Testimonios de 15 soldados testigos en Cerro Muriano apuntan a responsabilidad penal en mandos por la muerte de 2 compañeros
Los soldados subrayaron la alarmante falta de preparativos de seguridad adecuados, según el abogado Luis Romero. La foto es a efectos de ilustración, no pertenece a ninguno de los 15 soldados testigos. Foto: Confilegal.

Testimonios de 15 soldados testigos en Cerro Muriano apuntan a responsabilidad penal en mandos por la muerte de 2 compañeros

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26/6/2024 06:30
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Actualizado: 26/6/2024 11:21
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Los testimonios de los 15 soldados que ayer declararon ante el titular del Juzgado Togado Central número dos de Madrid arrojaron luz sobre lo sucedido la madrugada del 21 de diciembre de 2023 en un embalse que el Ejército de Tierra tiene en su base de Cerro Muriano Córdoba, en la que perdieron la vida el soldado Carlos León Rico, de 24 años, y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años.

El embalse tenía una profundidad de hasta 3 metros en el centro y una distancia de orilla a orilla de 100 metros.

Según las declaraciones, la jornada comenzó con los soldados utilizando una cuerda en la que, lejos de ofrecer seguridad como una línea de vida, se sumergió completamente, obligando a muchos a subirse encima para evitar ahogarse.

Las temperaturas extremadamente frías del agua, que algunos testigos situaron entre 1 y 2 grados bajo cero, provocaron que muchos sufrieran hipotermia e hipoxia, resultando en varios rescatados en estado inconsciente.

Los 15 soldados, según informó el abogado Luis Romero, representante legal de los padres del soldado León Rico, señalaron una alarmante falta de preparativos de seguridad adecuados. No había personal sanitario, lanchas, flotadores, ni equipos de rescate preparados de antemano; la ambulancia llegó entre 20 y 30 minutos después de que comenzaran los incidentes.

Otro punto crítico fue el aparente castigo impuesto por el capitán Ignacio Zúñiga Morillas y el teniente Jaime Tato Garrido, quienes ordenaron a los soldados introducir minas de instrucción en sus mochilas como penalización por errores previos, aumentando significativamente el riesgo durante el ejercicio acuático.

La situación culminó en tragedia cuando se hizo evidente que el soldado León había desaparecido, solo dándose cuenta de su ausencia tras el recuento final. Ningún mando intervino para auxiliarlo en tiempo real.

Posteriormente, el capitán Zúñiga, en una charla con los soldados –declararon estos– restó importancia al incidente, describiéndolo como «cosas que pasan en la mili». Una actitud que, según los testimonios, impactó y ofendió a muchos de los presentes.

Durante los interrogatorios se preguntó sobre si era verdad que se había visto llorar al capitán Zúñiga después de los hechos. Uno de los testigos respondió que sí, pero sugirió que las lágrimas eran más por preocupación sobre perder su puesto que por la pérdida de vidas.

En opinión del abogado Romero, esta serie de testimonios no solo confirma los indicios de responsabilidad penal sobre los investigados sino que también pinta un cuadro de negligencia y falta de empatía que ha sacudido a la comunidad y a las familias afectadas.

La investigación sigue en curso, y las repercusiones de estas revelaciones probablemente influirán en los procedimientos legales futuros y en las políticas de entrenamiento militar.

El próximo 17 de julio están citados a declarar los superiores del capitán Zúñiga, el teniente Tato y el sargento Gustavo Álvarez Estupiñán. En la misma guisa que los tres militares investigados. Son el coronel Ángel Daniel Tostón Méndez y Manuel Navarro González, el teniente coronel José Luis Zanfaño Hidalgo y el comandante Luis Fernando Velasco Quero.

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