Tres miembros de ‘la manada’, juzgados hoy por robar unas gafas en San Sebastián 

Tres miembros de ‘la manada’, Jose Ángel Prenda, Ángel Boza y el exguardia civil Antonio Manuel Guerrero, han sido juzgados hoy en San Sebastián por presuntamente robar cinco gafas en una óptica el 5 de julio de 2016, dos días antes de agredir sexualmente a una joven madrileña en Pamplona.

Están acusados de un delito de hurto.

Los cinco artículos sustraídos en la óptica Opticalia Centro, de la calle Hernani, están valorados en su conjunto en 865 euros, según ha indicado la denunciante.

El juicio se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 3 y los imputados, que cumplen una condena de 15 años de prisión por esta violación ocurrida en los Sanfermines, han declarado por multivideoconferencia.

La Fiscalía ha pedido 9 meses de cárcel para Prenda y Boza, mientras que para Guerrero ha solicitado 6 meses, al aplicarle la atenuante de reparación del daño causado, ya que devolvió una de las gafas.

El juicio ha quedado hoy visto para sentencia. Foto: EP

LA DEFENSA HA INTENTADO, SIN ÉXITO, ALCANZAR UN ACUERDO CON LA FISCALÍA

La defensa, Agustín Martínez, ha intentado, sin éxito, alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía.

Entonces, el abogado de los acusados ha solicitado el sobreseimiento de la causa por actuación «un poco negligente» del Ministerio Público al no haber presentado el escrito de acusación «conforme a la fecha», lo cual ha sido rechazado.

Antes de comenzar la vista oral, que ha arrancado pasadas las diez y media de la mañana, el letrado ha señalado que el delito de hurto es «leve», por lo que el juicio servirá únicamente para «acreditar el valor de lo sustraído».

«Porque ya se he repuesto el daño, se han pagado las cantidades que se habían llevado ellos y, por lo tanto, queda únicamente y exclusivamente determinar si es un delito leve», ha dicho.

Agustín Martínez ha insistido en que sus defendidos se «llevaron» únicamente tres gafas, tal y como «se ve claramente» en «el vídeo que alguien filtró y publicó».

«Que 25 días después alguien denunciara que se habían llevado 25 gafas, nadie sabe de dónde ha salido. Ni está acreditado ni se les puede imputar a ellos», ha añadido.

LA VERSIÓN DE LOS ACUSADOS

Los tres acusados han reconocido que entraron en el comercio, porque vieron que «había ofertas», para probarse gafas.

Prenda ha asegurado que como la dependienta «no se dio cuenta», ya que estaba ocupada atendiendo a otros clientes y no le hizo caso al preguntarle por la oferta, cogieron cada uno un par de gafas, las metieron en sus respectivas bolsas y riñonera, y se fueron del comercio sin pagarlas.

Boza, al igual que los otros dos acusados, ha señalado que no se pusieron «de acuerdo» para ir a robar las gafas, sino que estaban «de turismo» en la ciudad y decidieron entrar a la óptica «a mirar».

Guerrero también ha ratificado esta versión, añadiendo que fue «Prenda el que salió primero con unas gafas sin pagar» y luego él, si bien ya las ha entregado.

La responsable de la óptica en la que se produjo el robo, que ha declarado como testigo, se ha ratificado en su denuncia.

El abogado le ha reprochado que la presentara 15 días después de los hechos, algo que ella ha justificado señalando que tiene «vida» y que para presentar la denuncia tenía que ausentarse del trabajo.

También ha dicho que le costó obtener los vídeos de las cámaras de seguridad del local.

‘CINCO PARES DE GAFAS’

Según ha explicado la denunciante, le sustrajeron «cinco pares de gafas», y las dependientas le llamaron «enseguida», para explicarle que «no se habían dado cuenta, porque había mucha gente, estaban muy ocupadas, y en un despiste se las habían quitado».

Según detalla la Fiscalía de Guipúzcoa en su escrito de acusación provisional, los hechos sucedieron sobre las 19.15 horas, cuando los tres encausados, actuando de común acuerdo y «guiados de un ánimo de enriquecimiento ilícito», accedieron a una óptica y, «valiéndose de la gran afluencia de clientes que había en ese momento», presuntamente «se apoderaron, sin emplear fuerza en las cosas ni violencia en las personas, de cinco gafas de sol» de una conocida marca.

En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Público pide que los tres imputados indemnicen «conjunta y solidariamente» a la óptica con 865,85 euros, «correspondientes a las gafas sustraídas», salvo el valor de las entregadas por Guerrero «siempre que estén en poder» del comercio afectado y «en condiciones aptas para la venta».

Asimismo, la Fiscalía solicita que los tres abonen las costas del procedimiento.

BOZA FUE CONDENADO EL PASADO NOVIEMBRE POR HURTO Y LESIONES LEVES

Se da la circunstancia de que uno de los tres acusados, Ángel Boza, fue condenado el pasado noviembre por la Audiencia Provincial de Sevilla por un delito de hurto y lesiones leves causadas a un vigilante al que hirió en su huida tras llevarse unas gafas de sol de una óptica en un centro comercial de Sevilla el 1 de agosto de 2018.

Las gafas que robó Ángel Boza son de la marca ‘Oakley’ y están valoradas en unos 200 euros; la Policía las recuperó tras su detención. Foto: EP

Fue sentenciado a una multa de 1.080 euros y a indemnizar con 234 euros a la víctima.

El magistrado ordenó en la sentencia, fechada a 23 de noviembre, su inmediata puesta en libertad, ya que Boza ingresó en prisión preventiva por estos hechos el 1 de agosto, cuando fue detenido.

El hurto ocurrió apenas dos meses después de haber quedado en libertad, tras abonar cada una fianza de 6.000 euros.

Los miembros de ‘la manada’ (José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y Ángel Boza) están prisión desde que el pasado 21 de junio el Tribunal Supremo los sentenció a 15 años de prisión por violación.

Los cinco miembros de ‘la manada’.

José Ángel Prenda está interno en la cárcel de Puerto III, en Cádiz; Ángel Boza en la de Albolote, en Granada; y Antonio Manuel Guerrero, en el centro penitenciario Sevilla I.

El Supremo elevó de 9 a 15 años de prisión la condena a los miembros de ‘la manada’ al considerar los hechos ocurridos en los Sanfermines de 2016 como un delito continuado de violación y no un abuso sexual con prevalimiento.

El tribunal considera que concurren, además, las circunstancias agravantes de trato vejatorio a la víctima, y actuación conjunta de dos o más personas.