Una madre y un hijo se enamoran “locamente” y piden a la justicia que se les permita vivir como pareja
Mónica Mares, la madre, y Caleb Peterson, el hijos, en una foto de primeros de año. Mónica Mares.

Una madre y un hijo se enamoran “locamente” y piden a la justicia que se les permita vivir como pareja

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12/8/2016 15:06
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Actualizado: 12/8/2016 21:02
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La historia no ha ocurrido en España, donde no existe el delito de incesto, sino en Nuevo México, Estados Unidos, donde sí está vigente en 50 estados. Los dos “enamorados” son hispanos. La madre, Mónica Mares, tiene 36 años. El hijo, Caleb Peterson, 19 años. La pareja se enfrenta a una pena de 18 meses de prisión, cada uno.

Madre e hijo se conocieron el pasado mes de diciembre, después de que Mónica fuera a recoger a su hijo a la casa de su padre adoptivo, con domicilio en Texas, para conocerlo en persona.

Era el desenlace feliz de una de una historia de tantas en la que una joven adolescente se queda embarazada con 16 años, da a luz nueve meses más tarde y entrega el bebé en adopción. Y pasado el tiempo se reencuentran.

Sólo que en este caso la historia tomó un vericueto inesperado.

Sobre todo, teniendo en cuenta que Mónica Mares tiene nueve hijos más.

«La primera vez que vi a mi hijo en persona [a Caleb] fui muy feliz y le di un abrazo muy grande. Sentí mariposas en el estómago», contó ella al periódico británico Daily Mail, que publicó la exclusiva recientemente.

Lo suyo fue un flechazo en toda regla.

Según cuenta el diario, la pareja ha sacado a la luz su relación para “dar visibilidad” al fenómeno de la “atracción sexual genética” (GSA, en sus siglas en inglés), que es lo que debían sentir también los antiguos faraones.

La madre dice estar dispuesta a arriesgar todo porque están “locamente enamorados”.

Pero, por de pronto, la justicia les ha prohibido comunicarse y mantener contacto alguno.

Madre e hijo en el Twitter del Daily Mail, que ha hecho pública la historia. Twitter,

Madre e hijo en el Twitter del Daily Mail, que ha hecho pública la historia. Twitter,

CARTA MEDIÁTICA

De acuerdo con Caleb, después del primer contacto estuvieron conociéndose durante dos semanas hasta que él se lanzó y la besó en los labios.

«Los dos somos adultos y tomamos nuestras propias decisiones. Nos amamos con todo el corazón», explicó el joven al periódico londinense.

Caleb se trasladó a vivir a casa de su madre, junto con sus hermanastros pequeños, que, a los pocos días, ya le llamaban “papá”.

La cosa duró cuatro meses. Fue en abril cuando la Policía los detuvo. La fiscalía les acusó de incesto y el juez les impuso una fianza de 5.000 dólares, con las prohibiciones consiguientes, hasta el próximo mes de septiembre, que es cuando tendrá lugar el juicio.

Todo parece indicar que en este caso pintan bastos, por lo que han decidido jugar la carta mediática: pregonar a los cuatro vientos que se aman y que tienen derecho a vivir ese amor en plenitud y en libertad.

Mónica ha afirmado que, incluso, estaría dispuesta a dejar de ver a sus nueve hijos si la obligan a elegir entre ellos y “su amor”.

«Es el amor de mi vida y no quiero perderlo», aseguró Mónica al Daily Mail.

«Mis niños lo aman, mi familia también. Nada puede evitar que estemos juntos: ni los tribunales, ni la cárcel, nada. Tengo que estar con él. Cuando salga de la cárcel, si voy, me mudaré a un estado que nos permita estar juntos», explicó, entre lágrimas.

La pareja cree que si logra crear un estado de opinión positivo hacia su relación esto podría influir en la decisión del juez del caso a la hora de imponerles un castigo. De ahí que hallan salido a la luz.

EN ESPAÑA EL INCESTO NO ESTÁ TIPIFICADO

En nuestro país este caso no tendría ninguna trascendencia, igual que en Francia y Portugal.

En 1978 fue despenalizado, junto con el adulterio y el amancebamiento [lo que hoy se conoce como parejas de hecho].

Sin embargo, sí es delito en Italia, Gran Bretaña, Dinamarca, Suiza y Alemania.

Precisamente, en 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) negó a dos hermanos alemanes su supuesto “derecho al incesto», después de que la pareja recurriera ante el máximo tribunal de garantías del Viejo Continente.

Los hermanos Patrick Stuebing y Susan Karolewsk –hermanos carnales, pero separados de niños- recurrieron al TEDH después de que el primero fuera condenado a 14 meses de prisión por el delito de incesto.

La mujer no fue condenada porque padecía un “trastorno de la personalidad” y dependía de su hermano.

Según Estrasburgo, Susan Karolewsk sólo era parcialmente responsable de sus actos.

Ambos habían tenido cuatro hijos, de los cuales dos eran discapacitados.

El TEDH concluyó que la Justicia alemana tenía todo el derecho a tipificar y castigar el incesto porque no vulneraba ninguno de los derechos humanos. O dicho de otro modo, el «derecho al incesto» no podía considerarse un derecho fundamental, contemplado en la Convención Europea de Derechos Humanos, y, por lo tanto, no podía considerarse como tal.

En España fue famoso el caso de los hermanos gallegos, Daniel y Rosa Peñas, que tuvieron dos hijos.

El problema que tenían era que en el libro de familia no podían figurar como padres. Al final, consiguieron legalizar su situación y la justicia les reconoció como tales.

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