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Opinión | La sostenibilidad y la ética empresarial: “de los cuentos a las cuentas”

Opinión | La sostenibilidad y la ética empresarial: “de los cuentos a las cuentas”
Javier López-Galiacho Perona es abogado y profesor titular de Derecho Civil de la Universidad Rey Juan Carlos y también miembro de la Real Academia Europea de Doctores y de la Junta Directiva Nacional de ASCOM, la Asociación Española de Compliance.
29/9/2024 05:40
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Actualizado: 29/9/2024 12:16
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Elegí tema del discurso ingreso en la Real Academia Europea de Doctores en el aula magna del CEU, una reflexión sobre el avance indiscutible y exponencial de la ética y la sostenibilidad empresarial dentro del «management» empresarial en estos 20 últimos años.

Desde que en 2005 fui nombrado en FCC director de responsabilidad corporativa del Grupo y más tarde, en 2018, director de cumplimiento y sostenibilidad, he sido testigo de cómo este ámbito de gestión ha transitado dentro del mundo de la empresa, de “los cuentos a las cuentas”; es decir, de lo puramente voluntario a lo obligatorio.

Siempre arranco mis charlas o conferencias sobre este punto, relatando el caso de aquel presidente de un gran banco español, quien cuando en el inicio del presente siglo XXI le llevaron para su aprobación el primer informe de RSC de su entidad bancaria, se quedó un tiempo en silencio, que dicen que fue eterno para sus colaboradores, para a continuación soltar: “estos son cuentos, tráigame las cuentas”.

Pues bien, 20 años después de aquella anécdota, solo podemos afirmar que aquellos “cuentos” (llámese responsabilidad social, sostenibilidad, ética empresarial, etc.) son hoy más “cuentas” que nunca. Sobre todo, por la contundente aparición de ese legislador nacional y principalmente europeo sobre esta materia.

Hasta no hace mucho tiempo, y a modo de un relajado rector de colegio, el legislador había dejado la clase libre a los alumnos (nuestras corporaciones) para autorregular su gobierno.

Pero en un momento dado, y ante el “ruido” y “gamberradas” provocadas por los alumnos (como fueron la grave crisis financiera del 2008 al 2012), el legislador decidió intervenir la “clase” al comprobar el desgobierno del autogobierno, pasando a regular el comportamiento, la transparencia, el buen gobierno de las empresas, sobre todo el de las grandes corporaciones.

DE LO PURAMENTE VOLUNTARIO A SER OBLIGATORIO

Desde la acción del Derecho se decidió cambiar la calificación de estos asuntos de lo puramente voluntario a ser obligatorio, incluyendo su reporte o rendición de cuentas en el informe de gestión del ejercicio de cierre que formulan los consejos de administración o al establecer modelos de cumplimiento.

Y aquí, como veremos, el papel del legislador de la UE ha sido determinante.

Veremos ahora tras las elecciones europeas del pasado junio si el nuevo Parlamento y Consejo de la UE está por la misma labor o avanza esa línea Maginot anti ESG que nos llega desde partes de EE.UU.

Los escándalos empresariales de las últimas décadas y los casos de corrupción a un lado y a otro de los principales partidos políticos han puesto en la primera línea de defensa, la necesidad de implementar en las empresas, pero también en las organizaciones, entidades o corporaciones de toda índole, modelos de gobernanza ética.

Principalmente fueron los escándalos empresariales sucedidos desde el inicio del nuevo siglo hasta muy recientemente (Enron, Arthur Andersen, Parmalat, Lehman Brothers o en España, la crisis de Pescanova, Gowex, Bankia, etc.), los que pusieron en guardia al legislador, estableciendo reglas estrictas sobre el buen gobierno en general y en particular, como veremos, sobre la sostenibilidad o la ética empresarial. 

Sin olvidar la gravísima crisis financiera que sufrimos entre 2008 y 2011, que dio a lugar una pérdida empresarial en activos y, lo que es peor, en personas.

Lo mismo ha pasado con la ética empresarial. Los escándalos empresariales de las últimas décadas y los casos de corrupción a un lado y a otro de los principales partidos políticos han puesto en la primera línea de defensa, la necesidad de implementar en las empresas, pero también en las organizaciones, entidades o corporaciones de toda índole, modelos de gobernanza ética.

La ética, que es la rama de la filosofía que estudia la acción del hombre hacia el bien, también tiene grandes aplicaciones en el «management» empresarial: la toma de decisiones, la elección de trabajadores virtuosos, el pacto de competidores, la ejemplaridad publica de los dirigentes, etc.

La gestión de las compañías bajo parámetros éticos ha venido impulsada gracias a la implantación de códigos éticos o de conducta en las empresas medianas o grandes.

En la misma medida de impulso, la introducción de la responsabilidad penal de las empresas en el Código Penal español y la Ley de protección del informante a través de los canales de denuncia o éticos ha dado un gran relieve a los aspectos éticos dentro de las compañías.

El escenario ha cambiado radicalmente. Después de 20 años, que no son nada, como nos recordaba Carlos Gardel, en el tango “Volver”, “aquellos cuentos son ahora estas cuentas”.

Y esto, llevándole la contraria al título de la conocida obra de nuestro dramaturgo Jardiel Poncela, no tiene freno ni marcha atrás.

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