Laureno Oubiña demanda a Antena 3 Televisión y a la productora Bambú por vulnerar su honor, su intimidad y su propia imagen
Oubiña vive, actualmente, en Vilanova de Arousa, en un pequeño piso, donde ayuda a uno de sus hijos. Carlos Berbell/Confilegal.

Laureno Oubiña demanda a Antena 3 Televisión y a la productora Bambú por vulnerar su honor, su intimidad y su propia imagen

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07/3/2018 06:18
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Actualizado: 07/3/2018 10:18
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Laureano Oubiña, de 72 años, va a demandar a Antena 3 Televisión y a la productora Bambú Producciones, creadora de la nueva serie de televisión «Fariña» por vulnerar su honor, su intimidad y su propia imagen al reconstruir una escena, en el primer capítulo, en el que él está manteniendo relaciones sexuales de pie con su fallecida esposa, Esther Lago, minutos antes de ser detenido, el 11 de junio de 1990.

«Ni fue de noche, como ahí se cuenta, ni fue en el Pazo Bayón, como se muestra. Ni mucho estábamos haciendo el amor de pie desnudos mi mujer y yo, sino que sucedió a las 7 de la mañana, siendo de día, y cuando estábamos durmiendo. La forma como se reconstruye esa escena es mentira y me ha hecho mucho daño a mí y a mi familia. A mis 9 hijos y a mis 14 nietos», explica Oubiña.

«Mi gente ya tiene suficientes problemas con llevar mi apellido para que, además, se añada esto. No puede ser», añade.

Oubiña, según ha podido saber CONFILEGAL, ha presentado, en consecuencia, una demanda de conciliación ante los Juzgados de Alcobendas, tal como establece la nueva Ley de Jurisdicción Voluntaria, como paso previo para la interposición de la demanda por vulnerar su honor, su intimidad y su propia imagen, en el marco de la ley Orgánica 1/1982 de 5 de mayo.

De acuerdo con su abogado, Manuel Álvarez de Mon Soto, socio en el despacho de la letrada Montserrat Suárez, «creemos que hay suficiente base para armar esta demanda. Porque se refieren directamente a mi cliente, Laureano Oubiña, pero se inventan una escena que le está haciendo mucho daño. Otra cosa es que fuera ficción. Pero no lo es. Por eso creemos que se ha producido un daño evidente en el honor, en la intimidad y en la propia imagen de nuestro cliente».

Laureano Oubiña, a la derecha, y su abogado, Manuel Álvarez de Mon Soto, a su izquierda. Carlos Berbell/Confilegal.

UNA SERIE DE ÉXITO

La serie de televisión «Fariña» está basada en el ensayo periodístico del reportero de El País, Nacho Carretero, sobre el narcotráfico gallego en la década de los 80 y 90. Fue estrenada la noche del 28 de febrero pasado con gran éxito: 3,5 millones de espectadores y 21,5 por ciento de audiencia.

En la Comunidad Autónoma gallega el éxito fue arrollador. Uno de cada dos espectadores vio el primer capítulo.

«Al día siguiente, una de mis nietas, de 7 años, me llamó y me dijo, ‘abuelo, ayer te vi en la tele’, con tono muy picarón. Se puede usted imaginar cómo me quedé. Ya, me pueden decir que los niños a esas horas no deberían estar viendo la tele. Y yo podría contestar, que lo que no deberían hacer los de la televisión es inventarse escenas como esa. Porque son mentira. Además, no sólo se va a ver aquí sino en el mundo entero, porque, claro, esperan venderla a otros países. Y que no me digan otra cosa», cuenta visiblemente enfadado.

Oubiña lleva un año en libertad condicional después de haber cumplido 22 años y 5 meses en prisión.

«Fueron tres condenas por tráfico de hachis. 17 años y 10 meses. Y 4 años, 7 meses y 15 días por blanqueo de capitales. Por tráfico de hachís», aclara. «Jamás trafiqué con heroína o con cocaína. No soy, por lo tanto, un narcotraficante, como se dice en esa serie. Pagué por todo ello todos y cada uno de los días por lo que me condenaron. Ni un día menos».

«Y nadie tiene derecho -prosigue- porque tengo mis derechos como ciudadano, a tomar mi nombre e inventarse cosas que jamás tuvieron lugar, metiendo a personas, como Esther, a la que tanto amé en escenas tan escandalosas como esa», añade el gallego.

Además, el día de la emisión, el 28 de febrero, tenía una gran significación para él, porque fue, en un día como ese, cuando enterró a su esposa, quien perdió la vida en un accidente de coche.

«Yo estaba entonces cumpliendo condena y me llevaron desde la cárcel al velatorio», recuerda Oubiña.

«Por eso me ha dolido tanto. Ahora le toca a la justicia decidir quién tiene razón. Ciertamente, ellos no», concluye.

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