En la sesión inaugural, el decano del ICAM, Eugenio Ribón, ha subrayado que los profundos cambios regulatorios, tecnológicos y sociales que atraviesa el sector “exigen respuestas jurídicas innovadoras y ancladas en los principios del Estado de derecho”.
Expertos abordan en el ICAM el sistema financiero europeo ante la transformación tecnológica y la incertidumbre geopolítica
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03/4/2025 12:52
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Actualizado: 03/4/2025 12:58
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La creciente tensión geopolítica, la irrupción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el avance del euro digital están obligando a repensar los fundamentos del sistema financiero europeo. Esta ha sido una de las principales conclusiones de la sesión inaugural del V Congreso Internacional de Derecho Bancario, que ha arrancado este jueves en la sede del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Moderados por el diputado y presidente de la sección de Derecho Bancario del ICAM, José Ramón Couso, en el acto han intervenido Soledad Núñez, subgobernadora del Banco de España; Ana Puente, subdirectora general de Finanzas Sostenibles y Digitales del Ministerio de Economía; Amelia Pérez, decana del Colegio de Economistas de Madrid; y Eugenio Ribón, decano del ICAM,
En la sesión inaugural, Eugenio Ribón, ha realizado un llamamiento a reforzar el papel del Derecho en el diseño del sistema financiero del futuro. En su intervención, Ribón ha subrayado que los profundos cambios regulatorios, tecnológicos y sociales que atraviesa el sector “exigen respuestas jurídicas innovadoras y ancladas en los principios del Estado de derecho”.
Asimismo, ha destacado la evolución paralela que experimenta la profesión jurídica en este nuevo escenario: “La banca está cambiando, pero también lo está haciendo la abogacía”.
En ese contexto, Ribón ha asegurado que el ICAM seguirá impulsando espacios de formación y debate como este Congreso, que ya se ha consolidado como uno de los principales foros de reflexión jurídica en materia financiera.
Nuevo ciclo de incertidumbre: La guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio y Trump
Por su parte, la subgobernadora del Banco de España ha alertado del “nuevo ciclo de incertidumbre” que afronta el sistema financiero europeo ante el deterioro del orden geopolítico global. La guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio o los recientes anuncios arancelarios de la nueva Administración estadounidense introducen una volatilidad creciente que afecta directamente al funcionamiento de los mercados y a la actividad bancaria.
Núñez ha subrayado que el actual marco regulador, reforzado tras la crisis de 2008, ha consolidado un sistema “sólido, rentable y resiliente”, pero ha reclamado mayor unidad europea para afrontar los desafíos de inversión, competitividad y autonomía estratégica.
En este sentido, ha señalado como “punto de inflexión” la entrada en vigor del reglamento europeo DORA sobre resiliencia operativa digital del sector financiero, que obliga a entidades y autoridades a reforzar sus capacidades frente a riesgos tecnológicos y ciberamenazas.
Núñez ha apuntado también a la inteligencia artificial como una disrupción con alto impacto en el sistema bancario, tanto en eficiencia y personalización como en riesgos éticos, opacidad de los modelos o dependencia tecnológica.
“La resiliencia y el desarrollo ético de la inteligencia artificial no son una opción, son una necesidad compartida”, ha afirmado.
En el ámbito de los medios de pago, ha defendido el proyecto del euro digital como una solución estratégica para reducir la dependencia tecnológica exterior y proteger la soberanía financiera europea. También ha valorado positivamente la nueva normativa europea de pagos, destinada a reforzar la protección del consumidor y prevenir el fraude digital.
Por último, ha respaldado los procesos de simplificación normativa impulsados por las instituciones europeas, reivindicando una aproximación transversal que abarque todos los niveles del marco regulador y supervisor: “Simplificar no es desregular”.
“Pedimos mucho al sector; ahora nos toca a nosotros estar a la altura”
Ana Puente, subdirectora general de Finanzas Sostenibles y Digitales, ha abordado los desafíos de la digitalización financiera, destacando la importancia de la ciberseguridad y el control del fraude en pagos. Puente recordó que el reglamento DORA introduce «nuevos estándares de gestión de riesgos» y requiere «coordinación entre autoridades» para optimizar el cumplimiento.
Expresó preocupación por el aumento de fraudes como la suplantación de identidad bancaria y valoró positivamente la iniciativa de la Comisión Europea de garantizar «el derecho al reembolso» para afectados por estas prácticas.
También señaló los peligros de exclusión financiera que podría generar la digitalización, insistiendo en la necesidad de un acceso universal al sistema financiero. Apoyó el desarrollo del euro digital, describiéndolo como una «decisión estratégica para Europa».
En cuanto al marco regulador, Puente subrayó que la simplificación promovida por la Comisión Europea no debe comprometer la sostenibilidad ni la protección al consumidor. «Simplificar no significa renunciar, sino centrar los esfuerzos en lo esencial», afirmó. Finalmente, hizo un llamamiento a la corresponsabilidad en el sector: «Pedimos mucho al sector; ahora nos toca a nosotros estar a la altura».
Somnolencia burocrática vs integración económica
En la misma línea, la decana del Colegio de Economistas de Madrid, Amelia Pérez, ha enmarcado sus reflexiones en el deterioro del contexto multilateral y el auge de las políticas proteccionistas, que están reconfigurando los flujos comerciales y financieros internacionales. En este escenario, ha defendido que la Unión Europea debe salir de su “tradicional somnolencia burocrática” y avanzar hacia una mayor integración económica y política.
También ha reclamado una estrategia común que combine productividad, innovación y seguridad para mantener la competitividad europea en un entorno global cambiante.
En clave nacional, Pérez ha destacado la capacidad de resistencia de la economía española, con un crecimiento cercano al 2% en 2024 y un comportamiento favorable del mercado laboral, el turismo y la inversión extranjera.
Sin embargo, ha advertido de que persisten retos estructurales como la deuda pública, la baja productividad y las dificultades en la ejecución de los fondos europeos. Respecto al sistema bancario, ha puesto en valor su eficiencia operativa —con una de las mejores ratios de costes de la eurozona—, su capacidad de financiación y su transformación digital, aunque ha instado a completar la unión bancaria y de mercados de capitales.
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