Rafael Yuste, neurobiólogo: “Ramón y Cajal estaría feliz por el interés que muestra España sobre los neuroderechos”
El doctor Rafael Yuste, neurobiólogo y catedrático en la Columbia University de Nueva York, cree firmemente que España tiene una puerta abierta para convertirse en el país líder en Europa en la implantación de los neuroderechos. Foto. Confilegal.

Rafael Yuste, neurobiólogo: “Ramón y Cajal estaría feliz por el interés que muestra España sobre los neuroderechos”

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03/3/2024 00:45
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Actualizado: 02/3/2024 21:39
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España puede convertirse en la cabeza de puente del desembarco de los neuroderechos en la Unión Europea, merced al doctor Rafael Yuste, catedrático de la Columbia University de Nueva York y presidente de la Neurorights Foundation. Es una voz de máxima autoridad que advierte contra el crecimiento no controlado y los abusos de la neurotecnología sobre los cerebros y las mentes de los seres humanos.

Un crecimiento que debe hacerse respetando y salvaguardando los principios éticos fundamentales y los derechos humanos, de los que los neuroderechos considera que forman parte.

Las cosas se están moviendo en la dirección que plantea el doctor Yuste. La clase política española comienza a estar sensibilizada. Hasta el punto de que España podría ser el primer país de la Unión Europea en desarrollar una legislación de protección de los neuroderechos.

Lo siguiente sería un efecto dominó clásico. Si España inicia ese camino, otros seguirán.

Una prueba del consenso que parece existir en nuestra clase política, que habita en la polarización y la acusación mutua del “y tú más”, es la creación de la Fundación Spain Neurotech.

Una “joint venture” nada menos que entre el gobierno regional de la Comunidad de Madrid (Isabel Ayuso) y el gobierno central (Pedro Sánchez).

La Fundación Spain Nuerotech comenzará a funcionar en Cantoblano, junto al Centro de Biología Molecular del CSIC, de la que el doctor Yuste será asesor externo.

El doctor Yuste lo explica en una entrevista que tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes, a la que considera “su casa”, el sitio en el que “nació la ciencia moderna en España” y que el Premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal, padre de la neurociencia, presidió hasta su muerte.

¿En qué consiste la Fundación Spain Neurotech?

Es un proyecto conjunto entre el Gobierno de España y la Comunidad de Madrid para crear un Instituto de Neurotecnología en Madrid, en un edificio del campus de la Autónoma, que pone a disposición de este proyecto.

Es un proyecto muy bonito entre dos administraciones, que no son precisamente de la misma cuerda, pero que apuestan por el bien común.

Apuestan por la ciencia

Quieren lo mejor para España y este proyecto, la Fundación Spain Neurotech, cuenta el 100% de apoyo del presidente Sánchez y de la presidenta Ayuso. Esta es una historia que se tiene que contar y realzar porque demuestra que con todos los problemas políticos que hay en España, hay cuestiones en las cuales hay consenso y además colaboración leal.

Después de cuatro años de preparación, con asesoría de tres expertos internacionales españoles que estamos trabajando fuera. Yo, desde la Universidad Columbia, en Nueva York; mi colega Álvaro Pascual Leone, desde Harvard en Boston y José Carmena desde Berkeley.

Trabajamos de una manera desinteresada para asesorar a estos dos gobiernos con el fin de crear un proyecto que empuje, resalte y ponga el valor, lo que ya está aquí.

Para ayudar a los científicos, médicos y emprendedores en España que ya trabajan en neurotecnología. Pero haciendo una inversión muy fuerte para atraer talento, formar personal y sobre todo, poner a España en primera línea de desarrollo de estas neuro tecnologías con objetivos científicos, con objetivos médicos.

Para  crear un ecosistema de emprendimiento. Y todo esto, teniendo como eje, un departamento central que es el Departamento de Ética y Derechos Humanos, Precisamente para que todo esto se canalice de una manera consistente con los valores humanísticos.

«Este proyecto, la Fundación Spain Neurotech, cuenta el 100% de apoyo del presidente Sánchez y de la presidenta Ayuso. Esta es una historia que se tiene que contar y realzar porque demuestra que con todos los problemas políticos que hay en España, hay cuestiones en las cuales hay consenso y además colaboración leal»

Es una inversión de 200 millones en 15 años, ¿No?.

Eso es.

Es la inversión más importante en la historia de España para un Instituto de Investigación.

Y cuándo empieza a funcionar

Estamos ahora en los últimos procesos de aprobación administrativa, el acuerdo político ya está. También está el acuerdo económico, se sabe lo que pone cada parte.

Es la inversión más importante en la historia de España para un Instituto de Investigación.

En dos o tres meses se firmará un consorcio entre el Estado y la Comunidad de Madrid. Con esa firma comenzará a dar los primeros pasos.  

Si el maestro Ramón y Cajal levantara la cabeza, posiblemente se sentiría muy feliz de conocer estos avances, ¿no le parece?  

Don Santiago Ramón y Cajal estaría feliz por el interés que muestra España sobre los neuroderechos. Y por la neurotecnonlogía. Porque responde a su espíritu mismo. Siempre escribía sobre el potencial que tiene España y cómo no se realiza.

Este es un ejemplo donde sí se podría realizar y España pasase a liderar Europa no solo en temas, en temas de neuroderechos, sino en temas de neurotecnología directamente.

Además del premio de la Fundación Zaballos, su última visita a Madrid –usted vive en Nueva York– ha sido para impulsar los neuroderechos.¿Cómo ha ido su reunión con los diputados en el Congreso?

Bien. El Congreso de Diputados, a través de su Oficina de Ciencia, que hizo un informe sobre nuestra materia, nos invitó a cuatro científicos para que explicáramos qué era la neurotecnología y la necesidad de que su desarrollo sea canalizado y controlado por medio de los neuroderechos.

Durante nuestro encuentro con un grupo muy numeroso de diputados de diferentes partidos políticos en el que se proyectó el documental titulado “El teatro del pensamiento”, sobre neurotecnología, dirigido por el director alemán Werner Herzog, y que impulsamos nosotros.

Después, mi compañero Álvaro Pascual Leone, junto con dos compañeras, una de Madrid y otra de Barcelona, y yo, estuvimos explicando y respondiendo a todas sus preguntas durante una hora y media.

Ha sido una reunión interesante porque, al fin y al cabo, los diputados son los representantes de los ciudadanos y nosotros representamos a los científicos españoles tanto dentro como fuera de España.

Les hemos trasladado directamente nuestro conocimiento, nuestra experiencia y nos hemos puesto a disposición de sus Señorías para todo lo que necesiten para informar, para responder preguntas e incluso para hablar a sus votantes sobre estos temas.

En Estados Unidos, donde usted ha vivido durante los últimos 36 años, a este proceso, el de sensibilizar, se le denomina “evangelización”. Todo parece ir muy rápido. ¿Es así?

En España esta es la primera vez que nos convocan al Congreso de los Diputados. Pero también es porque hasta hace solo 2 años el Congreso no tenía una Oficina de Ciencias de esto.

Me parece algo muy especial y a bonito que el Congreso de un país tenga una oficina dedicada a la ciencia. No es normal. La mayor parte de los parlamentos que he visitado no tienen oficina de ciencia.

Y con toda humildad, no somos lo único que ocurre en el mundo. Hay muchos temas en la ciencia, sobre todo ahora con inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías, donde los diputados deben  estar informados, involucrarse.

Me gustaría resaltar que si tras esta reunión el Congreso de Diputados se involucra en alguna regulación u orientación de la neurotecnología, España sería líder en Europa, porque esto no ha ocurrido en ningún país de Europa.

Hemos estado en Estados Unidos, en el estado de Colorado y en Chile, y en el Río Grande del Sur, en Brasil. Pero no hemos estado en ningún sitio de Europa. Creo que no es tarde, sino al contrario. España puede tomar la iniciativa en estos temas, si al final decide involucrarse.

«Los neuroderechos son un tema transversal donde se han involucrado congresistas y senadores españoles, independientemente del partido político al que representan. Porque preocupa»

¿Y han sido receptivos?

Por las preguntas, parecían muy receptivos. Los neuroderechos son un tema transversal donde se han involucrado congresistas y senadores españoles, independientemente del partido político al que representan.

Chile ha sido el primer país del mundo que ha aprobado una ley. En este caso una enmienda constitucional al artículo 19 de su Constitución, actualmente vigente, para proteger la actividad cerebral y la información procedente de ella.

La enmienda fue aprobada por unanimidad en el Senado y en la Cámara Baja.Y eso que Chile, igual que España, es un país muy polarizado políticamente.

En Río Grande del Sur, que es un Estado de Brasil, una enmienda constitucional parecida fue aprobada hace tres meses también por unanimidad de 16 partidos políticos. Es algo que jamás había ocurrido en la historia de ese Estado.

Y en Colorado, Estados Unidos, donde estuve hace dos semanas, precisamente dando testimonio ante la Cámara de Representantes del Estado de Colorado, su Comité aprobó el borrador de proyecto de Ley de Neurodatos de una manera unánime.

Los partidos políticos de allí, están muy divididos, e incluso crispados, ante las próximas elecciones.

Además de Colorado, ahora estamos empezando a trabajar con California, lo que son palabras mayores. Porque California es el estado más importante de los Estados Unidos en población y en legislación de tecnología.  

Son los líderes en protección de datos, en los coches eléctricos, en las emisiones, en todas estas cosas. California siempre va por delante.

Si California sigue a Colorado también se provocará un efecto dominó. Esto es un ejemplo de cómo se pueden propagar las ideas.

Y esa misma receptividad la ha encontrado en España.

Está empezando a ocurrir. Estamos hablando de legislación de neuroderechos, pero ya hay un proceso previo, que ya ha ocurrido en España, que es el lanzamiento de la Carta de Derechos Digitales, aprobada por el Gobierno hace dos años, después de un proceso de consulta con la ciudadanía.

Esta carta ya recoge los neuroderechos. Lo que pasa es que no es una ley ni es una enmienda constitucional, es una carta orientativa que no tiene valor legal.

Pero en esta carta es importante. Este tipo de declaraciones son importantes, porque un poco apuntan en qué dirección se tiene que ir.

Además España, durante la presidencia de la Unión Europea, ha promovido una carta parecida, que es la llamada Declaración de León, que firman 31 países de Europa.

Tampoco es una ley, pero es una declaración para respetar el desarrollo de la tecnología dentro del respeto desde el respeto a los derechos humanos.

Esto es un ejemplo clarísimo de que España, en los preliminares de esta discusión de en el Congreso de Diputados, y de esta regulación de la neurotecnología, ya se ha involucrado a otros niveles.

¿La gente entiende lo que son los neuroderechos y las implicaciones que puedan tener?.

Al comienzo, no, como es normal. Es un tema nuevo. Normalmente explico primero que son las neurotecnologías, para que la gente entienda que son nuevas tecnologías que sirven para registrar la actividad cerebral y, también, para poder cambiarla.

A partir de ahí explicamos cómo la neurotecnología se desarrolla con objetivos médicos y cómo empieza a haber chips que se implantan en pacientes para poder ayudarles en todas las terribles patologías que padecen.

Esto, en principio es muy bueno y habría que impulsarlo más. Bienvenido sea, incluso, Elon Musk fabricando chips para mejorar la vida de los pacientes.

El problema surge cuando estas tecnologías rebasan a la medicina, pasan a ser de uso comercial.

Operan sin regulación, en un vacío legal en todo el mundo, excepto en los dos sitios que he mencionado: la República de Chile y el estado de Río Grande Sur en Brasil.

«Ramón y Cajal, y toda su escuela, fueron los pioneros en adentrarse en lo que él llamaba “las selvas impenetrables”, donde muchos investigadores se han perdido hablando de los circuitos cerebrales. Ellos empezaron a desbrozar esas selvas»

Usted ha declarado en alguna ocasión que este periodo histórico que nos ha tocado vivir es cuando se está empezando a conocer cómo funciona el cerebro. 120 años después de don Santiago Ramón y Cajal. Han pasado 140 años, más o menos. ¿Realmente estamos empezando a conocer de qué forma podemos modificar el cerebro?

Sí. Y es precisamente en este edificio donde hace 100 años estaba Ramón y Cajal con su laboratorio y su escuela. Y es histórico que hablemos de este tema aquí, precisamente.

Ramón y Cajal, y toda su escuela, fueron los pioneros en adentrarse en lo que él llamaba “las selvas impenetrables”, donde muchos investigadores se han perdido hablando de los circuitos cerebrales.

Ellos empezaron a desbrozar esas selvas, pero no llegaron a desarrollar una teoría general que explique cómo funciona el cerebro. Esto se empieza a atisbar precisamente ahora por el desarrollo de la neurotecnología.

Estos métodos para poder mapear la actividad cerebral y poder cambiarla están permitiendo que, en muchos laboratorios, incluyendo el nuestro, empecemos a poder entender mejor qué es lo que ocurre dentro y poder manipular la actividad cerebral de una manera ya precisa en vez de hacerlo como tirar al aire.

Ahora podemos acceder, ver qué circuitos se están activando y cómo manipularlos para  lograr, por ejemplo, que el animal, en este caso un ratón, se comporte de una manera o de otra.

Esto son muy buenas noticias para la neurociencia, porque es un atisbo de que vamos a poder entender cómo funciona el cerebro y poder manejarlo con consecuencias fantásticas para la medicina. Pero también con gran responsabilidad para la utilización de estas tecnologías en la sociedad.

Yuste
Las tentaciones para la mala aplicación de la neurotecnología también preocupa al doctor Yuste. Foto: Confilegal.

Sí, porque esa “manipulación” siempre puede ser buena o puede ser mala. Lo mismo que el uso que se puede hacer de un cuchillo.

Sí, exacto. Lo que queremos es manipular los circuitos cerebrales patológicos de pacientes para poder, por ejemplo, curar una esquizofrenia, aumentar la memoria en pacientes que tengan Alzheimer, aumentar cognitivamente el de los discapacitados,  liberar a los pacientes que están paralíticos… Descifrar sus pensamientos, su lenguaje para que se puedan comunicar con exterior. Y esto es manipulación, pero en para buen sentido.

Lo que hay que evitar es que estas mismas técnicas, que son neutras, se utilicen con objetivos que no sean benéficos para la población.

Y esto es una cosa que se puede hacer, que ya está empezando a ocurrir en ciertas partes del mundo y a las cuales se podría incorporar España y liderar quizá este esta protección del cerebro en Europa.

Desde el punto de vista policial puede ser increíble a la hora de interrogar a alguien, incluso a la hora de inducir el voto a determinados tipos de población. Pero, sin embargo, también ha sugerido, en alguna ocasión, que se podría crear un “superhombre”, un ser humano más perfecto, y que realmente estamos en ese cruce de caminos.

Me gustaría distinguir entre las dos cosas que puede hacer la neurotecnología: mapear, por un lado, y alterar, por otro.

Igual que con los idiomas, es mucho más fácil entender o leer un idioma extranjero que intentar hablarlo, con el cerebro pasa igual. Es mucho más fácil mapear y descifrar la actividad cerebral que cambiarla y manipularla

Por esa razón técnica, las neurotecnologías van muy por delante en mapear y descifrar que en manipular.

Hemos llegado al punto donde, por ejemplo, con neurotecnología implantada quirúrgicamente en un paciente se puede descifrar el lenguaje, las emociones, incluso los gestos de la cara de una persona.

Con neurotecnología no quirúrgica, no médica, se puede empezar a descifrar las imágenes que conjuras en tu mente y el lenguaje, pero de una manera muy primitiva.

Pero esto, evidentemente ya se podría utilizar con un prisionero. Por esta razón, precisamente, se ha involucrado en la Fundación Neuroderechos, que yo dirijo, mi colega Yareth Cáncer, que es un abogado experto en legislación internacional de derechos humanos. Su especialidad es en presos políticos de cárceles de regímenes totalitarios.

Él, al igual que yo, entiende que la utilización de neurotecnología para descifrar el lenguaje o las imágenes que alguien tiene en el cerebro es un atentado a sus derechos humanos de privacidad mental.

Este es uno de los ejemplos que ponemos para explicar por qué necesario una regulación.

Es necesario proteger la privacidad mental, porque si no, se pueden utilizar estos métodos para el interrogatorio de prisioneros o para extraer de información sensible de la gente.

Esto no está ocurriendo ahora. La tecnología no llega a la manipulación de la actividad cerebral para controlar el pensamiento o para, incluso mejorar, cognitivamente o mentalmente a las personas. Pero puede ocurrir en un futuro un poco más lejano. No tengo una bola de cristal, pero podría ser dentro de diez o veinte años.

«La utilización de neurotecnología para descifrar el lenguaje o las imágenes que alguien tiene en el cerebro es un atentado a sus derechos humanos de privacidad mental»

¿Será posible?

Sí, y tenemos que estar preparados para ese momento. Este tsunami de neurotecnología, que podría activar y controlar la actividad cerebral, no nos puede pillar desprevenidos.

Por eso, es muy necesario implantar unos derechos humanos que prohíban la manipulación de la actividad cerebral, a no ser que sea por una razón médica y para ayudar al paciente.

Uno de los cinco puntos que conforman los neuroderechos el de combatir la discriminación por razón de poder adquisitivo. Es un buen deseo, pero vivimos en un mundo capitalista, y al final del camino, si las autoridades no actúan se beneficiarán los de siempre, ¿no le parece?

Esto es una situación que inevitable. En un futuro la humanidad, los humanos, nos aumentaremos cognitivamente con neurotecnología. Los humanos llevamos toda nuestra historia aumentándonos en todo lo que hacemos.

Desde las mismas gafas que lleva uno de ustedes, que permiten ver mejor. Es un ejemplo de aumentación, en este caso no es cognitiva, física, visual.

La ropa que llevamos nos aumenta las posibilidades de movilidad y protección ante determinadas temperaturas.

Los humanos nos aumentaremos cognitivamente con neurotecnología en el momento que podamos, porque eso es lo que llevamos haciendo toda la historia.

En principio lo veo bien. Nos puede llevar a una sociedad mejor, incluso como un nuevo renacimiento.

Esa posibilidad de aumentación, inmediatamente abre la pregunta quién decide qué se aumenta, a quienes aumenta.

En realidad estamos hablando de qué tipo de ser humano queremos ser, pues se puede utilizar la misma receta que se ha utilizado en la medicina.

Les pongo un ejemplo: el trasplante de órganos. Imaginense pacientes que necesitan un riñón, porque si no se mueren y hay una lista de diez personas que necesitan ese riñón. Y solo hay cinco riñones para trasplantar.

¿Quién se trasplanta? No se trasplanta el más rico o el que más influencia política tenga. Tampoco es una cosa al azar. Se trasplanta el que más lo necesite.

Pero esa decisión está regida por el principio universal de justicia, que es el principio que está en el centro de la medicina desde hace 2000 años. Es el juramento hipocrático.

Beneficiencia, ayudar al paciente: Justicia, ayudar a todos los pacientes por igual y dignidad: tratar al paciente como un ser humano, no como un objeto.

Creemos que se pueden aplicar estos mismos principios para determinar quién se aumenta cognitivamente y quién no se aumenta. Tiene que ser una decisión basada en un criterio médico.

Existe una legislación en todo el mundo que regula el trasplante de órganos y que el prohíbe el tráfico de órganos. Nosotros creemos que se podrían aplicar las mismas recetas que han funcionado en decisiones de vida o muerte en la medicina desde hace mucho tiempo.

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Desde su punto de vista, habría que aplicar el principio universal de justicia a los neuroderechos que consiste en ayudar a todos los pacientes por igual. Foto: Confilegal.

¿España podría ser pionera en este campo cmo lo ha sido en el de los neuroderechos? Sería deseable.

Estoy completamente de acuerdo. El pueblo español tiene unas características muy bonitas y muy buenas, entre ellas la generosidad. Los españoles somos líderes mundiales en donación de órganos.

He notado, como les decía antes, mucha percepción por el problema de las nuevas tecnologías por parte de los diputados y diputadas, y esto pues puede llevar a una situación en la cual España se involucre en neuroderechos como líder. Y puede ser líder en Europa.

No será el primer país del mundo, pero podría ser el primer país en Europa que tenga cierta protección de la actividad cerebral. No es una locura pensar que España podía liderar la avanzadilla de Europa en ese tema.

Lo que está sugiriendo es que en el caso de que España adoptara una legislación protegiendo los derechos, se podría producir un efecto dominó en Europa.

Sí, esto es exactamente lo que está ocurriendo en Latinoamérica. Chile se lanzó al agua en octubre del año 2021, el presidente Piñera firmó una enmienda constitucional y es la primera legislación en el mundo que protege la actividad cerebral de la información, de los neurodatos, los datos cerebrales, y esto es impulsado de una manera absolutamente unánime por el Senado de la República y el Congreso de Diputados.

Esto hace que otros países vecinos lo imiten. Así entiendo que son las cosas.

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