Elena Irazabal, abogada y profesora de IA: «Cuando los abogados descubren lo que puede hacer, no hay vuelta atrás»
Elena Irazabal acaba de publicar "La Inteligencia Artificial explicada para abogados", un libro que va a abrir los ojos a muchos letrados.

Elena Irazabal, abogada y profesora de IA: «Cuando los abogados descubren lo que puede hacer, no hay vuelta atrás»

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08/12/2024 05:40
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Actualizado: 07/12/2024 21:29
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La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una transformación casi revolucionaria de las nuevas tecnologías. Especialmente, en el ámbito laboral, donde cada vez son más las empresas que apuestan por estas herramientas para agilizar el trabajo y la respuesta a clientes y consumidores.

También los bufetes de abogados, que no han dudado en dar un paso adelante con esta nueva tecnología. Ello, sin embargo, no siempre teniendo toda la información necesaria sobre la IA. Y es que el conocimiento más «técnico» de la inteligencia artificial no es conocido por muchos.

Algo ante lo que la abogada y profesora Elena Irazabal no dudaba en dar clases de Inteligencia Artificial para abogados. Y, del mismo modo, lanzar la segunda edición de su libro «La Inteligencia Artificial explicada para abogados« . Un escrito inclinado a dar una visión más profunda de la IA; especialmente, para los abogados especializados en temática tecnológica.

¿De dónde surgió la idea para el libro que acaba de publicar sobre inteligencia artificial para abogados?

Yo empecé a dar clases de inteligencia artificial hace como seis años a abogados. Eran alumnos que se venían del sector tecnológico, y curiosamente me di cuenta que tenían bastante poca idea de la parte técnica, faltaban fundamentos técnicos. Y eso es un problema para los abogados que se dedican a la tecnología.

En este sentido, yo me centré en la parte técnica, no en la jurídica. Porque eso sí se aprende en la carrera.

¿Por qué cree que es imprescindible para los abogados dominar la inteligencia artificial?

Los abogados que, de manera indirecta o directa, van a tomar la Inteligencia Artificial, o van a tener que trabajar con ella, es muy importante que sepan de qué se trata. Es el caso de los abogados especializados en tecnología.

Por ejemplo, el Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea. El objeto de la propia norma es la inteligencia artificial. Y si no entiendes de qué trata la inteligencia artificial, ¿cómo vas a aplicar la norma?

Hay muchos despachos que están adquiriendo, tanto de cara a especializarse en inteligencia artificial en temas de nuevas tecnologías, como para aplicarla en su propio despacho. ¿Hay desconocimiento de la IA al aplicarla?

En mi experiencia en el sector legal, suele haber un poco de miedo en quedarse atrás. Y ante ello, dicen «voy a aplicarla. Al menos siento que estoy haciendo algo».

Por ponerte un ejemplo, lo de dar instrucciones a la IA. La gente la trata como si estuviera manteniendo una conversación, como es el caso de ChatGPT. Mucha gente cuando lo hace, cree que está manteniendo una conversación. Y eso es un error.

Hay un perfil, más allá del Compliance, que es el de innovación, que puede haber en el despacho. Abogados que deciden qué IA utilizar, e incluso hacer algún análisis de datos o estadística con Inteligencia Artificial.

Yo ahí recomiendo conocer la parte técnica. Porque quizás uno de los problemas es que cuando a ti te hacen demos para que contrates una Inteligencia Artificial u otra, realmente no se sabe cuál escoger.

Una vía es que te den una demo gratis, y vayas probando. Otra de las facetas suele ser cómo saber si lo que te han dicho es real. Por ejemplo, en temas de privacidad o confidencialidad, que hay mucha preocupación. Y en eso, dependes, o bien de la confianza que tengas en esa empresa, o bien en los conocimientos que tú tengas sobre IA.

Tener los conceptos claros es muy útil para juzgar las herramientas de IA.

Según Elena Irazabal, los potenciales usuarios confunden lo que puede hacer la inteligencia artificial.

Está habiendo problemas de abogados que utilizan ChatGPT para sus defensas. Y han llegado a la Audiencia Nacional.

Yo conozco a abogados que utilizan ChatGPT. Y yo creo que eso está bien. El problema son esos abogados que hacen defensas con ChatGPT, que eso es lo que está mal.

Pero eso refleja un problema previo. Quizás, exceso de trabajo, y es una forma sencilla de hacer la demanda. Y también, desconocimiento de cómo funcionan las IA.

Porque nos dan un texto tan coherente que parece que lo que te está diciendo es verdad. Y eso no es así, porque es un sistema de probabilidad. Y probabilidad no significa verdad. Son dos problemas subyacentes.

¿Nos hemos lanzado demasiado pronto a la piscina en el uso de la IA?

Se entiende que se haga, al ver algo que te puede solucionar diversos problemas, y que te puede ahorrar tiempo.

Yo veo dos tipos de abogados. Los que se lanzan, y los que son reticentes. Especialmente, con la excusa de que «comete errores». Nosotros también. El tema está en que comete errores que te descuadran porque no estás tratando con una persona, sino con una máquina.

Yo creo, que a día de hoy, el uso de la IA se ha incrementado, pero no necesariamente eso conlleva un conocimiento más profundo de lo que es la IA.

¿Qué recibimiento está teniendo la IA, y su libro, en el mundo de los abogados? ¿Es un sector abierto?

En mi experiencia, los abogados que al principio muestran cierta desconfianza suelen cambiar de opinión cuando les explicas de manera clara y realista qué puede hacer una herramienta y qué no. Al darse cuenta de que les ahorra tiempo, esa desconfianza desaparece.

Creo que esa actitud inicial se debe a la falta de conocimiento, a no saber evaluar correctamente los beneficios frente a los costes.

Cuando de pronto los abogados descubren lo que la IA puede hacer, cuando encuentran este «mini asistente», ya no hay vuelta atrás.

Además, considero que los abogados que utilizan IA pueden ser de todo tipo. No solamente tecnológicos, sino también generalistas, o no especializados en tecnología. Abogados que tienen mucho trabajo, y quieren simplificarlo.

Efectivamente, hay un sector de abogacía más reticente, pero mi experiencia, ha sido la de abogados que se meten en esto. Algo muy distinto a lo que ellos están acostumbrados, temas más superficiales de la tecnología. Y aunque al principio les da miedo, una parte tan técnica, finalmente pierden ese miedo. Y no sólo gente joven, sino también abogados experimentados.

«En mi experiencia, los abogados que al principio muestran cierta desconfianza suelen cambiar de opinión cuando les explicas de manera clara y realista qué puede hacer una herramienta y qué no. Al darse cuenta de que les ahorra tiempo, esa desconfianza desaparece».

¿Y cree que se podría llegar a desarrollar una inteligencia artificial específica para el mundo jurídico? ¿Y con su mismo lenguaje?

Sí. Y yo creo que, en parte, ya lo tenemos por ejemplo con las IA que han sacado las entidades jurídicas. Digamos que le incorporan ese esa documentación jurídica, para acostumbrarse a ese lenguaje jurídico con sus errores, etcétera, etcétera.

Si con los grandes modelos de lenguaje hemos conseguido tener textos tremendamente coherentes, puede pasar lo mismo con el sector jurídico.

El tema está en que muchas veces, incluso con las herramientas de hoy en día, que se asemejan al lenguaje jurídico, podría llevarnos al error conceptual de pensar que, como nos da un texto coherente, podemos usarlo para cosas que nosotros no sabemos.

Por ejemplo, yo soy especialista en algo. Y me ha caído una consulta de otro tema, y uso la IA para ello porque así no pierdo esa consulta. Ahí hay que tener cuidado, porque es necesario supervisar el contenido, y debes tener conocimiento suficiente para saber si está bien o mal.

¿Cree que la IA es una gran olvidada en este gran procedimiento de digitalización de la justicia?

Yo creo que la Administración de Justicia tiene otros problemas mayores que la IA. Y una puede ser la parte de incentivos.

Opino que la Administración de Justicia lo ve como un coste y ese es un problema. Porque Hacienda ya tiene IA, y Justicia, sin embargo, sigue utilizando papel. Además, tenemos que tener en cuenta que incluso si haces una IA, no tiene que ser la panacea. Tienes que haberla desarrollado bien, tener un uso claro…

Las empresas, cuando crean una IA, tienen un proceso de uso, de datos… Tienen gente dedicada a esos proyectos, para que sea rentable utilizarla. Puede que la Administración de Justicia invente una IA, que luego no sea útil.

Por eso, yo creo que el gran problema no es sólo la digitalización o la no digitalización. Es lo que va antes. Son los incentivos, y la falta de pensamiento de emprendimiento. Porque al final es un sistema burocrático, que tiene fines muy distintos a los de la empresa privada.

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