Manuel Marchena, doctor honoris causa: «La sociedad no puede sobrevivir sin confiar en sus jueces»
Manuel Marchena y Concha Yoldi, doctores honoris causa por la Universidad CEU Fernando III de Sevilla. Detrás, el canciller de las Universidades San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza. Foto: Universidad CEU Fernando III.

Manuel Marchena, doctor honoris causa: «La sociedad no puede sobrevivir sin confiar en sus jueces»

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18/3/2025 11:21
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Actualizado: 18/3/2025 16:59
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Cuando el magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, quiere decir en público las cosas con precisión, sin matices, para que el mensaje llegue, a quien tiene que llegar, de una forma alta y clara, lo escribe, lo pone negro sobre blanco, en papel. Y lo lee.

Tiene una memoria muy entrenada y viva, como la que todos que fueron opositores y siguieron después manteniéndola en forma. Son múltiples los testigos de sus conferencias que, sin papel alguno, y a puerta gayola, duran entre 45 minutos y una hora sin mirar un papel.

Por eso ayer, en la imposición de su doctorado honoris causa por la Universidad CEU Fernando III de Sevilla, Marchena leyó su discurso. Y lo hizo de forma pausada, marcando bien las vocales y las consonantes. Para que el mensaje llegara alto y claro a quien tenía que llegar, al mundo de la política.

«La sociedad no puede sobrevivir sin confiar en sus jueces, los cuales estamos llamados a revolver los conflictos sociales. Y a hacerlo con plena sujeción al principio de legalidad. La independencia, la imparcialidad y el deber de motivación de nuestras decisiones son las garantías del ciudadano frente a cualquier tentación de arbitrariedad por parte de quienes administramos justicia”, dijo el magistrado, visiblemente honrado por este reconocimiento.

«Cuando el legislador aprueba leyes, con nombre y apellidos, se resiente otra de las notas que definen a una sociedad respetuosa con los valores democráticos«, añadió el expresidente de la Sala de lo Penal, en clara referencia a la Ley de Amnistía, una pieza legislativa promulgada para determinadas personas muy concretas.

Sus palabras fueron el reflejo de lo que muchos de sus compañeros piensan y sienten sobre los ataques que, de un modo continuo reciben de forma regular. Y no escatimó en adjetivos.

ATRIBUIR MOTIVACIONES POLÍTICAS A SENTENCIAS ES UNA INFAMIA

«La reacción frente decisiones judiciales que afectan a los intereses directos o indirectos del poder político, no puede valerse del insulto ni de la descalificación del juez. Atribuir motivaciones políticas a una sentencia representa una infamia incompatible con la sensatez que debería ser exigible a cualquier gobernante», afirmó.

Para añadir después: «Dividir a los jueces en frivolas etiquetas, que la mayoría de las ocasiones no se corresponden con el análisis de su trayectoria jurídica representa un error que está laminando de una forma paulatina pero ya irrevervisible, la legitimidad de unos profesionales que hagan lo que hagan, resuelvan lo que resuelvan, estarán siempre interesadamente expuestos a la sospecha de parcialidad».

Por eso llamó hizo un llamamiento para acabar con el lenguaje bélico que se está utilizando.

«Me gustaría llamar la atención sobre la importancia de que el lenguaje de confrontación que es propio de la batalla política, se detenga en las puertas de los juzgados y tribunales», subrayó. «Los jueces no podemos seguir siendo vistos como amigos o enemigos de cada una de las opciones políticas que con toda legitimidad democrática se alternan en el ejercicio del poder«.

El magistrado del Supremo también advirtió sobre una realidad cada vez más patente en los últimos tiempos: «la producción normativa se está apartando de la fuente de legitimidad que debería definir las tareas legislativas”.

Marchena, como buen conferenciante, terminó en positivo, haciendo un llamamiento por «esforzarnos por reencontrarnos con los valores constitucionales que han hecho posible una sociedad respetuosa con la tolerancia, con la coexistencia de visiones antagónicas que, si no se instalan en el sectarismo que aspira a eliminar al disidente, pueden servir incluso para enriquecer nuestra convivencia”.

La «laudatio a Marchena le correspondió a Pablo Gutiérrez de Cabiedes, decano de la Facultad Ciencias Jurídicas y Empresariales de la CEU UF3, padrino del nuevo doctor. En su intervención puso en valor la «auctoritas, sabiduría, honestidad y sometimiento a la Constitución y a la ley» del magistrado.

Cabiedes se refiriró, por un lado, a “su lección de dignidad e independencia en su renuncia a presidir el Gobierno del Poder Judicial, que tanto merecía”. Y por otro, a “su maestría, exquisito trato garantista y transparencia en la dirección del difícil y larguísimo juicio del procés, en el que -con la misma serenidad que firmeza- supo evitar las innumerables situaciones de caos y deslegitimación de la Justicia que, de otro modo, se habrían producido. Y en todo: ni una filtración, ni un roce entre los Magistrados de su Sala, de tan distinta procedencia”.  

CONCHA YOLDI GARCÍA, TAMBIÉN DOCTORA HONORIS CAUSA

Junto a Manuel Marchena, Concha Yoldi García, presidenta de Persán, también recibió otro doctorado honoris causa. Ambos por su destacada trayectoria personal y profesional.

Marchena «por su actuación ejemplar en la preservación del Estado democrático de Derecho y de sus instituciones en tiempos de singular dificultad en ese cometido”. Y Yoldi por “su labor para acercar el mundo de la empresa a la universidad, así como su compromiso social”.

La ceremonia de investidura tuvo lugar en el Aula Magna del Campus CEU Andalucía (Bormujos), a la que asistió el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, el consejero de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, José Carlos Gómez Villamandos, la consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo del gobierno regional, Rocío Blanco Eguren, la alcaldesa de Bormujos, Lola Romero López, y el magistrado emérito del Tribunal Constitucional, Santiago Martínez-Vares, entre otras autoridades.

El rector de la Universidad CEU Fernando III, José Alberto Parejo Gámir, ha expresado su gratitud a los dos nuevos Doctores Honoris Causa por aceptar el nombramiento y «ser parte de este Claustro Universitario.

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