El optimismo impulsa la inversión en las empresas familiares para seguir creciendo, según KPMG
Juan José Cano, socio responsable de Mercados y de Empresa Familiar de KPMG.

El optimismo impulsa la inversión en las empresas familiares para seguir creciendo, según KPMG

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02/11/2016 06:58
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Actualizado: 04/4/2022 11:30
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Las empresas familiares ven el futuro con optimismo y confían en su capacidad para seguir creciendo a medio plazo. Así se desprende de la quinta edición del Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG, donde el 70 por ciento de los encuestados muestra una impresión “positiva” de la situación económica que tendrá su compañía en los próximos 12 meses.

El estudio también destaca que las buenas perspectivas impulsan las nuevas inversiones en los planes estratégicos: la mejora de la rentabilidad y el aumento de las ventas son las dos principales prioridades, pero cobran fuerza la inversión en talento e innovación.

En opinión de Juan José Cano, socio responsable de Mercados y de Empresa Familiar de KPMG en España “el desempeño y las expectativas de las empresas familiares son el espejo más honesto de la economía real. Por ello, es una gran noticia que el 70 por ciento de las empresas familiares españolas cuente con una percepción positiva de la situación económica de su compañía en los próximos 12 meses, y que un porcentaje importante haya incrementado sus ventas, su presencia internacional y su plantilla durante el último año”.

Desde su punto de vista “la confianza en el futuro es fuente de ilusión y, sobre todo, de seguridad en un momento económico y político marcado por la incertidumbre, en el que los valores diferenciales de las empresas familiares destacan todavía más: arraigo, vocación de largo plazo y compromiso con la comunidad, entre muchos otros”.

A su juicio “estos valores se convierten en referencia y refugio para inversores, ciudadanos, empleados o consumidores, en una coyuntura de transformación constante y profunda. Tal y como se ha visto a lo largo de las cinco ediciones del Barómetro, la empresa familiar ha ido mejorando sus perspectivas año tras año, un optimismo fruto del trabajo duro, el compromiso con la creación de valor y la apuesta por modelos de negocio sostenibles en el tiempo”-

A pesar de esto, “no podemos obviar en ningún caso que las empresas familiares afrontan, al igual que lo hacen el resto del mercado y de la sociedad, la globalización, la aparición súbita de competidores disruptivos en todos los sectores, o la implacable sacudida de la revolución digital, que ha transformado la forma de producir y de consumir. Además, ha cambiado las reglas del juego y obliga, más que nunca, a estar pendientes de aspectos como la ciberseguridad, y a situar la innovación y el talento como palancas clave en la estrategia empresarial a futuro”.

Para Cano “Sin embargo, es importante creer que los desafíos pueden convertirse en oportunidades, y las empresas familiares cuentan con una serie de características comunes que las sitúan en una posición de ventaja para liderar el cambio: por un lado, su propia naturaleza, ya que son fruto de la tenacidad, el trabajo duro y el liderazgo firme de personas que han perseguido su visión; y, junto a ello, la capacidad y la flexibilidad para tomar decisiones con agilidad es una aliada clave para pilotar a las empresas en el cambio”.

“En definitiva, las empresas familiares, fieles a sus valores a lo largo del tiempo, cuentan con cualidades únicas premiadas hoy, más que nunca, por inversores y consumidores. Sus valores diferenciales de compromiso con la comunidad y vocación de permanencia las convierten en pilar seguro de desarrollo y futuro”, aclara nuestro interlocutor

Curiosamente, la incertidumbre política es señalada por el 55% de las compañías como el mayor desafío, seguido del aumento de la competencia (47 por ciento) y la disminución de la rentabilidad (35%).

MEJORA PROGRESIVA DE LA PERCEPCIÓN DE LA SITUACIÓN

Analizados los resultados de las ediciones anteriores, se observa una continuidad de la tendencia iniciada hace algunos ejercicios. Si en 2013 sólo el 42 por ciento de las empresas familiares tenían una perspectiva positiva de la evolución de sus negocios, en 2014 y los años posteriores se registró una recuperación significativa de la confianza (64 por ciento, 79 por ciento y 70 por ciento, respectivamente).

Algo similar ocurre en las empresas familiares europeas, donde una amplia mayoría (72 por ciento) manifiesta una opinión positiva respecto a las expectativas de crecimiento, aunque lo hacen también en menor medida que el año pasado (75 por ciento).

La confianza en el futuro se apoya en los buenos resultados alcanzados este año en términos de facturación, empleo e internacionalización. Así, el 75 por ciento de las empresas familiares han aumentado su volumen de ventas en el último ejercicio (solo un 54 por ciento en el conjunto de Europa) mientras que solamente un 11 por ciento lo ha reducido. En términos de empleo, un 93 por ciento ha aumentado o mantenido su plantilla y el 74 por ciento declara ya tener presencia en mercados extranjeros.

Dos aspectos prioritarios: innovación y talento

Respaldadas por las buenas perspectivas, las empresas familiares incluyen nuevas inversiones en sus planes estratégicos. A la hora de establecer sus metas, los negocios familiares continúan priorizando la mejora de la rentabilidad y el aumento de la facturación, pero dos áreas se abren paso y toman cada vez más fuerza: la innovación y el talento.

De este modo, mejorar la rentabilidad es la principal prioridad para el 55 por ciento de las compañías que han participado en esta edición del Barómetro. A continuación, le siguen el incremento de la facturación (52 por ciento), el aumento de la innovación (21 por ciento) y la diversificación en nuevos productos y servicios (20 por ciento). Respuestas similares ofrecen las empresas familiares del conjunto de Europa.

El buen tono de las perspectivas a un año lleva a las empresas familiares a contemplar mayoritariamente (un 84 por ciento) planes de inversión en los próximos 12 meses, que estarán enfocados a desarrollar la actividad principal de la compañía (78 por ciento), a implementar nuevas tecnologías (52 por ciento) y a abrir mercado en el exterior (47 por ciento).

Incertidumbre y competencia, los grandes desafíos

A pesar del optimismo generalizado, las empresas familiares se enfrentan también a un entorno complejo que no está exento de retos. En este sentido, un 55 por ciento apunta a la incertidumbre política vivida durante el último año como el mayor desafío al que se enfrentan en la actualidad. El aumento de la competencia, señalado por un 47 por ciento, y la disminución de la rentabilidad, destacada por un 35 por ciento, le siguen como los principales obstáculos observados por las empresas familiares españolas.

En el caso de las compañías europeas, la percepción de los desafíos mantiene una tendencia similar, aunque con peso diferente de cada uno de ellos. Así, la incertidumbre política (37 por ciento) y la guerra por el talento (37 por ciento) comparten la primera posición en cuanto a retos del entorno, seguidos, de nuevo, por una mayor competencia (36 por ciento) y por el descenso de la rentabilidad (33 por ciento).

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