«¡Decidí matarla, era mi hija o ella!», Montserrat González, asesina de Isabel Carrasco
Montserrat González, la asesina confesa de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León y del PP de esa provincia, durante el juicio en que fue condenada. EP.

«¡Decidí matarla, era mi hija o ella!», Montserrat González, asesina de Isabel Carrasco

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19/1/2016 19:38
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Actualizado: 14/1/2019 16:06
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«¡Era ella o mi hija. Si no lo hacía era mi hija, preferí ella a mi hija. Ella iba a seguir haciéndole la vida imposible, por eso decidí matarla». De esta manera Montserrat González confesó ante el jurado popular, en la primera del juicio que está teniendo en la Audiencia de León, su decisión de acabar con la vida de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León y del PP provincial.

Tomó la decisión después de una reunión de la cúpula del PP en Madrid en la que, según la acusada, se proponía designar como nuevo presidente del PP leonés a Javier García Prieto, pero finalmente «Rajoy no dejó».

En ese momento, ha indicado Montserrat González, se dio cuenta de que Isabel Carrasco iba a continuar al mando e iba a seguir con el acoso a su hija. «Estaba ya tan decidida, vi que García Prieto ya no salía y decidí que la iba a matar», ha dicho.

Entre lágrimas, y en respuesta a preguntas de su letrado, José Ramón García -se negó a responder a las del fiscal y a las del resto de la acusaciones-, Montserrat González afirmó que ni Raquel Gago ni su hija Triana Martínez planearon junto a ella el crimen.

«No tenían nada que ver, ellas no tenían ni idea. Lo hice ese día porque coincidió, perfectamente podría haberlo hecho otro día», declaró, en un claro intento de cargar ella con toda la culpa para que las otras dos acusadas de asesinato queden libres.

La asesina ha reconocido que no está arrepentida. Si dijera otra cosa «mentiría».

«Estaba convencida de que si no lo hacía mi hija iba a sufrir algún percance, que iba a ir a su entierro. Si hubiera salido de presidente Javier García Prieto no estaríamos aquí», ha lamentado.

En cuanto a cómo se produjo el crimen, Montserrat González ha relatado que el 12 de mayo de 2012, a primera hora de la tarde, decidió «ir a andar» y a ver si «encontraba» a Isabel Carrasco, porque ya había decidido matarla, aunque ha precisado que «ni ella misma» sabía que ese iba a ser el fatídico día.

En las inmediaciones del lugar del asesinato, en una calle de León muy próxima al domicilio de Isabel Carrasco, González vio a su víctima y llamó a su hija para decirle que se fuera al coche.

«Mi hija me notó nerviosa por teléfono, me preguntó qué pasaba y le dije que veía a la Carrasco y se va a cagar».

A partir de ese momento, Montserrat González siguió a su víctima hasta que logró aproximarse a ella en la pasarela sobre el río Bernesga y cuando se percató de que no había nadie se acercó y le disparó por la espalda.

«Yo le di en la espalda y después le di más. Tampoco sé dónde le di.  Le dispare en lo alto de la pasarela porque venía gente», ha manifestado.

En su huida, ha agregado, se desprendió del bolso que incluía el arma, una navaja y 50 euros, tirándolo en un garaje próximo al lugar del crimen, pero ha negado que hubiera quedado con su hija para que ella se desprendiera del arma homicida.

VIVE POR SU HIJA

La autora material ha asegurado a lo largo de su intervención que la relación que mantenía con su hija «era muy estrecha» y que ella es «su vida».

Además, ha explicado que la afiliación de Triana al PP se realizó de la mano de un amigo de la familia, Gaspar de Astorga, que era «amigo íntimo de Herrera«, en referencia al presidente de la Junta, y también gracias al que fuera presidente de la Diputación de León Javier García Prieto, quienes «apadrinaron» a Triana.

Gran parte del interrogatorio a Montserrat González ha girado sobre el presunto acoso que Triana Martínez sufrió por parte de Isabel Carrasco, algo que según Montserrat González comenzó cuando la víctima solicitó a su hija «mantener con ella relaciones sexuales».

Como ella «se negó y salió corriendo» -asegura- comenzó el acoso laboral, personal y económico.

Para cimentar tal circunstancia, Montserrat González ha explicado que Isabel Carrasco eliminó una plaza de ingeniero en la Diputación de León, que en un principio fue creada a medida de Triana, para que ésta «nunca tuviera la oportunidad de recuperarla».

Se inició entonces «una persecución increíble» que, según Montserrat González, también fue en forma de continuas inspecciones de Hacienda y trabas para encontrar cualquier tipo de trabajo, así como para cobrar facturas de trabajos que ya había realizado. Incluso, ha añadido, frustró la posibilidad de Triana de ser directora general de la Junta de Castilla y León, un puesto que le habían asegurado «sería para ella».

Montserrat González ha dicho que la situación de acoso llevó a Triana a «estar fatal» porque incluso la gente «no salía con ella, no iban ni a tomar un vino con ella» por miedo a Isabel Carrasco.

«Sentí miedo por ella, por si hacia algo», ha manifestado Montserrat González entre lágrimas cuando ha recordado los casos de varios conocidos suyos, uno que se había tirado por la ventana y otro que se había pegado un tiro. «No quería que a mi hija le pasara lo mismo», ha insistido.

LA CONFESIÓN

Tras ser arrestada, Montserrat González ha explicado que que le fueron a ver «unos policías de Burgos» que creía que «venían a hacerle un favor» porque dijeron que venían de parte de su marido, el comisario de Astorga, y ella se lo creyó.

«Me enseñaron los mensajes que estaban poniendo en Internet», sobre el crimen y «sobre lo que ella era, que no tiene nombre», ha explicado en relación a Isabel Carrasco.

Montserrat González ha precisado que confesó los hechos porque pensaba que los policías iban a ayudarla y que iban a dejar libre a Triana, y que incluso le enseñaron en el ordenador una ley, según la cual, su hija saldría indemne porque «era de la familia». EP.

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