Condenado a 21 años y 9 meses de cárcel el exprofesor de los Maristas de Barcelona Joaquín Benítez, por 4 abusos sexuales
Este individuo era profesor de gimnasia del Colegio Maristas Sants-Les Corts de Barcelona. Foto: EP

Condenado a 21 años y 9 meses de cárcel el exprofesor de los Maristas de Barcelona Joaquín Benítez, por 4 abusos sexuales

Se presentaron 17 denuncias contra Benítez, pero 13 de ellas se archivaron puesto que los hechos habían prescrito
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29/4/2019 13:09
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Actualizado: 29/4/2019 15:13
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La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado al exprofesor de gimnasia del Colegio Maristas de Barcelona Joaquín Benítez a 21 años y nueve meses de cárcel por cuatro delitos de abuso sexual, dos de forma continuada.

El tribunal de la Sección 21 de la Audiencia le impone, además, una indemnización total para las cuatro víctimas de 120.000 euros.

Asimismo, ha impuesto a Benítez una inhabilitación para ejercicio de la profesión docente de 13 años y ocho meses, y una orden de alejamiento y la prohibición de comunicación con las víctimas.

El tribunal también ha condenado a la Fundación Champagnat, responsable de la institución, como responsable civil subsidiario.

En concreto, el tribunal de la Audiencia de Barcelona ha condenado a Joaquín Benítez a 9 años y tres meses de prisión por un delito continuado de abuso sexual, a dos años de cárcel por otro delito continuado de abuso sexual, y dos años de cárcel por otro delito de abuso sexual, y a otro 8 años por un delito de abuso sexual, y ha fijado límite máximo de cumplimiento de las penas en 20 años.

La sentencia está firmada por los magistrados Eduardo Navarro Blasco, Mónica Aguilar Romo y María Isabel Delgado Pérez. 

Contra esta sentencia, fechada a 25 de abril, cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en el plazo de diez días desde su última notificación.

El tribunal considera probado que Joaquín Benítez aprovechó su condición de profesor de educación física de colegio de los Maristas, donde trabajó de 1999 a 2011, para abusar de cuatro alumnos en varias ocasiones, ha explicado el TSJCat.

Señala que el acusado disponía de un despacho propio con una camilla en la que llevaba a los alumnos para realizarles masajes que aliviaran posibles lesiones, y allí cometía los abusos.

Era en estas situaciones cuando se daban situaciones de abuso sobre las víctimas sin consentimiento de los menores, “aprovechando su ascendencia y jerarquía como profesor de educación física, y la confianza que los alumnos tenían por ello depositada en él”, relata.

Destaca que “los hechos que sufrieron los denunciantes constituyeron una experiencia vital negativa en un momento en que todavía no tenían desarrollada su personalidad, y que como tal ha condicionado el cómo son de adultos». «Y ello no tiene precio ni reparación posible”, añade.

Indica que el daño infligido nada tiene que ver con lesiones físicas o las secuelas asociadas a la recuperación, hospitalización, etc. «En este caso se ha condicionado el desarrollo de la personalidad de cuatro menores de edad por la comisión de un hecho perverso y odioso que supuso su primera experiencia sexual y que ha incidido, en consecuencia, de forma permanente en su vida”, sentencia el tribunal.

EL CONDENADO HA SALIDO DE LA AUDIENCIA HUYENDO DE LA PRENSA A LA CARRERA

El tribunal ha citado esta mañana a las partes y al acusado para notificarles conjuntamente la sentencia.

Benítez ha acudido tapado con pasamontañas a la Audiencia de Barcelona y, tras conocer el fallo se ha ido sin hacer declaraciones huyendo de la prensa a la carrera.

El padre que destapó el caso, Manuel Barbero.se ha abrazado a su abogada llorando al conocer la condena.

Barbero y su letrada. Foto: EP

El juicio tuvo lugar el pasado marzo, del 25 al 27. La sesión de declaración de las víctimas se celebró a puerta cerrada.

La Fiscalía pedía 22 años de cárcel para Benítez por dos delitos de abuso sexual continuado y dos de abuso sexual, y 14 de inhabilitación, mientras que la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona pidieron 35 y 26 años de prisión, respectivamente.

Durante el juicio, el exprofesor confesó dos de los casos. Además, señaló que la congregación conoció uno de sus primeros abusos en 1986 y que se sintió «amparado» porque no le sancionaron.

Hizo uso de su turno de última palabra y pidió perdón al final del juicio afirmando que está «profundamente arrepentido», además de ratificar que Maristas conoció sus casos de abusos.

El fiscal Javier Faus señaló la «enorme responsabilidad moral», además de civil, de la «Fundació Champagnat» -que gestiona los centros de la congregación- por los abusos, y pidió la condena de Benítez, cuya declaración calificó de ‘light’, cínica, exhibicionista, narcisista, ególatra y falsa en ocasiones.

También advirtió que Benítez tiene altas probabilidades de reincidir cuando deje de estar bajo los «focos de la prensa y de la Justicia», ya que los forenses le definieron como una persona narcicista, con poca empatía, con ausencia de remordimiento y desviación psicopática, según detalló el representante del Ministerio Público.

Se afirma en la decisión que «no se ha atribuido al asegurado, la Fundación Champagnat, la producción voluntaria del daño sino, todo lo contrario, una conducta imprudente por falta de control sobre la conducta dolosa de un empleado dependiente».

EL PADRE QUE DESTAPÓ EL CASO PIDE QUE LA ADMINISTRACIÓN ESTUDIE SI SANCIONA AL COLEGIO 

El escándalo se destapó a raíz de la denuncia del padre de uno de los menores, Manuel Barbero, después de que su hijo le desvelara que había sido abusado por Benítez, profesor de educación física, durante dos años, durante los 13 y 15 años.

En total, se presentaron 17 denuncias contra Benítez, pero 13 de ellas se archivaron puesto que los hechos habían prescrito.

Barbero abrió un correo electrónico para revelar otros casos: recibió casi 100 correos de personas que le relataban historias de abusos sufridos, por hasta al menos 12 profesores, aparte de Benítez y un monitor, con un total de 43 denuncias de diferentes centros.

Manuel Barbero ha reclamado hoy que la administración abra una investigación y sancione a la institución.

En declaraciones a los periodistas congregados en la Audiencia Provincial de Barcelona, ha constatado que la sentencia recoge «que Maristas no tuvo cuidado de lo que hacía Benítez en el colegio».

Ha confiado en poder reunirse pronto con el consejero catalán de Educación, Josep Bargalló, para reclamarle que abra dicha investigación que permita sancionar a la institución.

«Esto no puede quedar impune», ha señalado.

Barbero se ha mostrado contento por la sentencia, que ya ha explicado a su hijo, por la actitud del tribunal, que se ha creído a las víctimas y no las ha cuestionado.

Además, ha señalado que es un paso muy importante para que otras víctimas de este tipo de casos confíen en la Justicia porque las va «a tratar bien» .

Ha resaltado que la decisión judicial abre la puerta a que otras víctimas del caso Maristas que no han podido ir por la vía penal al estar prescritos sus casos puedan acudir a la vía administrativa para pedir responsabilidades.

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