El asesino de Pioz asestó 14 puñaladas a su tío y ‘lo hizo porque quiso’

Según el resultado de las autopsias, el padre de familia sufrió 17 heridas, 14 de ellas en la zona cervical, y otras tres en las manos, consideradas defensivas, mientras la madres recibió dos, ninguna de ellas para defenderse.

Los forenses han expuesto que Nogueira primero mató a su tía, Janaína Santos, con sendas puñaladas en el cuello, una en la parte derecha y otra central.

En el caso de su tío, Marcos Campos Nogueira, los análisis revelaron que fue apuñalado ocho veces en el lado derecho -dos de ellas penetrantes- y otras seis en el lado izquierdo -cuanto penetrantes-.

Respecto a la niña han informado tenía dos heridas en el cuello comunicadas entre sí y presentaba cuatro incisiones, dos de ellas llegando a afectar las vértebras; y el niño, dos heridas de 34 y 45 milímetros, realizadas «con bastante fuerza».

En el caso de los pequeños, lesiones no consistieron sólo en clavar el cuchillo, sino que dentro el arma hizo un «zig-zag», que causó más lesiones a los niños.

Los facultativos del Servicio de Histopatología, que han declarado por videoconferencia, han dicho que no pudieron determinar a ciencia cierta si las heridas fueron producidas en vida o en muerte en cada uno de los casos debido a la putrefacción de los cadáveres.

Por su parte, los forenses encargados de las autopsias, han declarado que las cuatro víctimas murieron desangradas por los cortes en el cuello y han precisado precisan que no fueron muertes instantáneas. 

Además, han descartado que Marcos Campos pudiera defenderse y que Janaína Santos mordiera a su asesino, tal y como argumentaba la defensa.

PRESENTA RASGOS PSICOPÁTICOS Y NO DAÑO CEREBRAL

Las psicólogas forenses que se hicieron cargo del examen psicológico de Patrick Nogueira tras ser detenido han confirmado que actuó con premeditación y no de manera impulsiva.

Según su testimonio, el estudio de la mente de Nogueira se realizó en virtud de dos entrevistas en las que la principal preocupación que presentaba era «cómo normalizar su vida» toda vez que salga de la cárcel.

Han informado que la conclusión de dicho estudio es que el asesino confeso «conoce perfectamente» lo que estaba haciendo. Han explicado que «no tiene limitada la capacidad ni de conocer ni de comprender lo que hace» y que hay rasgos de personalidad «psicopáticos» en Nogueira.

Además, han contado que en las entrevistas les relató parte de los hechos por los que se enjuicia, con la característica de que nunca citaba el asesinato de los menores.

«No relataba los pasos hasta que veía a la persona muerta, pero era un deseo de no aportar cierta información», han señalado, descartando por tanto la amnesia o pérdida de memoria circunstancial.

Según su testimonio, Noguiera presenta «frialdad emocional» y es capaz de mentir y manipular «en su propio beneficio».

La ausencia de «correlato emocional», según las forenses, hace indicar que hay ausencia total de arrepentimiento. «Ni empatía ni remordimiento».

«Él quería hacerlo, así nos lo manifestó», han indicado, aseverando que de sus manifestaciones verbales se dilucida que tenía totalmente premeditados los crímenes.

«Ya había pensado en cómo realizarlo. Eso no es un acto impulsivo», han subrayado.

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