“La inteligencia artificial no debe expulsar a nadie. El Colegio tiene que ser el puente que conecte la tradición con la innovación”, defiende Cristina Vallejo.
Cristina Vallejo, candidata a decana con el lema «El ICAB es tuyo»: “Si ganamos, ningún abogado quedará atrás por la Inteligencia Artificial”
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06/6/2025 01:00
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Actualizado: 06/6/2025 08:34
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«Era ahora o nunca”. Así resume Cristina Vallejo el momento que la ha llevado a dar el paso y postularse como decana del Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), capitaneando una candidatura compuesta por 16 personas, una media de edad de alrededor de 50 años y un lema contundente y con gancho: «El ICAB es tuyo».
Con más de dos décadas de experiencia, un firme compromiso con la formación y un discurso centrado en la profesionalización, la integración y el impulso tecnológico, Vallejo quiere cerrar la brecha entre el Colegio y sus colegiados.
Su objetivo: recuperar la ilusión por la institución, dignificar el turno de oficio, garantizar el acceso a herramientas de inteligencia artificial y defender una abogacía cohesionada, sin etiquetas ni ideologías. Frente al avance de la automatización y los retos del presente, reivindica un Colegio “útil, cercano y fuerte”. Y, sobre todo, participativo y neutral.
“Votar —dice— es lo que da legitimidad a nuestra voz colectiva. Y una abogacía unida, votando, puede cambiarlo todo», afirma.
¿Qué es lo que le ha motivado a presentarse como decana en este momento?
Este es un momento clave para el futuro de la abogacía. La inteligencia artificial ya forma parte del día a día de los colegios profesionales y de los propios abogados. Nuestro reto ahora es formar un equipo capaz de liderar este cambio desde dentro del Colegio, al igual que ya lo están haciendo muchos despachos en su trabajo diario.
Con una Ley Orgánica que transforma también el funcionamiento del sistema judicial y apuesta por una justicia más eficiente, este es un momento clave. Si tienes vocación de servicio público, era el momento de dar un paso adelante.
¿Qué cree que le falta hoy al Colegio de la Abogacía de Barcelona?
Superar la desafección de los colegiados. Por eso hemos hecho una hoja de ruta. Estamos visitando todos los despachos.
¿Cuántos votan normalmente?
Un 20 por ciento, contando con los no ejercientes.
Ustedes son, entre ejercientes y no ejercientes unos 25.000. El 20 por ciento son alrededor de 5.000.
Ahora es el momento perfecto para integrar a todos. Hemos construido una candidatura que representa todas las sensibilidades de la abogacía, sin importar el tamaño del despacho ni la ideología de cada uno. No he preguntado a nadie a quién vota, ni ellos a mí. La neutralidad política es fundamental.
Lo que nos une es la profesión y la necesidad de una abogacía fuerte, cohesionada y con capacidad de influencia.
Tenemos retos urgentes, como la pasarela al RETA, dignificar el turno de oficio o mejorar la calidad de la legislación. Somos los abogados quienes estamos en primera línea, quienes vemos el conflicto de cerca, y sabemos cuándo una ley no va a funcionar en la práctica, como ocurrió con la multirreincidencia en Barcelona.
Por eso es tan necesario que el Colegio esté liderado por una candidatura profesionalista e integradora. No sé si venceremos, pero si conseguimos reducir la desafección, ya habrá valido la pena.
Somos quienes vivimos el conflicto en primera línea, en las trincheras del día a día. Por eso sabemos cuándo una ley está mal enfocada o un artículo mal redactado, y podemos decirle al poder político y legislativo: así no va a funcionar. Lo vimos, por ejemplo, con el caso de la multirreincidencia en Barcelona.
No se trata solo de lo que falta, sino de que ahora es el momento ideal para que una candidatura profesional y verdaderamente integradora tenga opciones reales de salir adelante. Quizá suene optimista hablar de vencer, pero si conseguimos reducir la desafección y recuperar la ilusión por el Colegio, para mí ya sería una gran victoria.
Esa desafección de la que habla no es un mal solo del Colegio de la Abogacía de Barcelona. Lo padecen la mayoría de los 83 colegios de abogados de España.
Bueno, hay que dar ejemplo. ¿Por qué hemos elegido el eslogan “El ICAB es tuyo”? ¿Y cómo hemos hecho la candidatura? Queremos que los compañeros se vean reflejados en nosotros. Eres administrativista del sector público y no litigas, tienes un administrativista en la Junta de Gobierno.
¿Eres abogado de empresa?, tienes dos abogados de empresa. ¿Eres joven?, tienes 3 jóvenes. ¿Eres litigador?, soy decana litigadora en el ámbito civil y tengo un vicedecano que también litiga por la vía penal. ¿Tienes un problema con la pasarela al RETA o con la carga laboral? Tengo una laboralista y así en 16 ocasiones.
La profesionalización es la forma más clara en nuestra profesión de integrarte en el Colegio, además de pequeñas decisiones internas, ¿no?
Conozco bien el área de formación desde dentro, y creo que ha llegado el momento de revisar el reglamento interno y priorizar una formación útil, de verdad vinculada a lo que los abogados necesitan.
¿Y si convertimos la cuota colegial en horas de formación? Algo tan sencillo como: “Nunca he ido al Colegio, pero si lo que pago me lo devuelves en formación útil, quizá empiece a ir”.
Claro que hay que pagar y formarse, pero si queremos una abogacía de prestigio, que sea un orgullo ser abogado o abogada de Barcelona, la actualización constante es imprescindible. Y, sobre todo, debe hacerse sin que exista una barrera económica que lo impida.
¿Por qué razones deberían los votantes confiar en su candidatura?
Pues prefiere contestarte a la segunda pregunta y no a la primera, a la primera no la contesta. Esto por respeto y lealtad a los compañeros, que cualquiera que tiene vocación de servicio, yo ya tiene mi felicitación. ¿Por qué nos tiene que votar a nosotros? ¿Por lo que te digo?
Porque creo que el ejercicio de la profesión de todos nosotros que formamos el Grupo, la profesionalización y la integración, la tienen garantizada.
«Nuestra propuesta es clara: que la cuota colegial incluya el acceso a una herramienta de inteligencia artificial profesional. Porque no todos los despachos pueden pagar 6.000 euros al año por usar Harvey. Y si tú estás en un despacho unipersonal, el Colegio tiene que darte ese soporte tecnológico, económico y formativo».
¿Qué papel debe jugar el colegio frente a la creciente automatización legal y la irrupción de la Inteligencia Artificial?
Frente al avance imparable de la inteligencia artificial y la automatización, muchos abogados, especialmente seniors, se están viendo desbordados por la complejidad tecnológica.
En Madrid, por ejemplo, conozco a varios compañeros que han dejado de ejercer por esta razón. Pero el Colegio debe ser también de ellos. Y si queremos una abogacía inclusiva, tenemos que cerrar esa brecha digital y formativa que está expulsando a compañeros con décadas de experiencia.
Desde el ICAB ya se están haciendo esfuerzos en esa dirección, como con el grupo de Ciberderecho, que ofrece formación gratuita cada viernes sobre inteligencia artificial. O la biblioteca digital con acceso a herramientas, para que todos los colegiados puedan experimentar con estas tecnologías, sin importar su edad o el tamaño de su despacho. Pero debemos ir más allá.
Hoy no es lo mismo hablar de IA que hace cuatro años. Herramientas como Harvey, Vincent o Sofía evolucionan cada semana. Por eso, si ganamos, desde el minuto uno queremos sentarnos con editoriales jurídicas y fondos de inversión para impulsar startups y acuerdos que beneficien a toda la abogacía.
Nuestra propuesta es clara: que la cuota colegial incluya el acceso a una herramienta de inteligencia artificial profesional. Porque no todos los despachos pueden pagar 6.000 euros al año por usar Harvey. Y si tú estás en un despacho unipersonal, el Colegio tiene que darte ese soporte tecnológico, económico y formativo.
La OCDE ya ha dicho que el 30 % del tiempo de los profesionales se va a automatizar. No significa perder empleos, sino ganar tiempo para aportar más valor al cliente, para hacer lo que realmente importa.
Tenemos que ver esta transformación como una oportunidad, no como una amenaza. Pero para eso necesitamos una abogacía unida y un Colegio que lidere el cambio.
Una de las etiquetas que les han puesto es que ustedes son una candidatura continuista de la Junta de Gobierno actual.
Pues mire, si la etiqueta de continuista supone conocer la institución…, lo he dicho muchas veces: lo acepto con mayúsculas.
¿Y cómo valora la gestión de la Junta de Gobierno actual?
Creo que el verdadero respaldo lo dieron los propios colegiados en la Asamblea de principios de abril, cuando aprobaron los presupuestos con la mayor asistencia desde 2017, avalando así la gestión económica de la actual Junta de Gobierno. Por eso, no puedo ni quiero contradecir esa voluntad mayoritaria del Colegio.
¿Es negativo el continuismo? Solo lo sería si uno viniera a no hacer nada. Pero no es el caso. Somos 16 personas en la candidatura, y 14 de ellas no formaban parte de la Junta actual. El contexto también ha cambiado, y venimos con una mirada puesta en el futuro.
Para mí, hablar de “continuismo con mirada de futuro” solo tiene ventajas: significa poder gobernar desde el primer día, porque conozco bien la institución, sé qué hace falta para modernizarla y cómo poner en marcha los proyectos que hemos propuesto. No le veo nada negativo.
¿Qué experiencias, en su carrera profesional, cree que le han preparado mejor para capitanear una institución como el ICAB?
Por un lado, mi vínculo con el Colegio comenzó en el año 2000, cuando, siendo muy joven, tuve la oportunidad de entrar como profesora en la Escuela de Práctica Jurídica. Ese primer contacto con la formación inicial fue clave. A partir de ahí, me convertí también en profesora universitaria.
La formación se convirtió en una vocación que me ha acompañado a lo largo de toda mi carrera y que, además, me ha servido como un barómetro para entender cómo evoluciona la profesión, especialmente a través del contacto directo con los jóvenes.
Por otro lado, quiero agradecer especialmente a Eugenia Gay y a Jesús Sánchez. Gracias a ellos conocí de cerca lo que significa realmente gobernar una institución. No es lo mismo ir a dar una clase y luego volver a tu despacho, que estar dentro de la estructura del Colegio y ver cómo desde ahí puedes aportar, impulsar cambios y ayudar a tus compañeros. Eso fue lo que finalmente me llevó a dar el paso y comprometerme más a fondo.
Estuve en la Junta de Gobierno entre 2017 y 2021, cuatro años con responsabilidades en formación y también en la Comisión Mixta de relación con la Administración de Justicia. Allí descubrí también el valor —y la frustración— de trabajar en un ámbito donde muchas decisiones dependen de otros, como la Administración.
Aun así, creo firmemente que hay mucho margen para avanzar en acuerdos, convenios y protocolos que se adapten a la realidad actual y realmente ayuden a los abogados.
Y sí, tengo mi propio despacho. Somos tres socias: dos abogadas y una secretaria. Es un proyecto personal que combina perfectamente con mi compromiso con la profesión.
¿Y cómo lo han encajado sus socias? Porque ya sabe que el decanato es un vampiro del tiempo.
Les pedí permiso a ambas. Hemos reforzado la estructura con una nueva abogada.
¿Es consciente de que no va a cobrar nada del Colegio? Esta es casi una ocupación a tiempo completo que se hace, como se dice en la calle, por la cara.
Lo sé (sonríe). Al final, de eso se trata la vocación de servicio: si vienes con otra intención, entonces estás en el lugar equivocado. Por eso, antes de dar el paso, pedí permiso a mis socias y también a mi marido, que es abogado como yo. Tenemos dos mellizas de cinco años, así que su apoyo era fundamental.
Afortunadamente, tengo el respaldo de mi familia, de mis socias —con quienes en julio cumplimos diez años trabajando juntas— y también un gran equipo que hemos formado para este proyecto. Estoy muy orgullosa de todos ellos. Ya no tenía más excusas: era el momento de dar el paso.
«Nadie puede liderar solo. Por eso vuelvo a la idea de equipo. En esta candidatura somos 16 personas, todas muy profesionales. Me he rodeado, a propósito, de gente mejor que yo, incluso con trayectorias más brillantes. Porque esa es, precisamente, la única forma de hacerlo bien».
¿Le costó convencerse de que quería dar ese paso? Ha estado 4 años fuera del Colegio...
Dar el paso al frente también tiene mucho que ver con el liderazgo femenino. Siempre hablamos de empoderamiento, pero no puede quedarse en una pose: hay que actuar.
Y para eso, necesitamos mujeres que den el paso, que demuestren que no debe haber ningún impedimento, ni profesional ni personal, para liderar una institución como el Colegio de la Abogacía de Barcelona. Y hacerlo, además, con orgullo.
Ahora bien, nadie puede liderar solo. Por eso vuelvo a la idea de equipo. En esta candidatura somos 16 personas, todas muy profesionales. Me he rodeado, a propósito, de gente mejor que yo, incluso con trayectorias más brillantes. Porque esa es, precisamente, la única forma de hacerlo bien.
¿Cuál es la media de edad de su equipo?
No quiero equivocarme. Tres están en los 30, unos muchos están en los 40. Otros tantos en los 50 y en los 60, dos. No creo que lleguemos de media a los 50 años.
Una de las patatas calientes sobre la mesa es el problema de los mutualistas. Están corriendo bulos sobre la idea de que la Mutualidad está en las últimas cuando es una de las entidades financieras más solventes y saneadas que hay. ¿Cuál es la solución a esta asignatura pendiente?
Ha dado en la clave: la información. No podemos seguir hablando del derecho de los consumidores, de su protección, si nosotros mismos no aplicamos esos principios dentro de la abogacía. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea se lo ha recordado al Supremo una y otra vez: lo esencial es la información, la información y la información. Y nosotros, como colectivo, no estamos informando lo suficiente.
Hay que afrontar el problema de cara y dar a los colegiados toda la información que necesitan. Yo, por ejemplo, soy mutualista desde 1998 y tengo derecho a saber con claridad cuáles son mis opciones: si quiero seguir como estoy, si puedo acogerme a la pasarela al RETA o no. Esa transparencia es un deber del Colegio.
Somos una profesión que debe dar ejemplo. Y eso empieza por ofrecer un servicio claro, honesto y útil al colegiado. En nuestro equipo contamos con una experta en Derecho Laboral que se encargará de que la información que se transmita desde la institución sea certera, rigurosa, comprensible y, sobre todo, transparente.
El pasado 6 de mayo se tomó en consideración una propuesta legislativa del PSOE sobre la pasarela al RETA. Ahora queda ver si, en el actual escenario político, con sus juegos de mayorías y bloqueos, esa iniciativa avanza o se queda congelada.
Si llegamos a gobernar en julio, probablemente estaremos en pleno periodo de enmiendas, y ahí es donde la abogacía debe estar presente. Nos corresponde sentarnos en la mesa, participar activamente y trabajar para que esa pasarela sea lo más beneficiosa posible para todos los compañeros. Ese es nuestro papel y nuestra responsabilidad como Colegio.
En España tenemos 17 Comunidades Autónomas. 12 de ellas tienen las competencias transferidas en materia de Justicia. Y con ello el turno de oficio y sus cuestiones económicas. Los tratamientos son diferentes según la Comunidad Autónoma transferida o no. ¿Ve usted que pueda haber una solución única para el turno de oficio en un futuro?
Piense que Barcelona, además, representamos al 70% de toda la abogacía de Cataluña..
Sí, claro de los 14 colegios existentes en esta la Comunidad Autónoma.
Estamos en una comunidad con las competencias transferidas y donde, afortunadamente, el pago a los abogados del turno de oficio se está realizando puntualmente. Pero eso no significa que no existan problemas importantes.
El gran reto es dignificar la labor del turno de oficio. Que un abogado joven no descarte ejercer en el turno de oficio porque lo vea como algo precario o sin reconocimiento. Que no se cobre por la disponibilidad en una guardia es un problema estructural que no se soluciona con discursos, sino con inversiones concretas: estamos hablando de millones de euros.
Por primera vez se ha hecho una cuantificación clara del desfase económico en Cataluña. A día de hoy, se nos deben 23 millones de euros y solo se han pagado 8. Como decana, lucharé por recuperar esos 15 millones restantes. Y seguramente, cuando me siente a negociar, la deuda habrá crecido por efecto del IPC.
Mi prioridad será clara: defender a la abogacía de Barcelona, a la que represento. A partir de ahí, podremos valorar si tiene sentido una organización a nivel más amplio, pero siempre con un principio firme: sumar fuerzas.
Defenderemos una armonización que garantice el pago puntual y la dignificación del turno de oficio en toda España. Cuantos más seamos, más capacidad tendremos de influir y de mejorar la situación para todos.
¿Cuántos abogados están ejerciendo en turno de oficio en Barcelona?
Estamos en torno a los 4000-4.500 adscritos al turno de oficio.
Si gana estas elecciones, ¿qué le gustaría haber conseguido cuando acabe su mandato?
Pues mire, mi objetivo es combatir esa desafección y lograr que pertenecer al Colegio de la Abogacía de Barcelona vuelva a ser motivo de orgullo y prestigio. Queremos una abogacía más unida, centrada en lo profesional, en lo que nos une como colectivo.
Aspiramos también a haber avanzado en la regulación de la inteligencia artificial, marcando límites claros y garantizando que ningún abogado quede atrás, ni por la tecnología ni por razones económicas. Que ningún compañero sufra una brecha digital que le impida ejercer con dignidad.
Y, sobre todo, que sientas que tu Colegio te protege: frente a la Administración, frente a los retos judiciales, frente a los desafíos que la tecnología ya nos está planteando. Porque si esta candidatura tiene algo claro, es que el verdadero reto está en el futuro. Y queremos estar preparados para enfrentarlo, del 2025 al 2029, con visión, unidad y compromiso.
«El gran reto es dignificar la labor del turno de oficio. Que un abogado joven no descarte ejercer en el turno de oficio porque lo vea como algo precario o sin reconocimiento».
¿Y van a continuar organizando tantos congresos, jornadas y actos como hasta ahora?
Gracias por la pregunta, porque me permite hablar de un proyecto personal que me hace especial ilusión y que forma parte del plan de sostenibilidad que queremos impulsar desde el Colegio como corporación de derecho público.
Se trata de reforzar la función social de la abogacía, un aspecto que a veces queda en segundo plano, pero que es fundamental.
La idea es aprovechar la fuerza de convocatoria de la formación para dar visibilidad a las fundaciones y causas solidarias.
En Cataluña, el mundo fundacional es muy activo y protagonista, pero muchas veces le falta visibilidad.
Sabemos que no siempre es fácil llenar una sala por una causa social, porque el día a día nos arrastra, pero sí se llena por un congreso inmobiliario, por ejemplo.
Así que proponemos organizar 12 congresos, cada uno vinculado a una causa social distinta. Cada evento será una oportunidad para dar visibilidad a una fundación y, además, destinaremos el excedente económico del congreso a esa entidad en forma de un cheque.
De esta manera, no solo se dará a conocer su labor, sino que el Colegio, como institución, aportará un apoyo concreto y real al mundo fundacional.
Es nuestra forma de sumar desde la abogacía al tejido social.
¿Van a mantener el I+Dret+I, ese “think tank” de ideas y propuestas legislativas que ustedes inventaron y que hoy comparten con Madrid, Valencia y Málaga?
Claro que tenemos que seguir con ello. Es un elemento fundamental para nuestro objetivo de hacer propuestas, de influir en el poder legislativo.
¿Qué mensaje le gustaría enviar a sus compañeros que, a día de hoy, están dudando sobre ir a votar?
Pues, sobre todo, que voten. Ya casi ni les pido el voto para mí, sino simplemente que voten, porque la participación es lo que da legitimidad a la institución. Una abogacía que vota es una abogacía unida, y una abogacía unida tiene capacidad de hacer lobby, de defender con fuerza temas clave como la pasarela al RETA o la dignificación del turno de oficio.
Si la distancia es el problema, que no se preocupen: en los próximos cuatro años implantaremos el voto telemático. Hasta ahora no era técnicamente viable, pero eso va a cambiar. Por eso, ahora más que nunca, les pido que voten por el Colegio.
No por una candidatura u otra, sino por la institución que nos representa a todos. Aprovechemos que vivimos un momento social pacífico para fortalecerla.
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