Enrique Sanz Fernández-Lomana: “Aportar el mínimo y cobrar una pensión alta no es factible”
El presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Enrique Sanz Fernández-Lomana, contesta a las críticas de algunos mutualistas sobre las pensiones mínimas que muchos de ellos van a recibir cuando se jubilen. Foto: Confilegal.

Enrique Sanz Fernández-Lomana: “Aportar el mínimo y cobrar una pensión alta no es factible”

Presidente de la Mutualidad de la Abogacía
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02/6/2023 00:45
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Actualizado: 02/6/2023 12:22
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Desde hace poco más de un mes, la Mutualidad de la Abogacía, que preside Enrique Sanz Fernández-Lomana, se ha visto inmersa en una polémica. A través de grupos de WhatsApp y de redes sociales, un número de mutualistas han criticado la escasa cuantía de jubilación que les va a quedar después de estar cotizando toda la vida.

Fernández-Lomana, en esta entrevista, coge el toro por los cuernos y contesta a algunas de esas opiniones que están criticando a la institución que preside. Está preocupado por lo que algunos dicen, pero tiene las cosas claras.

Me dicen muchos de los mutualistas con los que he hablado que cuando ellos suscribieron con ustedes su plan se les dijo que, cuando se jubilaran, iban a cobrar entre 1000 y 1200 euros mensuales. Esa es una idea que está generalizada. Y ahora se encuentran ahora mismo con que se les queda la mitad o menos de la mitad. ¿Cómo se explica?

Hasta el año 2005 teníamos un régimen de capitalización colectivo, por el cual se garantizaba una prestación de 600 euros. Sin embargo, lo que no se garantizaba era la aportación que había que realizar para conseguir esa prestación. Las cuotas las fijaba anualmente la Asamblea General.

E incluso hubo algún momento en el que hubo que hacer alguna derrama pasiva. Tuvimos que poner un dinero excepcional fuera de lo que eran las cuotas para garantizar que se fueran a cobrar los 600 euros.

A partir de 2005, como consecuencia de nuevas exigencias regulatorias, esto cambia y pasamos a un régimen de capitalización individual que supone una nueva realidad: se recibe en función de lo que se ahorre.

O sea, hasta el año 2005, todos los que se jubilaban cobraban 600 euros, el equivalente a las antiguas 100.000 pesetas.

Así es. Ahora bien, no había revisión conforme al IPC porque las provisiones se comían el beneficio. Era un sistema complicado y por eso pasamos al sistema de capitalización individual. Nos adelantamos así en 2005 a la ley que obligaba a todas las mutualidades a adoptar un sistema de capitalización individual en 2013.

Con ello, reforzamos a la Mutualidad. Pasamos de tener 1.600 millones de euros de ahorro a tener los 10.000 millones de euros actuales. También reforzamos nuestra solvencia al pasar de 9 millones de euros de fondos propios a los 450 millones de euros actuales.

A partir de ese momento se dijo que se podía aportar más dinero. Y aportando más se podría llegar a tener una mejor pensión. Se establecieron previsiones sobre a qué expectativa de pensión se podía llegar teniendo en cuenta las aportaciones y también -como no podía ser de otra forma- la situación de aquel momento, incluyendo la esperanza de vida y la rentabilidad que estábamos consiguiendo entonces.

Que era más alta, ¿no?

Sí, claro. Muchísimo más alta que la de estos últimos años. Nunca hubo ninguna garantía de que se fueran a cobrar ninguna cantidad concreta cuando llegara el momento de la jubilación del mutualista.

Sí que es verdad que, en función del mínimo que se fuera a aportar, planteábamos expectativas de pensión en función de la esperanza de vida, de los escenarios de rentabilidad, etcétera.

«Nunca hubo ninguna garantía de que se fueran a cobrar ninguna cantidad concreta cuando llegara el momento de la jubilación del mutualista»

Ahora mismo hay mucho debate en torno al RETA. Antes era obligado, para los abogados, estar en la Mutualidad de la Abogacía. Una de las cosas que plantean algunos de estos mutualistas es que se les permita pasarse al RETA llevándose todo lo que han aportado a la Mutualidad. ¿Cómo lo ve?

Entre el colectivo hay distintas versiones. Hay quien puede irse al RETA ahora y cotizar 15 años o más. Con lo cual, con la normativa actual tendría derecho a la pensión pública mínima o a la que fuera. Hay quien ya no tiene tiempo para cotizar esos 15 años. Dicho esto, hoy no es posible traspasar los fondos de la Mutualidad al RETA en esas condiciones. No hay habilitación normativa para ello.

Nosotros defendemos el modelo de nuestra actividad, por la que los mutualistas aportan las cantidades que consideren para que cuando lleguen a la jubilación tengan una pensión que pueda estar en línea con los ingresos que tuvo durante su época de vida activa. Como comprenderá, no vamos a liderar un movimiento en contra de lo que defendemos.

Y esto no es nuevo. En 2002 tuvimos un planteamiento como este que parece estar proponiéndose ahora pero se desechó. Este sistema con el que operamos, de capitalización individual, curiosamente es al que están tendiendo todas las reformas del sistema de reparto del conjunto de los países de la OCDE.

Cualquier movimiento que se haga en relación con las pensiones va dirigido a la capitalización individual. En la mayor parte de los países europeos los vientos que soplan van en el sentido de liberar, de alguna forma, el sistema de reparto y potenciar los sistemas de ahorro, como segundo pilar. Ese es el viento que sigue también la Ley de Escrivá.

Con este sistema lo que a gente recibe al final no es una pensión, es un capital que puede transformar en una variedad de pensiones. Un capital que puede retirar o que puede transformar en distintas salidas. Lo importante es que ese capital dé para poder tener unos ingresos que, en unos casos, complemente y que en otros sean los ingresos principales una vez que llegue la jubilación.

Discrepamos, por tanto, sobre el trasvase de todo el mundo al RETA pero hay otras peticiones que están haciendo que nosotros venimos defendiendo desde hace mucho tiempo como es la reclamación de un mejor tratamiento fiscal. Estamos trabajando para convencer al regulador de que la rentabilidad de las aportaciones que se obtiene tribute como renta del capital y no del trabajo.

De hecho, este año hemos tenido varias conversaciones al respecto con el Ministerio de Hacienda y tenemos la impresión de que son receptivos a algunas de nuestras propuestas. Nos parece injusto, por ejemplo, que las mutualidades paguen impuesto de sociedades, detrayendo de esta forma recursos de nuestros mutualistas, cuando los fondos de pensiones no lo hacen. Vamos a ver hasta dónde podemos negociar ahora que tenemos elecciones.

Otra reivindicación tiene que ver con la compatibilidad de la jubilación con el trabajo. Pero eso ya lo tenemos de siempre en el régimen de alternatividad. No en el régimen de trabajadores autónomos. Y seguiremos peleando para conseguir más mejoras posibles para el régimen de la mutualidad.

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Lo que plantean algunos mutualistas, que entendieron que les iban a quedar entre 1000 y 1200 euros mensuales de jubilación, tiene una fácil contestación, según Enrique Sanz Fernández-Lomana. Y es que no han aportado. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Otra de las quejas tiene que ver sobre los gastos de gestión, tasas e impuestos se comen los intereses que les genera su capital. Con lo cual salen lo comido por lo servido e, incluso, pierden dinero.

Eso, en ningún caso. Nosotros contemplamos en nuestros informes trimestrales tres escenarios distintos, pensando en que se van a aportar cantidades semejantes a las que se han aportado. Durante toda la vida tienen que haber aportado el 80 % de lo que se tendría que haber aportado al RETA. Se empieza con aportaciones pequeñas y se llega a cuotas grandes.

Cuando hablas con mutualistas que están aportando 400 euros o 300 euros al mes ahora te dicen que han aportado montañas de dinero. Quizás no son conscientes de que con lo que pagaban al principio (cuotas mucho más bajas) no cubrían ni las cuotas de riesgo.

Por eso hemos introducido mejoras en la información trimestral para que todos los mutualistas sean conscientes de lo que tienen, lo que han aportado, la rentabilidad que han recibido, las primas que están pagando por distintas coberturas como el seguro de vida, el de invalidez o el de incapacidad.

Y luego están los gastos de gestión, como en cualquier otra entidad, y que nada tienen que ver con las cuotas de riesgo.

Por tanto, no es cierto que a nadie se le haya comido la rentabilidad de esos gastos.

No hay ninguna otra entidad que esté aplicando unos gastos de gestión tan bajos como los que aplica la Mutualidad de la Abogacía.

En cuanto a la cobertura de riesgos, éstos tienen un precio. Quizás hay quien pueda confundir lo que se está pagando como cuotas de riesgo con los gastos. Hemos querido aplicar una transparencia máxima. No se nos puede acusar, precisamente, de falta de transparencia.  

¿Cuál es la razón principal de esto haya aflorado ahora, según su punto de vista?

Es un conjunto de circunstancias. Sorprende que este tema no haya surgido el año pasado, o hace dos años o tres. ¿Por qué surge? Porque se notifica que, a partir de ahora, el régimen de aportación no va a ser el 80 % de la cuota mínima del RETA porque nos han cambiado las reglas en la última ley de Escrivá, que entró en vigor en el último cuatrimestre de 2022. Nosotros lo publicamos a principio de este año.

A partir de ahora cada autónomo tiene que cotizar entre un máximo y un mínimo dentro de una horquilla de ingresos. Lo hemos comunicado con total transparencia. Ha desaparecido esa cuota mínima del RETA. Y ahora hay cotización en función de los ingresos, de la horquilla de ingresos en la que ustedes se encuentren. Cotizarán más o menos en función de los ingresos de cada uno, a año vencido.

Y esto a algunas personas les ha hecho pensar que van a tener que pagar mucho más dinero. Y no es así. Habrá gente que pague algo más de dinero en los primeros años. Y otra gente que no tendrá que pagar tanto ahora, en los últimos años de su vida profesional.

A esta circunstancia, con la entrada en vigor de la ley, hay que sumarle otras circunstancias que no están haciendo especialmente fácil la vida a los abogados. Me refiero a la huelga de los LAJ, la situación del turno de oficio, el conflicto con los jueces, la huelga de funcionarios, la suspensión de actuaciones judiciales…

Y, por supuesto, la precarización del colectivo. La suma de todas estas circunstancias tiene como resultado un sentimiento de enfado inmenso.

«Sorprende que este tema no haya surgido el año pasado, o hace dos años o tres. ¿Por qué surge? Porque se notifica que, a partir de ahora, el régimen de aportación no va a ser el 80 % de la cuota mínima del RETA porque nos han cambiado las reglas en la última ley de Escrivá, que entró en vigor en el último cuatrimestre de 2022»

Hay un dato que está circulando que dice que el 60 % de los abogados facturan menos de 20.000 euros anuales…

Es así. Como te decía antes, hablamos de un sector que está muy precarizado. Muchos viven del turno de oficio y poco más. Recuerdo una reciente conversación en la que una persona recordaba que la ventaja de la Mutualidad, al principio, era que se pagaba menos. Con lo cual se produce un contrasentido.

Si ha venido aquí porque pagaba menos los primeros años que, en definitiva, es una facilidad que no da el RETA, no puede usted quejarse de que cobra poco.

Porque aportar el mínimo y cobrar una pensión alta no es factible. Y esa es la realidad de lo que está ocurriendo. Los motivos por los que alguien no ha puesto más dinero son tres: hay quien no ha querido, que me parece muy bien; hay quien ha preferido ahorrar por otra vía en otro lugar; y finalmente está quien no ha podido.

Para el que no ha podido, ahí vamos a estar siempre. Jamás hemos dejado de dar soluciones desde la solidaridad. Hemos estado permanentemente tratando de solucionar situaciones de excepcionalidad.

Por supuesto, nos esforzaremos al máximo para exprimir todos los recursos que podamos para tratar de solventar aquellos casos de vulnerabilidad.

Quien no puede pagar las cuotas más bajas (recordemos, el 80 % de la cuota del RETA) difícilmente podría pagar el RETA, que es más caro. Y nosotros le tenemos en un sistema de previsión. En el RETA le habrían expulsado.

Y repito: no nos pueden acusar de falta de información, de no ser transparentes. Permanentemente nos estamos dirigiendo a los mutualistas alternativos para invitarles a que pongan más dinero.

Sólo en el último año hemos contactado con más de 14.000 mutualistas personalmente en esa dirección y seguiremos haciéndolo hasta llegar a todos.

De momento, solo uno de cada diez ha mejorado las aportaciones que viene realizando y, por tanto, su previsión social. Por tanto, parece que está claro que la gente o no quiere aportar más o sencillamente no puede.

«Estamos obligados a celebrar la Asamblea General ordinaria antes del 30 de junio. En ella tienen que designarse auditores, aprobarse las cuentas del año y elegir vocales tal como establece el Estatuto. La convocatoria es obligatoria. Tenemos que cumplir la ley. No se puede aceptar la desconvocatoria»

Vuelvo a repetirle que la idea generalizada flotando en estos momentos es que la Mutualidad debería darles una pensión de jubilación de 1000 o 1200 euros.

Yo lo entiendo. Todas esas posturas son comprensibles en personas que lo están pasando mal. Pero tienen muy fácil contestación. Porque al final el problema es que no han aportado.

No nos pueden acusar de mala gestión. Si fuéramos tan malos gestionando no tendríamos 6.000 millones de ahorro complementario que han venido aquí voluntariamente y se pueden ir cuando quieran. Somos un referente en el mundo de la previsión. Y no lo decimos nosotros sino terceros de mucho prestigio y autoridad.

Pero hay un problema…

Hay un problema y hay que intentar resolverlo, sí. Pero se resuelve convenciendo a la gente de que hay que aportar más dinero.

Al final de la vida profesional muy poca gente se lleva el dinero y muy poca gente se va a una pensión vitalicia, equivalente a la del RETA. La gente establece otros sistemas de percepción de su ahorro. Y es suficiente.

Un sistema que les permite recuperar el capital invertido o legarlo a sus herederos; un capital del que puede disponer adicionalmente a la pensión de invalidez si llega el caso. Un sistema que te permite seguir trabajando, si así se desea, para complementar ingresos llegado el momento de la jubilación.

Se trata de un sistema basado en un régimen de libertad y de responsabilidad durante la época activa. Libertad de decidir cómo diseñas tu jubilación. Un año puedes poner más, otro menos.

Hay algunas voces que están llamando a desconvocar la Asamblea General. ¿Cómo lo ve?

Tenemos que celebrarla sí o sí. Estamos obligados a celebrar la Asamblea General ordinaria antes del 30 de junio. En ella tienen que designarse auditores, aprobarse las cuentas del año y elegir vocales tal como establece el Estatuto. La convocatoria es obligatoria. Tenemos que cumplir la ley. No se puede aceptar la desconvocatoria.

Respecto a otras observaciones sobre el orden del día, hay un punto con el que queremos introducir una nueva prestación por cese de actividad que, por cierto, se nos había pedido y sobre la que venimos trabajando desde hace tiempo.

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