El estado de Colorado (EE.UU.) aprueba la primera ley del mundo que pone coto a la «barra libre» de la neurotecnología
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20/4/2024 06:35
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Actualizado: 20/4/2024 08:19
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Colorado se ha convertido en el primer estado de los Estados Unidos en aprobar el primer proyecto de ley de protección de neurodatos del mundo, que protege la privacidad de las ondas cerebrales de los seres humanos y que lleva por nombre HB-1054.
El gobernador Jared Polis rubricó con su firma, el pasado jueves, esta nueva legislación que marca un hito en el campo de la privacidad de datos y la neurotecnología.
La nueva ley, que fue aprobada por una mayoría aplastante de 61 votos a favor y 1 en contra, en la Cámara de Representantes de Colorado, y por unanimidad de los 34 senadores del estado, amplia la definición de «datos sensibles» de la actual ley de privacidad personal (Colorado Privacy Act) del estado para incluir datos biológicos y «neuronales» generados por el cerebro, la médula espinal y la red de nervios que transmite mensajes por todo el cuerpo.
La legislación aprobada por este estado apunta a la neurotecnología que utilizan los consumidores.
La ley federal de salud vigente protege los datos personales sensibles recopilados por dispositivos médicos en ámbitos clínicos, pero es mucho menos estricta para los datos generados por productos neurotecnológicos de consumo. La nueva ley del estado de Colorado viene a cubrir ese vacío.
Importantes corporaciones tecnológicas, entre ellas Meta Platforms (META.O), la empresa propietaria de Facebook e Instagram, así como Neuralink, de Elon Musk, se encuentran en este momento en el proceso de crear tecnologías capaces de identificar la actividad del cerebro para, eventualmente, aplicarlas a fines comerciales.
Esta información cerebral, una vez obtenida, ofrece un abanico de posibilidades prácticamente ilimitado, desde optimizar la publicidad y manipular emociones hasta incrementar las ventas y restaurar funciones cerebrales deterioradas.
La falta de regulación permite que las compañías puedan acumular y, potencialmente, compartir o vender grandes volúmenes de información cerebral sensible, a menudo durante períodos de tiempo indefinidos, a partes externas interesadas. Los datos neuronales pueden revelar información íntima de las personas, que incluye salud, estados mentales, emociones y funciones cognitivas.
Los patrocinadores de esta ley argumentaron que era necesaria ya que los rápidos avances en la neurotecnología hacen posible transformar esta información en fuente de explotación y de beneficios económicos.
Este es precisamente el objetivo de la nueva legislación: ponerle coto.
Los congresistas y senadores del estado de Colorado contaron con la colaboración del presidente de la Neurorights Foundation, el neurobiológo español, Rafael Yuste, que prestó testimonio ante ambas cámaras, así como con el de Jared Genser, consejero general de la Fundación, que testificó en la cámara baja, y de Stephen Damianos, director de Tecnología y Derechos Humanos de esa misma institución, que lo hizo en la cámara alta.
El director médico de la Neurorights Foundation, Sean Pauzauskie, asesoró también en el trayecto legislativo previo que dio a luz esta ley.
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