Las contradicciones de la joven durante sus declaraciones, clave en la decisión de la AP de absolver al joven acusado de agresión sexual. Foto: Confilegal
Un menor, absuelto tras ser acusado de agresión sexual por una compañera de clase: «un año y medio de infierno»
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03/7/2025 05:36
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Actualizado: 02/7/2025 21:39
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La Audiencia Provincial de Sevilla ha estimado el recurso presentado por el abogado del menor, Francisco Campos; y con ello, ha revocado la condena por un delito de agresión sexual. Ello, al considerar que la presunción de inocencia del acusado debe prevalecer. Especialmente, debido a que el testimonio de la denunciante, también menor de edad, tiene fuertes incoherencias y contradicciones.
Aaron (nombre ficticio) de 16 años, era considerado autor de un delito de agresión sexual a una compañera de clase mientras hacían un trabajo de clase en su domicilio. Ello, imponiéndole el Juzgado de Menores, en diciembre de 2024, un año y 9 meses de internamiento en régimen cerrado. 3
Y, del mismo modo, 1 año de libertad vigilada con reglas de conducta de asistencia educativa Así como obligación de someterse a programas formativos de educación sexual, y prohibición de acercamiento o comunicación con la menor, Jesi. También al abono de 1.000 euros por daños morales.
Una decisión que llegaba después de una presunta agresión sexual durante una tarde de estudios.
Así pues, según los hechos probados, el 18 de noviembre de 2023, mientras esperaban a otro compañero para hacer un trabajo escolar, Jesi «se tumbó en un colchón. Y tras quedarse momentáneamente dormida, tuvieron una relación sexual con penetración vaginal. Sin que conste que hubiera sido sin el consentimiento de ella».
Decisión del Juzgado de Menores nº2 de Sevilla que la defensa del menor llevaba en grado de apelación a la Audiencia Provincial de Sevilla. Tribunal, compuesto por los magistrados Ángel Márquez Romero, Luis Gonzaga de Oro-Pulido Sanz y Carmen Pilar Caracuel Raya, que fallaba a favor de los intereses del joven.
Las contradicciones de la menor, claves en el caso
«Las contradicciones de la menor denunciante en los testimonios ofrecidos, tanto a la Policía, como al Fiscal de menores, y en el propio acto del plenario, fueron determinantes», explica Francisco Campos, socio fundador de Exculpa Abogados, a Confilegal.
Así pues, alegaba la joven que se sintió cansada. Momento en el que se acostó en un colchón de la casa de Aaron, quedándose dormida. Un punto en el que difieren las distintas versiones que ha ofrecido de los hechos. Ello, alegando en una de ellas que se despertó «sobresaltada, y con un dolor agudo en la vagina, notando que la estaban penetrando haciéndole mucho daño».
Un dolor que desaparecía en su declaración a la Fiscalía. Momento en el que ella explicaba que Aaron estaba enamorado de ella. «Y que ella incluso tuvo alguna duda de si dejar su relación y empezar con Aaron».
Del mismo modo, el médico forense, junto a la ginecóloga que le reconoció el día de los hechos, informó de que no se observaron lesiones traumáticas en los genitales de la chica. Algo que no correspondía con el dolor alegado..
También «existían conversaciones sexuales y de deseo carnal entre ambos menores. Todo ello a espaldas de la que fuera la actual pareja de la denunciante, que desconocía el coqueteo entre acusado y denunciante», explica el abogado. «Pero es que es más, los días posteriores a los hechos, la denunciante estuvo intentado ponerse en contacto telefónico con el acusado».
Por su parte, el joven siempre afirmó que la relación sexual se había realizado con consentimiento. Del mismo modo, apuntó que «fue el hecho de haber eyaculado dentro, cuando ella le había advertido que no lo hiciera, lo que determinó el enfado y la preocupación de ella. Ello, por temor a quedar embarazada. Algo ante lo que su primer pensamiento llamar a “su pareja” para que la acompañara y comprara la píldora del día después. Pareja a la que narró su versión de los hechos que, según el acusado, inventó para ocultar su infidelidad”.
El joven, absuelto del delito de agresión sexual
Los informes psicológicos aportados al procedimiento, describen al acusado como un adolescente emocionalmente dependiente y frágil. Tanto que llegó incluso a aceptar versiones ajenas por miedo a perder a la persona de la que estaba enamorado.
Con todo, la sección tercera de la Audiencia hace suyos los argumentos expuestos por la defensa, declarando que “existen dudas sobre la realidad de lo ocurrido”. Lo que en derecho penal obliga absolver al acusado, en virtud del principio in dubio pro reo.
Una sentencia que no ha sido la única pesadilla para Aaron. Y es que, durante todo el proceso, el joven también sufrió el abandono social y el señalamiento de su entorno más cercano. El menor fue víctima de bullying, aislamiento en su centro escolar y el rechazo de su grupo de amigos.
“Ha sido un infierno. Ver a tu hijo hundido, destrozado, sin querer salir de casa, sin poder mirar a nadie a los ojos, es una tortura que ningún padre debería vivir”, declara su padre. “Pero hoy, por fin, se ha hecho justicia. Se ha demostrado lo que siempre supimos: que era inocente”
Por su parte, la madre del menor asegura que nada volverá a ser como antes después de esta falsa acusación. “Nosotros no vamos a recuperar el tiempo perdido, ni la salud mental de nuestro hijo. Pero al menos hoy, el mundo vuelve a ver lo que nosotros nunca dudamos: que mi hijo no era culpable”.
“Con este caso queremos volver a hacer especial hincapié en la importancia de contar con una defensa letrada especializada en los causas de agresiones sexuales. Un mal enfoque del procedimiento puede generar que, una persona inocente, pese a haber sido denunciado de manera espuria, se vea envuelto irremediablemente en una larga guerra judicial de consecuencias potencialmente devastadoras”, señala el abogado penalista D. Francisco Campos Notario.
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