El Jefe de Estado Mayor del Ejército no retrasó la investigación de un caso similar al del beso de Rubiales y Jenni Hermoso, según el TS
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03/12/2023 06:31
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Actualizado: 07/12/2023 13:50
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El «caso Rubiales» se extendió como la pólvora. Y es que el beso del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a la jugadora de la selección femenina no pasó desapercibido para nadie.
Así pues, muchos fueron los apoyos que recibió Jenni Hermoso tras acusar a Luis Rubiales por el beso recibido contra la voluntad de la jugadora. Una situación que acababa provocando que la FIFA tomara la decisión de inhabilitar al seleccionador para los próximos tres años.
Una situación que parece haber tenido también su imagen y semejanza dentro de las Fuerzas Armadas españolas. En concreto, con un caso de supuesto abuso por parte de un sargento a una marinero.
Algo que ha llegado incluso a «salpicar» al Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME).
Todo comenzaba el 10 de octubre de 2021, cuando varios de los integrantes de los equipos participantes en el VI Campeonato Militar de Rugby del Ejército del Aire se daban cita en un bar de Valladolid para disfrutar de un rato de ocio.
Una quedada grupal a la que asistía la marinero, con anonimizado y reproducido como Rosalía, acompañada de otros integrantes del equipo de la Armada. Allí, se encontró con varios compañeros del resto de armas, entre los que se encontraba el sargento Rodolfo, de la Brigada Guadarrama XII.
«Mientras la marinero Rosalía esperaba para acceder al baño de chicas, entró el sargento Rodolfo diciéndole que se acercara, cogiéndola de la nuca y acercándola hacia él para besarla, pudiendo evitarlo la marinero en un primer momento, repitiendo la actuación el sargento Rodolfo logrando besar a la marinero Rosalía en la boca»
«La marinero Rosalía estuvo hablando con algunos de los integrantes del equipo de rugby de la Brigada XII […] En el transcurso de esa conversación comenzaron a bromear sobre darse besos, diciéndole a la marinero Rosalía que se besara con el sargento Rodolfo , negándose ella», destaca el auto 36/2023 con fecha 13 de octubre, dictado por el Juzgado Togado Militar Territorial nº 42.
La negativa no fue suficiente para el sargento. Y es que, poco después, decidió «besar de forma sorpresiva» a la marinero «sin consentimiento de esta».
Situación que incomodó a la militar, que contó a una de las asistentes lo sucedido. Sin embargo, la cosa con el sargento Rodolfo no se quedó ahí, a diferencia del caso Rubiales.
Y es que poco después la marinero fue al cuarto de baño. Momento en el que se produjo una segunda situación de acoso por parte del sargento del Ejército de Tierra.
«Mientras la marinero Rosalía esperaba para acceder al baño de chicas, entró el sargento Rodolfo diciéndole que se acercara, cogiéndola de la nuca y acercándola hacia él para besarla, pudiendo evitarlo la marinero en un primer momento, repitiendo la actuación el sargento Rodolfo logrando besar a la marinero Rosalía en la boca».
Claro acoso por parte del superior a la joven que acababa provocando, tal y como apunta el auto al que ha tenido acceso Confilegal, el «procesamiento del sargento como presunto autor de un delito de ‘abuso de autoridad’ en su modalidad de abuso sexual, previsto en el artículo 47 del Código Penal Militar».
El JEME, exento de responsabilidad ante este nuevo «caso Rubiales»
Un «caso Rubiales» dentro de las Fuerzas Armadas que llegaba incluso a salpicar al JEME.
Y es que, según el auto citado del Juzgado Togado Militar Territorial nº 42, la tardanza de 7 meses en que el caso llegara a la Fiscalía, podría haber sido entendido como un posible delito contra los deberes del servicio por parte del Jefe de Estado Mayor del Ejército, el general de Ejército, Amador Enseñat y Berea, al achacar la responsabilidad por esa dilación.
Lo que ahora, sin embargo, ha sido desestimado por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, que ha acordado el sobreseimiento y el archivo de la causa contra el JEME.
El Alto Tribunal, ha concluido en un auto de 13 de octubre pasado que, en ningún momento, se puede deducir «ningún hecho de carácter delictivo que pudiera ser imputado a dicho General».
A pesar de los siete meses transcurridos desde la denuncia hasta su llegada a la Fiscalía.
«La Sala considera que, de los hechos, no derivan, en modo alguno, la comisión por parte del General de Ejército, Jefe de Estado Mayor del Ejército, de un delito contra los deberes del servicio consistente en haber dejado de promover la persecución de delitos de la competencia de la Jurisdicción Militar del artículo 80 del Código Penal Militar, pues no se atisba indicio alguno de que dicho mando hubiera intentado ocultar o entorpecer que la Jurisdicción Militar investigara los hechos denunciados por la marinero doña Rosalía» asegura el auto.
Palabras que acreditan, a juicio de los magistrados Jacobo Barja de Quiroga López, presidente, Clara Martínez de Careaga y García, ponente de este auto, y Ricardo Cuesta del Castillo, que el JEME Enseñat y Berea actuó en todo momento en defensa de los intereses de la marinero.
Algo que, a su vez, parece demostrar que, a pesar de la lentitud, la Justicia también ha dado la razón a la víctima en este nuevo «caso Rubiales».
Eso sí, sin que aún se conozcan las consecuencias de estos actos para el sargento del Ejército de Tierra. Unas consecuencias que podrían implicar su entrada en prisión, e incluso su expulsión del cuerpo.
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