que te habías preparado. Y tendrás que hacer, lo que nosotros llamamos un pre “skilling”, es decir, acostumbrarte a cambiar de habilidades de manera natural.

Según usted, lo que viene es un nuevo orden mundial.

Estoy convencido.

Las dos revoluciones industriales anteriores fueron mucho más lentas y esta va a ser diferente. Mucho más rápida. En su libro usted afirma que en España no se está prestando atención a la educación. ¿Cuál es la solución para hacer que nuestros dirigentes políticos tomen conciencia de que la educación es la clave?

Tengo muy claro de que necesitamos un nuevo orden mundial. Este nuevo mundo no se va a regular con un marxismo o comunismo o por un capitalismo puro. Vamos a tener que encontrar un modelo en el que las diferencias que genera el crecimiento tecnológico, para aquellos que están en esa fiesta, con aquellos que no están, van a ser brutales.

Este mundo no se puede permitir el lujo de crecer de manera tan desigual, aunque en conjunto, y de media, la riqueza crezca.

La única manera de evitar esto, a medio y largo plazo, es fomentar un mundo con oportunidades para todo el mundo.

Yo no soy comunista ni socialista, pero sí tengo muy claro es que si en un ámbito hay que generar oportunidades para todo el mundo es en el educativo.

Básicamente, porque el talento que está preparado al final acaba generando riqueza. Acaba generando crecimiento económico que es el que luego, ya discutiremos como repartir.

¿Qué tiene que ocurrir con la educación, entonces? En su libro le dedica un capítulo: “Un pacto por la educación”.  

Así es. La educación, para mí, necesita un cambio radical. El libro, en algunos casos, no ha sido nada bien acogido por el sector educativo, que es bastante endogámico y bastante proteccionista.

Al final, lo que estoy diciendo es que hay que empezar a atacar el entorno educativo ya desde primaria, en el que tendría que cambiar el concepto de profesor de primaria, que, en el mundo anglosajón llaman el “key twelve”.

Desde mi punto de vista, tendría que ser un profesor que llevase muchos menos alumnos. Que no llevase más de doce alumnos. Que se convirtiese en un tutor, en una especie de “sherpa”, que va guiando a los alumnos para que puedan acceder a los mejores profesores que están en el mundo, a solo un “clic” de distancia.

Y para eso un profesor debe ser alguien que no es hoy en España. Debería ser alguien híper reconocido por la sociedad. Con un prestigio social ganado a pulso. Que entrar en el círculo docente de primaria fuera complicado y difícil y, además, vocacional.

Hay muchas soluciones para esto, desde el punto de vista de selección y de promoción interna y de remuneración. En el libro cuento cuanto cobra un profesor en Finlandia y cuánto cobra un profesor en Canadá, dos países que, para mí, son modelos. Al igual que Estonia.

La primaria debería cambiar radicalmente. Tiene que ser mucho más meritocrática.

Yo ahora estoy trabajando mucho en eso. He montado una asociación con Vodafone, con Caixa, con Teatro Real, con Google, para intentar concienciar a nuestros políticos de que hay que cambiar nuestro modelo educativo.

«El tiempo que vivimos representa una grandísima oportunidad. Ya se está viendo. De los 7.800 millones de personas que hay en el mundo, 5.800 están conectados a Internet. 800 millones han accedido en el último año»

¿Y la universidad?

También. La universidad hoy está pensada para los profesores y desde los profesores. Está obsoleta. Es endogámica y vive en una inercia de resistencia al cambio espectacular. ¿Por qué? Porque en el fondo los profesores universitarios tienen un estatus del que no quieren bajarse. Viven relativamente bien y no quieren cambiar esa situación.

La universidad debería estar mucho más pegada al mundo de la innovación, al mundo de la investigación y, en general, a la sociedad. Allí donde están ocurriendo las cosas que, de verdad, se necesitan.

Es otra institución que necesita un cambio radical. ¿Se puede hacer en España? No se puede si detrás no hay un respaldo jurídico, como un pacto de estado profundo, que tenga un carácter centralizado mayor.

Es muy complicado coordinar en este momento la educación cuando es competencia de 17 Comunidades Autónomas. No quiero decir que haya que quitarlas. Simplemente que hay que buscar una manera de dar al Estado español un pacto educativo que pueda hacer todos estos cambios.

Y para que ocurra hay que convencer a la sociedad civil de que es necesario.

Si hoy leemos las principales preocupaciones que hay en el CIS, la educación no sale. Nunca sale la educación. Para mí es la oportunidad a largo plazo más importante. Si la acometemos hoy eso nos permitiría, dentro de 15 años, tener una sociedad súper avanzada que entienda cómo moverse en este mundo.

Algo que ya están haciendo los finlandeses, los canadienses, los estonios y los surcoreanos.

Lo que aquí no estamos haciendo.

Usted entiende la palabra crisis como los chinos, en sus dos sentidos, crisis y oportunidad, ¿no es así?

Siempre lo he entendido así.

¿La pandemia, por lo tanto, ha sido una oportunidad?

Es una desgracia, porque estamos hablando de muchos millones de muertos. Es también una cura de humildad para el ser humano, que ha llegado a creerse inmortal, como consecuencia del avance tecnológico.

Pero dejando de lado todas las consideraciones humanísticas y filosóficas, el tiempo que vivimos representa una grandísima oportunidad. Ya se está viendo.

Se ha visto lo que ha pasado con las grandes tecnológicas este último año que en año y medio han duplicado su valor en bolsa. Y es lógico. De los 7.800 millones de personas que hay en el mundo, 5.800 están conectados a Internet. 800 millones han accedido en el último año.

Ya eran las compañías más valiosas del mundo antes. Las cinco primeras tecnológicas americanas estaban valoradas en bolsa en cuatro trillones de dólares hace año y medio. Ahora están por encima de los siete trillones.

El mercado está dando el valor que tiene a este cambio de ciclo, que se está concentrando en las grandes tecnológicas.

¿Por qué? Porque esta pandemia ha puesto de relevancia la importancia el mundo digital como factor de generación de crecimiento económico y, por supuesto, de empleo.

Los fondos que la Unión Europea ha asignado a España son 140.000 millones de euros. Son fondos para la digitalización. ¿Cree usted que nuestro país está preparado para darle salida?

Esta pregunta me la hago todos los días. La verdad es que no tengo una respuesta porque no me quiero poner en plan pesimista diciendo que cuando hemos tenido 5.000 millones de euros no hemos sido capaces de ejecutarlos.

Ahora, cuando tengamos 140.000 millones de euros, de los cuales 70.000 millones son de ayuda directa y 70.000 millones van a ser vía préstamos, ¿vamos a ser capaces de ejecutarlos en el plazo de tres años?

Tenemos tres años para ejecutar esta cantidad ingente de dinero, que no es solo digitalización. En el fondo es dinero destinado a un cambio de modelo productivo, que hay más cosas que la digitalización.

La digitalización juega un papel fundamental. La digitalización, además, tiene varios componentes. España es uno de los países de Europa con un índice de capacitación más bajo.

Pasa como con el inglés. Cuando se decía, ¿cuáles son los países que peor hablan inglés? Los españoles y los griegos. Pues lo mismo nos pasa con la digitalización.

A eso solo se van a destinar 17.000 millones de euros.

¿Seremos capaces de hacerlo? Espero que lo hagamos entre bien y notable, porque si no, vamos a perder una oportunidad única.

Esta idea, de que este tiempo representa una oportunidad única, la tienen muy presente los dirigentes políticos con los que he hablado.

¿La ausencia de unidad en el frente político no podría afectar a la eficacia de este reto que, como país, tenemos ante nosotros?

Sí. Este es un momento de consenso y de moderación. Nos podríamos remontar a la época de la transición o a la época de Adolfo Suárez, en la que se necesitaba era unir fuerzas, hacer consenso y olvidarse de lo que nos separaba porque había que construir un proyecto que se llamaba España.

Hoy estamos en una situación parecida. Obviamente con mucho avance a nivel social, pero usted sabe bien que cuando se tiene esta lluvia de millones para cambiar el modelo productivo y ser competitivo a nivel mundial esto hay que hacerlo bien.

Igual que en educación, necesitaríamos tener al PP y al PSOE absolutamente de acuerdo al 99 por ciento, aquí ocurre igual.

La falta de unidad no es un panorama político que vaya a facilitar esta aplicación de fondos de una manera coherente y sin peleas.

Esta idea, de que este tiempo representa una oportunidad única, la tienen muy presente los dirigentes políticos con los que he hablado

Cambiando de tema, El presidente de El Salvador ha aceptado las criptomonedas. Europa está estudiando adoptar una criptomoneda. China también parece querer internarse en ese campo. ¿Cuál es el futuro de las criptomonedas?

El ejemplo de China es el que habría que seguir más de cerca. Porque ellos tienen la capacidad de regular este entorno desde el Banco Central Chino. El secreto es que tenga un respaldo legal.

Y que los bancos centrales decidan al final si esto puede convertirse en una divisa que sea, al final, una moneda de cambio. Y una representación del valor.

Yo creo que vamos a ver con reconocimiento oficial. China va a ser la primera. Ese yuan virtual digital que están pensando lo veremos en un par de años, como mucho. Estados Unidos y Europa tendrán que seguir. No les queda otra.

Es un cambio importantísimo. Pero también dejamos en su momento el patrón oro. Y consideramos todos que una moneda como el dólar o el euro estaban respaldadas por el valor de las economías que había detrás.   

El problema de las criptomonedas hoy es que son opacas. Y no hay que invertir en algo que no entiendes. Porque te puedes confundir. Yo entiendo cómo funciona la tecnología, cómo se mina.

Como se mina Ethereum o como se mina Bitcoin, que son distintas. Y como funciona el carácter finito. Pero todavía tengo ciertas cuestiones que me hacen dudar hasta que no haya una regulación detrás.

En esto, Europa tiene que moverse muy rápido.

Para terminar, ¿puede dar recomendaciones a las personas que conforman el sector legal español de cara al tsunami que viene?

Tienen que seguir formándose, de un modo exponencial, en todo lo que son tecnologías. Tanto en la parte legal, como en tecnologías que te permiten mejorar tu capacidad para llegar al cliente.

Para ser más productivo. O para redactar siete contratos en una mañana cuando antes necesitabas 5 abogados para hacerlo. Porque estarás utilizando inteligencia artificial y estás haciendo contratos inteligentes.

Formación, formación y formación.

La segunda que diría es que, pese a que el mundo jurídico está bien establecido y es bastante difícil de cambiar, también va a cambiar. Y además tiene la responsabilidad de dar respuesta a la mayor parte de los problemas que nos vamos a encontrar como sociedad.

Con lo cual necesitamos abogados que sean capaces de hacer esto. Por ello, las firmas tendrán que invertir no solo en «legal techo», también en «tech for legal».

Y luego, una tercera recomendación, más mía: Este mundo legal va a ser de aquellos que sean capaces de ser creativos. Y para ser creativo hay que entender mucho el entorno.

La intuición está basada en los estímulos que recibes del entorno. Hay que estar constantemente curioseando y viendo lo que está pasando porque los grandes despachos y los grandes abogados van a ser aquellos que sean capaces de adaptarse rápidamente.

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