María José Menéndez Arias recibió el galardón –una lámina del artista Fernando Pagola– de José Miguel Moscardó, CEO de Matchmore Consultiing. Foto: Confilegal.
María José Menéndez Arias, premio Abogacía Humanista 2024: empatía, humildad y máxima eficacia
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17/4/2024 13:41
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Actualizado: 17/4/2024 21:56
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Hay muchos más sustantivos que pueden sintetizar lo que es María José Menéndez Arias, premio Abogacía Humanista 2024. Pero estos tres resumen muy bien lo que es como ser humano y como profesional de la abogacía.
Es un ser excepcional que precisa reconocimiento público. Así lo ha acordado el jurado de la Asociación Abogacía Humanista, que preside Martín Hernández Palacios, una institución que ha conseguido, en solo tres años, convertir el premio en uno de los más preciados y reputados del panorama legal español.
«Su humanidad cercana y empática, positiva y generosa, su personalidad, inspiradora de confianza, buena profesora y consejera y persona paciente, capaz de tomar decisiones y a la vez con capacidad para delegar, valores que representan la esencia de este premio en su Tercera Edición», dijo el jurado, compuesto de un elenco de profesionales independientes, para explicar el porqué del premio.
María José Menéndez Arias recibió el preciado premio –una lámina del artista Fernando Pagola– de manos de José Miguel Moscardó, CEO de Matchmore Consulting, en una ceremonia que tuvo lugar en la sede de DLA Piper el lunes 15 de abril.
La galardonada fue, hasta el pasado mes de noviembre, directora en las áreas de Mercantil y de Seguros, socia directora de la oficina de Madrid, directora de “Corporate” para Europa Continental y Oriente Medio, y miembro del Consejo de Administración mundial de Ashurst.
Un puesto que abandonó para continuar como árbitro, de forma independiente, poniendo fin, tras 35 años de ejercicio profesional, en grandes firmas: Uría Menéndez (1989-1992), Clifford Chance (1993-2005) y Ashurst (2005-2023).
Previamente a su intervención fue objeto de la «laudatio» preceptiva que estuvo a cargo de Jorge Martínez Ramallo, presidente de la Fundación Tengo Hogar. Martínez Ramallo es amigo de María José Menéndez desde tiempo inmemorial. De ella destacó su modestia, su capacidad de trabajo, su gran seguridad personal y su «liderazgo humilde».
Y también su faceta creativa, porque es doblemente escritora, autora de dos novelas: «El tiempo invertido» y «Juegos malavares».
María José Menéndez, en su intervención, trató de encontrarle una razón para entender el porqué de su premio, que afirmó no merecer, pero que agradeció ante un público entre el que se encontraban sus dos predecesoras en el galardón: Pilar Menor, copresidenta Global del área laboral en la firma internacional DLA Piper y socia senior en Madrid, y Urquiola de Palacio, socia directora de la boutique Palacio y Asociados y expresidenta de la Unión Internacional de Abogados.
La galardonada hizo referencia a la novela «Tres guineas», de Virginia Woolf, para explicar cómo ve ella el sentido de la vida, que comprende a la profesión.
Pero no a toda la obra sino a un párrafo concreto, que tradujo del inglés: «Si la gente es tan exitosa en sus profesiones, pierde los sentidos. Pierden la visión. Ya no tienen tiempo para mirar las pinturas, pierden el oído, ya no tienen tiempo para escuchar música. Pierden el habla. Ya no tienen tiempo para la conversación. Pierden su sentido de la proporción, las relaciones entre una cosa y otra. Se va la humanidad. Hacer dinero se convierte en algo tan importante que no repartirán su trabajo con otros, incluso si tienen más del que puedan hacer ellos mismos. ¿Qué queda, entonces, de un ser humano, que ha perdido la vista, el sonido. y el sentido de la proporción? Solo un tullido en una cueva. Esto es lo que ella concluye pensando te dedicas tanto a hacer dinero, a tu trabajo«.
Después aludió a la obra de teatro de Jacinto Benavente, estrenada en 1907: «Los intereses creados» que entroncaba con la picaresca del siglo XVII.
La trama revela la constante búsqueda del éxito económico y social, un tema tan relevante en la actualidad como lo fue en el pasado.
La obra critica cómo los individuos, incluido un personaje conocido como El doctor, un abogado que pretende defender la justicia, en realidad solo buscan sus propios intereses.
No obstante, al final de la obra, a través de Silvia, una joven inocente, se presenta un mensaje de esperanza.
Ella reflexiona sobre cómo, a pesar de que nuestras acciones pueden estar guiadas por intereses personales y debilidades humanas, existe un «hilo del amor» que nos eleva y nos recuerda que hay algo genuino y eterno en nuestras vidas, más allá de las apariencias y las manipulaciones.
Este amor infunde divinidad a la existencia humana, ofreciendo un contraste luminoso con las sombras de la codicia y el engaño.
«Me parece que los promotores de este premio han querido recuperar, realzar y proteger este hilo tejido de luz del sol y de luz de luna que está hecho de virtudes más elevadas. Un hilo que nos aleja de lo prosaico y que pueda imbuir de cualidades una profesión, que es la abogacía, a veces percibida como mercenaria y meramente práctica. Muchas gracias por tener esa idea. Ojalá esté interpretando correctamente vuestras intenciones», concluyó.
Previamente intervinieron en el acto Pilar Menor, que felicitó a María José Menéndez, y Martín Hernández Palacios, que subrayó el acierto de la existencia de la Asociación Abogacía Humanista. La ceremonia estuvo dirigida por Marga de la Fuente.
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