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LexNET: La profecía que se cumple

LexNET: La profecía que se cumple
Javier Puyol es el socio director de Puyol Abogados, una boutique legal especializada en el mundo de las nuevas tecnologías y el cumplimiento normativo. Confilegal.
30/1/2017 05:58
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Actualizado: 29/1/2017 18:08
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La historia de la humanidad está plagada de ejemplos de avances tecnológicos y los cambios que ellos han propiciado en la sociedad. El fenómeno es irreversibleLa historia de la humanidad está plagada de ejemplos de avances tecnológicos y los cambios que ellos han propiciado en la sociedad. El fenómeno es irreversibleLa historia de la humanidad está llena de ejemplos de avances tecnológicos y los cambios que los mismos han propiciado en el seno de la sociedad, materializándose en fenómenos de carácter irreversible, que han marcado la evolución de las sociedades, y también de las profesiones que se han desarrollado al amparo de las mismas.

Hoy en día, se puede afirmar que el trabajo está en plena mutación, por múltiples motivos.

Mientras la mayoría de los empleados y de los autónomos están intentando adaptarse a la idea de que un puesto de trabajo ya no es para toda la vida, y acostumbrándose a vivir múltiples etapas laborales en vidas azarosas, asoma por el horizonte una nueva ola de transformaciones que harán, según dicen los expertos, que todo lo que conocíamos hasta ahora prácticamente desaparezca, fruto de las nuevas herramientas digitales, del nuevo software, de la inteligencia artificial y de los cambios en los modelos de negocio[i].

El mundo de la abogacía y del derecho, no puede mantenerse ajeno a esta tendencia y al desarrollo de estas nuevas corrientes. Hace poco se señaló que las máquinas que vienen, ayudarán a escalar el conocimiento y a acelerar la experiencia.

Y nos proporcionarán más perspectiva para tomar decisiones. Ello supone, en definitiva, que la introducción de la inteligencia artificial en el desarrollo del trabajo y de las tareas profesionales, marcará un antes y un después en la profesión jurídica.

Aunque por muchos se piensa que la tecnología jamás podrá sustituir al ser humano en el proceso de toma de decisiones, porque esta es «una labor de artesanía que no puede realizar ninguna inteligencia artificial», la cual, sin lugar a dudas, agilizará la justicia, ayudará en la exactitud de las resoluciones. Pero no llegarán a sustituir a las personas. También puede que la realidad, finalmente, esta no sea así, y las personas sean sustituidas por maquinas o robots, donde cabe preguntarse:

¿Qué papel jugarán las personas?, ¿cuáles serán los nuevos roles del abogado o de la abogacía?

Es difícil imaginar el final de esta historia, y tampoco es sencillo predecir cuales van a ser los límites de la tecnología, pero por muchos se opina que se debe estar seguro, que jamás va a poder sustituir a la figura del abogado.

Evolución de la profesión

Las máquinas podrán realizar ciertos trabajos, pero no sustituirán a ese abogado que añade valor y que tiene la capacidad emocional de entender a los clientes más allá de los aspectos técnicos, lo cual provocará como un claro condicionamiento una nueva evolución de la profesión, donde las competencias y las habilidades sociales serán mucho más relevantes.

Sin lugar a dudas, la inteligencia artificial va a optimizar y mejorar los procesos de investigación y búsqueda de información.

Y es posible que ayude a realizar predicciones, lo que contribuirá a una abogacía más precisa y segura.

Pero forzará a los abogados a discursos intelectuales de mayor valor y calado con sus clientes, y al mismo tiempo a la diferenciación entre los servicios legales por competencias sociales y emocionales de los abogados.

Nada especialmente diferente de lo que ocurre ahora, pero llevado a niveles de máxima sofisticación[ii].

Existes algoritmos de predicción de sentencias

También debe tenerse presente que los algoritmos de predicción de sentencias existen, y el estado de la técnica ha determinado que sean en la actualidad capaces de generar resoluciones correctas en un 79 por ciento de los casos.

Este sistema será una herramienta útil, pero tampoco acabará con la figura del juez.

La Inteligencia Artificial (IA) es cada vez más real.

Su progreso puede ayudar a lanzar con más fuerza incluso otras áreas de interés como el Internet de las Cosas (IoT) o la realidad virtual[iii].

La inteligencia artificial supone que una maquina sea capaz de emular la función cognitiva del ser humano.

Hoy en día «se podría decir que una de las aplicaciones prácticas de la Inteligencia Artificial es la de facilitar la vida de las personas, pues los sistemas dotados de inteligencia son capaces de realizar procesos que a nosotros nos podría llegar a costar numerosas horas de esfuerzo y trabajo. Nuestra inteligencia unida a la rapidez de estos sistemas, nos ayudaría en gran parte a seguir evolucionando en temas de investigación y a dar con soluciones más eficientes de una manera rápida»[iv].

¿Podrá la inteligencia artificial sustituir a los jueces?

En el sector de la abogacía se habla mucho de la llegada de la inteligencia artificial (IA) y de las labores que podría cumplir dentro de una firma. Pero, tal como antes se indicaba, ¿podría esta misma tecnología sustituir a un juez?

La respuesta a esta pregunta no es simple, puesto que es necesario matizar qué espacios podría suplir este sistema informático.

Pero la realidad es que, en muchos casos, la inteligencia artificial podría de manera evidente alcanzar decisiones jurisdiccionales totalmente correctas[v].

Consecuentemente con todo ello, es posible afirmar que, en la actualidad, la tecnología da soporte no sólo a aspectos financieros, contables, o de clientes, sino también facilita la gestión del conocimiento y sobre todo crea plataformas comunes abogado/cliente para generar vías de comunicación fluidas y diferenciales.

Se calcula que un abogado puede utilizar un 30 por ciento de su tiempo buscando información, la tecnología permite y de hecho permitirá la reducción de este porcentaje de manera significativa[vi].

Así, después de años en los que todos los gurús del “management” y sólo un número reducido de abogados hablará de la necesidad de apoyar el trabajo jurídico en soluciones basadas en la inteligencia artificial.

Ahora se está produciendo un cambio en el modelo de negocio enfocado a ganar competitividad.

Sin embargo, no todo son ventajas en la inteligencia artificial, lo que precisamente ha servido como excusa perfecta para aquellos bufetes aún reticentes.

De hecho, aún no existe una normativa que proteja el trabajo y los resultados de estas fórmulas matemáticas[vii].

ROSS el primer abogado de inteligencia artificial

A título de ejemplo, puede traerse a colación la situación creada por el bufete estadounidense de abogados Baker & Hostetler anunció recientemente que han contratado a ROSS, «el primer abogado artificialmente inteligente del mundo», para echar una mano en casos de bancarrota empresarial.

Este bufete, que cuenta con 50 abogados humanos, piensa ampliar las competencias de ROSS a otros casos próximamente[viii].

ROSS se basa en Watson, la plataforma de computación cognitiva desarrollada por IBM, y es capaz de leer y comprender, generar hipótesis cuando se le pregunta, y responder con referencias y citas para respaldar sus conclusiones.

Está diseñado para bucear rápidamente en normativas y jurisprudencia.

Y además tiene capacidad de aprendizaje: cuanto más se utiliza, más rápidas y certeras serán sus respuestas, que no son meras referencias sino textos estructurados según su propio criterio.

Mediante el uso de abogados robotizados, sobre la base de la inteligencia artificial se arguye, que los bufetes de abogados podrían cobrar tarifas más bajas, ya que no tendría que pagar a seres humanos para manejar los casos de los clientes, y además, los abogados actualmente sin trabajo podrían utilizar los servicios de dicha inteligencia artificial para crear opciones más asequibles para los clientes.

Todas estas reflexiones, nos llevan a pensar que estamos en los primeros tiempos de la tecnología aplicada a la abogacía, donde la evolución, aunque muchos nos pese, puede llegar a convertir a los abogados de hoy en día en meros controladores jurídicos de máquinas increíblemente inteligentes, dotadas de un nivel de conocimiento e información muy superior a la mente humana, en el que el mundo del derecho se trate de estandarizar y homogeneizar lo más posible, bajo la justificación de una seguridad jurídica y una capacidad de gestión, que pretendidamente sólo las máquinas son capaces de conseguir

En ese momento, la profesión, tal como la conocemos en la actualidad, habrá perdido su actual sentido, y probablemente habrá ganado otro, donde cabe esperar que no se despersonalice, y donde el ser humano, como tal, siga siendo el centro de su existencia y justificación.

LexNET, el primer paso

El Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española al analizar el término “predecir”, indica que el mismo significa «anunciar por revelación, ciencia o conjetura algo que ha de suceder».

Este mundo que parece tan lejano, y al mismo tiempo tan próximo, empieza a dar muestras de que ha cumplido la primera profecía, a modo del Antiguo Testamento:

Y esta es “LexNet”.

LexNet, como todo el mundo conoce ya, constituye una plataforma de intercambio seguro de información entre los órganos judiciales y una gran diversidad de operadores jurídicos que, en su trabajo diario, necesitan intercambiar documentos judiciales (notificaciones, escritos y demandas).

Han transcurrido varios años desde su implantación y LexNet se ha convertido en un instrumento de trabajo seguro tan habitual en el ámbito de las comunicaciones judiciales, como el teléfono, el fax o el correo electrónico.

El sistema, que empezó a funcionar en el año 2004, y en la actualidad cabe indicar, que el mismo:

a). Cuenta con más de 52.000 usuarios.

b). Es utilizado en más de 3.500 órganos judiciales.

Y ha permitido intercambiar más de 160.000.000 de comunicaciones.

Lexnet, tal y como su nombre indica (la Ley en la Red), pretende extender gran parte de los servicios que ofrece la Administración de Justicia a través de Internet, haciendo que estos sean accesibles desde cualquier parte y en cualquier momento.

Es muy posible que, en una época tal vez no demasiada lejana se recuerden los tiempos en que funcionábamos sin estos medios tecnológicos de comunicación donde todo era manual y artesanal, cuando en dichos nuevos tiempos, en los extremos de Lexnet no haya abogados humanos que redacten sus demandas, tampoco funcionarios que las asignen a un determinado órgano judicial, sino meros robots inteligentes que penetren en nuestras vidas y las gestionen profesionalmente de la manera más insospechada.

Hay que reconocer, sin temor a equivocarse, que el futuro de la abogacía es sin duda tecnológico, basado en el mundo nuevo que nos abre la inteligencia artificial y los medios innovadores de comunicación, que evolucionarán con toda probabilidad a partir de las redes sociales[ix], teniendo en cuenta siempre, que no todo es comprender o transmitir, sino que muchas veces la esencia del caso reside, precisamente, en sentir.

Por ello, cabe preguntarse si, ¿será capaz un sistema dotado de inteligencia artificial de hallar el sentido de las implicaciones de la vida humana, pero sin «vivirla»?[x].

 

[i] Cfr.: JIMENEZ, Luis. “El ocaso de los trabajos que conocemos”. La Vanguardia. 13 de diciembre de 2.015.

[ii] Cfr.: NAVARRO, Eugenia. ¿Sustituirá la inteligencia artificial a los abogados? 29 de mayo de 2.016. Blog de Eugenia Navarro.

[iii] Cfr.: “ IBM y Abanlex explican la Inteligencia Artificial y sus retos para el sector jurídico” 11 de julio de 2.016

[iv] BIURRUN ABAD, Fernando. “Inteligencia artificial y sector jurídico”. LegalToday. 22 de agosto de 2.016, citando a Mirian García.

[v] Cfr.: MORENO. V. ¿Puede la inteligencia artificial sustituir a juez en un tribunal? Expansión. 2 de noviembre de 2.016.

[vi] NAVARRO, Eugenia. “El futuro de la abogacía es tecnológico y se abre a la inteligencia artificial”. Idearium. ESADE. 7 de mayo de 2015

[vii]Cfr.: SAIZ, Laura. “La inteligencia artificial revoluciona los despachos de abogados”.

[viii] Cfr.: ROMERO, Pablo. “Robots profesores, abogados o periodistas: la invasión de la inteligencia artificial”. El Español. 18 de mayo de 2.016.

[ix] NAVARRO, Eugenia. Obra citada.

[x] BIURRUN ABAD, Fernando. Obra citada.

 

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