Íñigo Gómez-Jordana

Fundó el despacho Alarde a principios de 2021, después de su salida tras seis años y medio en DLA Piper. Íñigo Gómez-Jordana aseguró que llevaba con la idea de crear su propio despacho al menos ocho años. Este abogado, experto en transacciones y operaciones financieras complejas, pretendía salir de la zona de confort, después de haber trabajado en otros despachos de excelente reputación, como son Clifford Chance, Allen & Overy o DLA Piper.

Decidió dar el paso ya que se siente «seguro y cómodo de asesorar a clientes de forma directa con el equipo que me apoya y que irá creciendo de forma progresiva”.

Alarde, su propia boutique, será liderada por él los próximos trece años. No teme a su nueva aventura emprendedora, a pesar de tener más de 50 años. Excompañeros suyos de Clifford Chance ya lo han hecho anteriormente, como Juan José Lavilla y su propio despacho de administrativo o José Ignacio Jimenez Blanco, KPMG que lo hizo en fiscal.

Como parte del equipo inicial de Alarde, señalar a la abogada Fernanda Matosas, experta en derecho societario privado. Su anterior empleo era secretaria del Consejo de Administración de la empresa Deoleo.

Marta Batalla trabajará en el área de mercado de capitales financiera. Fue asociada del despacho norteamericano Simpson Thacher & Bartlet en su oficina en Londres. También contará con Celia Bordiu, como apoyo administrativo legal.

Gómez-Jordana no pretende contar únicamente con su equipo inicial, sino crecer en alguna área de práctica y además, incorporar a gente en un futuro cercano. Su experiencia internacional hace que puedan contar con apoyo en otras firmas internacionales, lo que propicia acuerdos con despachos ubicados en Italia y Londres.

El fundador de Alarde quiere convertir la firma en un referente legal para toda empresa que pretenda hacer negocios e inversiones en España, además de ayudar a compañías españolas que busquen la internacionalización y su expansión por el mundo.