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Una visión económica de las políticas «Open Data» (I)

Una visión económica de las políticas «Open Data» (I)
Javier Puyol es el socio director de Puyol Abogados, una boutique legal especializada en el mundo de las nuevas tecnologías y el cumplimiento normativo. Confilegal.
30/4/2017 04:58
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Actualizado: 10/4/2023 17:49
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Las nuevas tendencias del movimiento denominado como “Open Data”, se centran fundamentalmente en la necesidad del acceso por parte de los ciudadanos[1] a los datos de carácter personal tratados por parte de las de las Administraciones Públicas, mediante el uso de formato de tratamiento de los mismos, que sea reutilizable.

Se parte en la configuración en este nuevo modelo del hecho consistente en que la información, al igual como ocurre en otras materias primas, supone la existencia de una serie de bienes que se hace necesario procesar, y en torno al cual se va a crear valores de naturaleza económica, y de cuya relativa escasez se van a derivar relaciones asimétricas de poder.

La llegada de Internet, y de la web social está redefiniendo profundamente el campo de juego, en un contexto de mucha abundancia de información, y desde luego, de un mayor protagonismo de la ciudadanía, y por ello se está asistiendo a un cambio muy profundo que nos encamina hacia una sociedad en la red, la cual se caracteriza por encontrarse mejor informada y, desde luego mucho más implicada en los asuntos públicos, y ello se concreta, en este caso, en la necesidad de defender a toda costa el derecho a la libertad de información, lo cual, aunque suene a repetitivo, no puede llevarse a efecto, sino desde el propio derecho a la libertad de información, el cual  presenta, básicamente, dos modalidades jurídicas muy concretas y determinadas que son: el derecho al acceso a los registros públicos, y el derecho a la protección de los datos de carácter personal, que necesitan para que el concepto “Open Data” funcione adecuadamente una íntima vinculación entre ambos.

Tal como se considera habitualmente, los pilares o fundamentos del gobierno abierto de los datos, están constituidos por los siguientes elementos:

a) La transparencia en la gestión de los responsables políticos y administrativos;

b) La rendición de cuentas por parte de los responsables de las administraciones públicas, sobre cómo estos gestionan los recursos económicos;

c) La participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones y diseño de políticas públicas

d) La colaboración, por un lado, entre las administraciones públicas para hacer una gestión más eficaz y agilizar los procesos burocráticos, y, por otro lado, entre éstas y los ciudadanos para ayudar a definir la agenda política;

e) La tecnología (abierta) para facilitar la participación y la colaboración, gestionar la documentación, la información y los datos generados, facilitar los flujos de información, el acceso y el intercambio, y

f) La innovación en los procesos de gestión para hacerlos eficientes y facilitar la participación de los ciudadanos y la colaboración entre administraciones y entre éstas y los ciudadanos para innovar como base del desarrollo territorial sostenible.

Para apoyar a estos fundamentos Montserrat García Alsina señala la existencia de tres aspectos a remarcar, y que son: el acceso y suministro de información, la accesibilidad y los datos abiertos (el open data):

«El primer aspecto –el acceso y el suministro de información– juega un importante papel en la transparencia y la rendición de cuentas, puesto que los gobiernos y las administraciones públicas tienen que garantizar a los ciudadanos el acceso a la información (económica, jurídica u organizativa) generada en el transcurso de sus actividades. Gobiernos y administraciones públicas también tienen que suministrar información a petición de los ciudadanos, preservando la protección de datos personales».

«El acceso y suministro de información tienen que estar regidos por procesos establecidos de gestión de la información y de los documentos. Del mismo modo, la participación y la colaboración involucran también el intercambio de información mediante varios canales, la mayoría de las veces basados en las TIC».

«El segundo aspecto que da soporte al gobierno abierto está vinculado a las características de accesibilidad de los medios por los cuales los ciudadanos acceden a la información y la intercambian. Esta accesibilidad debe cumplir unos requerimientos que hacen referencia tanto a la presentación de los contenidos como a los formatos empleados. Este tema está unido a los datos abiertos».

«En tercer lugar, el ‘Open Data’ hace referencia a la apertura de los datos públicos a los ciudadanos y a las empresas para que éstas generen riqueza (sector infomediario), contribuyan al bienestar de la sociedad y optimicen los procesos de la burocracia administrativa, entre otros beneficios. La Unión Europea señala el Open Data como una herramienta para la innovación, el crecimiento y la gobernanza transparente. La reutilización de estos datos ha sido legislada, y para facilitar el acceso a los datos las administraciones públicas han desarrollado portales donde alojan los repositorios de datos. Las propias administraciones públicas son consumidoras de la información generada mediante la reutilización, y de hecho la pueden aplicar para fundamentar sus decisiones y diseño de acciones o planes estratégicos. Es decir, pueden aplicar acciones de inteligencia territorial, para las cuales necesitarán gestionar grandes volúmenes de datos y de información (Big Data). Por lo tanto, la vinculación entre el Open Goverment y el Big Data viene dado por la necesidad que tienen las administraciones públicas de gestionar y analizar grandes volúmenes de datos. La gestión y el análisis se hace mediante dos herramientas: la tecnología llamada Big Data y también los procesos intelectuales hechos por humanos (clasificación, actualización, control de la calidad de la información, arquitectura de la información, usabilidad de la presentación de los datos, conservación, análisis de información, etc.).

En definitiva, abrir el gobierno es un fundamento de la transparencia en la gestión y ayuda a consolidar la democracia. Comporta abrir los datos gubernamentales a la ciudadanía, lo que implica gestionar una gran cantidad de datos para la toma de decisiones, y facilitar la colaboración y la participación ciudadana.

Los beneficios del gobierno abierto se localizan en diferentes ámbitos: político, social y económico. Para que los gobiernos sean abiertos, estos requieren un sistema de información, donde destacan tres componentes: las TIC, los procesos de gestión de la información y los profesionales de la información. Las TIC ofrecen unas estructuras (redes de telecomunicaciones, software y hardware) para la recopilación de datos, información y documentos para su tratamiento y para su recuperación y su intercambio.

Condiciones para que la tecnología funcione

La tecnología funciona si detrás hay unos profesionales que adaptan la tecnología a unos contextos y la ponen en funcionamiento. Aquí se pone de relevo el trabajo intelectual de dos perfiles profesionales: las personas que diseñan e implementan las TIC, y las personas que diseñan y aplican los procesos de gestión y tratamiento de la información para su recuperación y conservación posterior.

Por ello, se hace necesario tutelar de una manera amplia, los derechos que asisten a los ciudadanos, y al mismo tiempo, observar y respetar las correspondientes garantías jurídicas que permiten el funcionamiento del “Open Data”. El reconocimiento de tales derechos, sin la observancia de tales garantías perjudicaría tanto a la necesaria seguridad jurídica que exige su aplicación, y al mismo tiempo, a la neutralidad que debe caracterizar a su funcionamiento.

Por todo ello, se puede definir el concepto de Open Data como “la puesta en común de datos para que otros usuarios, bien sean ciudadanos o profesionales los aprovechen para generar nuevos productos o servicios o simplemente para ser testigos de la ejecución de las entidades”.

A nivel internacional, los principales impulsores para alcanzar una mayor apertura en iniciativas de datos abiertos son:

a). La existencia de un régimen de efectiva transparencia. Generar mecanismos de libre acceso a datos e información de instituciones gubernamentales y compartir esa información con sus ciudadanos;

b). El hecho de liberar valor social y comercial. Los datos son un recurso clave para las actividades sociales y comerciales, con la apertura de datos abiertos, el gobierno puede impulsar la creación de empresas innovadoras y servicios de mayor valor social y comercial; y

c). La existencia de participación y compromiso. Con la apertura de datos, los ciudadanos están habilitados para estar mejor informados y participar en la toma de decisiones.

Y, a su vez, como principales características de los datos abiertos podemos considerar las siguientes:

a). Su disponibilidad y acceso, es decir que los datos estén disponibles en su conjunto, principalmente a través de Internet, de forma completa y modificable.

b). La reutilización y redistribución de los mismos, referido a que los datos deben ser proporcionados en condiciones que permitan su reutilización y redistribución.

c). La participación universal, es decir, que cada interesado debe ser capaz de utilizar, reutilizar y redistribuir los datos, sin ningún tipo de limitaciones o restricciones de uso por parte de personas o grupos.

Específicamente, la reutilización de la información en el ámbito del sector público consiste en el uso por parte de personas físicas o jurídicas, de los datos generados y custodiados por los organismos del sector público, con fines comerciales o no. Y dicha reutilización presenta un considerable potencial económico, ya que permite desarrollar nuevos productos, servicios y mercados.

Fomenta el desarrollo económico y la creación de puestos de trabajo en la industria de contenidos digitales. Adicionalmente, la puesta a disposición de la información pública por parte de las Administraciones Públicas incrementa la transparencia administrativa, teniendo un efecto de refuerzo de los valores democráticos y habilitando la participación ciudadana en las políticas públicas.

En este sentido, es verdaderamente trascendente el fomento de una cultura generalizada favorable a la apertura de datos públicos, facilitando que las diversas administraciones realicen dicha apertura, mediante el impulso adicional del mercado de la reutilización de la información pública. Desde las Administraciones Públicas se ha visto la necesidad que tienen las personas de acceder a cierta información hasta ahora no disponible.

Por dicha razón tienen la voluntad de avanzar hacia un gobierno más abierto, basado en los valores de transparencia, participación, servicio y eficiencia. También se quiere promover la creación de valor con la reutilización de la información pública, facilitar la ordenación interna de los sistemas de información dentro de las Administraciones y fomentar la interoperabilidad entre servicios del sector público.

 

 

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