David Miranda, socio de Osborne Clarke, destaca que España lidera las inversiones de ‘startups’ en la Europa del Sur
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05/1/2022 06:48
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Actualizado: 04/1/2022 19:58
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Las inversiones en ‘startups’ pulverizaron todos los récords el pasado 2021 en España. Más de 4.000 millones en más de 400 operaciones, lo que viene a demostrar que el M&A de ‘startups’ ya tiene personalidad propia y un peso específico, según el Observatorio de ‘startups’ de Bankinter.
“Estos datos colocan a España en el papel de liderazgo en la Europa Sur, aunque todavía estamos lejos de países como Alemania, Reino Unido o Francia. Es evidente que el 2022 va a ser un buen año de operaciones, aunque todavía queda por saber si llegaremos a las cifras alcanzadas en el pasado ejercicio”, comenta David Miranda, socio de Osborne Clarke.
Esto ha hecho que los principales despachos nacionales e internacionales estén detrás de este tipo de operaciones donde las rondas de financiación superan los 100 millones como el caso de Wallapop donde el papel de Uría Menéndez ha sido clave.
Miranda es uno de los abogados de mayor experiencia en el mundo del asesoramiento a empresas emergentes o ‘startups’. Conoce bien el sector de las ‘startups’ que ha crecido de forma notable en estos últimos años. El formar parte de un despacho inglés le hizo familiarizarse con la llegada de fondos extranjeros.
“En un primer momento, trabajaba casi exclusivamente para fondos extranjeros. Ahora el trabajo se ha repartido también en el asesoramiento a ‘startups’, sobre todo en rondas de financiación». En este terreno reconoce que el M&A también ha crecido bastante, entendido éste como la venta o compra de ‘startups’ tecnológicas.
“Este es un año récord, partíamos de 400 millones de euros del pasado año y las cifras revelan que se han producido operaciones importantes. Sobre todo mucho fondo de inversión extranjero ha venido a España a invertir en megarondas de más de 100 millones”.
Junto a ello recuerda que Nauta cerró su fondo 5 “con 190 millones, al igual que Seaya, que cerró su fondo 3 de 165 millones, o Axion otro de 150 millones».
Fuera de la tecnología en el campo de la biotecnología habla de Ysios, que ha levantado un fondo de 216 millones, el mayor fondo de ‘venture’ español cerrado hasta la fecha, con permiso de Leadwind, el nuevo fondo tecnológico de 250 millones recientemente anunciado por Telefónica y K Fund y que está en proceso de fundraising.
También señala que las propias gestoras españolas están participando en fondos más grandes. “era lo que faltaba, salvo Nauta que lleva quince años operando y ya tenía fondos de 150 millones y ahora tiene otro de 190, las gestoras españolas cada vez manejan fondos más grandes. Esto es bueno para el ecosistema, al permitir tener capital local y no tener que recurrir a financiación extranjera a partir de la serie A o B en la segunda ronda de financiación”.
Frente a ello, Miranda observa que “se consolida la presencia de inversores extranjeros. Tiger Global, uno de los grandes fondos a nivel mundial, conocido como el «Rey de los Unicornios», ha vuelto a invertir en España. Es un fondo americano que hace años que no invertía en nuestro país. A sus inversiones en Idealista.com y Atrápalo a finales de la primera década de los 2000,ahora se une otra inversión en Factorial, compañía ubicada en Barcelona.
En este escenario, fondos norteamericanos de primer nivel como Accel, Insight o Kleiner Perkins han invertido en sociedades españolas, al igual que Eight Roads, fondo inglés que fue el brazo de ‘venture capital’ de Fidelity, y que también ha realizado operaciones en España a lo largo de los años.
Otra cuestión que destaca es que “se han incrementado las rondas de más de 100 millones de euros en el pasado año. Así ha pasado con la empresa Jobandtalent. Aunque la ronda más importante ha sido la de Glovo de abril del 2021, con 450 millones y ahora la operación anunciada de su venta a Delivery Hero”.
El papel de los abogados
Todos estos movimientos no han pasado desapercibido para los despachos de abogados más tradicionales, como para aquellos emergentes en el ecosistema ‘startups’.
“Un despacho como el nuestro realiza asesoramiento en estas rondas de financiación donde hay que atar todos los cabos para que la operación se lleve a cabo. El crecimiento de estas rondas ha hecho que distintos bufetes se estén posicionando en este entorno”.
También aclara que la búsqueda de inversiones “lo hacen consultoras de M&A o bancos de inversión que trabajan muy bien. Los bufetes hacemos el asesoramiento legal que va desde la negociación del ‘term sheet’, a la ‘due dilligence’ legal y fiscal, así como la negociación de los contratos vinculantes y el cierre de la ronda”.
Miranda recuerda que los despachos “también somos una fuente de operaciones para los fondos de inversión. Nosotros trabajamos con ellos y, por conocimiento del sector, en algunas ocasiones les referimos potenciales operaciones, lo que nos brinda la posibilidad de trabajar con ellos”, indica.
De hecho su despacho ha estado involucrado en la venta de la startup de movilidad BiPi por 100 millones y en la de Packlink, empresa de paqueteria de Madrid que se vendió a un grupo americano, siendo uno de los grandes «exits» del año.
Peligro de trabas regulatorias
Este abogado indica que la operación del año ha sido la de Glovo. Una compañía tecnológica fundada en el 2015 y que ha alcanzado una valoración en seis años de 2.300 millones de euros es poco habitual. “No cabe duda que es un impulso para el sector”, señala.
Este experto reconoce que algunas trabas impuestas por nuestro Gobierno para control de las inversiones extranjera no está impactado de forma notable en estos negocios. “Retrasa las operaciones porque hay un filtro que hay que pasar, pero no se están viendo afectadas demasiado. Hasta donde yo sé, todas las operaciones se han autorizado, aunque en ocasiones ha generado demoras en el cierre”.
También aclara que “en operaciones pequeñas, por lo general, el procedimiento de autorización está siendo relativamente ágil, con plazos que se mueven habitualmente entre uno y dos meses”.
Desde su punto de vista, es previsible que en el 2022 el movimiento de operaciones sea similar al de este año de tanto crecimiento. “Sigue habiendo liquidez porque los tipos de interés siguen siendo bajos. No se espera que el Banco Central Europeo suba los tipos de interés en un futuro próximo, la economía sigue necesitando estímulos, por lo que seguirá habiendo mucho dinero en el mercado”.
En su opinión, “es posible que en un escenario de dos o tres años acabe el ciclo y venga el bajón. El riesgo es que, con tanta liquidez, se genere una burbuja de activos”.
Escepticismo ante la ley de ‘startups‘
Sobre la regulación de la ley de ‘startups’, ahora en el parlamento, Miranda reconoce su escepticismo ante las medidas anunciadas “salvo en el tema de la tributación del ‘carried interest’ de las gestoras de capital riesgo. Sigue tributando como renta de trabajo, pero con los beneficios fiscales, a partir de ahora lo hará a tipos similares a las rentas de capital. Es algo muy positivo que beneficia a los gestores españoles”.
Este abogado señala que “mejoras para el ecosistema de ‘startups’ no he visto nada que me haga pensar que vaya a cambiar muchas cosas. Las empresas emergentes solo se benefician de las rebajas del Impuesto de Sociedades durante un plazo máximo de cinco años desde su constitución. Creo que es una rebaja ineficaz, porque en esos años no suelen generar beneficios, suelen seguir en pérdidas”.
“Esas pérdidas les evita pagar impuestos. Que te rebajen un impuesto sobre el beneficio cuando no lo tienes es un brindis al sol”, aclara.
Otra cuestión que resalta y que cambia sustancialmente es la tributación de las ‘stock options’. “Tengo dudas de que vaya a funcionar. Lo que hace la norma es diferir el impuesto hasta un plazo máximo de diez años. Pero el riesgo lo tienes igual. Si en ese periodo de tiempo la compañía quiebra tienes que pagar esos impuestos y no has recibido nada a cambio”.
Para este jurista, esta norma es muy mejorable, “también se dice que para ser una empresa emergente tiene que ser acreditada por ENISA, veremos que metodología va a emplear y que tiempo se va a tardar en otorgar ese reconocimiento”.
A su juicio, “las ventajas fiscales que se plantean son irrisorias. En la memoria económica que acompaña al proyecto de ley se hablaba de 2.300 millones de euros de pérdida de recaudación del Gobierno como consecuencia de esa rebaja del Impuesto de Sociedades. Pero la mayoría de esas empresas no pagan impuestos”.
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