El exmagistrado del Tribunal Constitucional y catedrático de Derecho Civil anima a la entidad, producto de la fusión Bankia y Caixabank, a que adopten la transparencia para relacionarse con sus clientes. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
Orduña: “Bankia y Caixabank tienen una oportunidad de oro para relacionarse con transparencia con sus clientes»
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04/10/2020 06:45
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Actualizado: 04/10/2020 11:19
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Francisco Javier Orduña Moreno, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Valencia, es el abanderado de la adopción de la transparencia no solo como un nuevo principio del derecho. También como un nuevo paradigma, en especial para las entidades bancarias y financieras y las de seguros.
No es una revolución sino una nueva forma de actuar, de operar, de ver las cosas. El camino para recuperar la confianza del consumidor y del ciudadano.
En este sentido, la fusión entre Bankia y Caixabank es una oportunidad de oro para conseguirlo. Porque si ellas lo hacen, el resto las imitarán. Lo explica en esta entrevista.
¿La fusión de Bankia y Caixabank es una oportunidad para la transparencia, que usted viene propugnando?
Claro que lo es. Bankia y Caixabank tienen una oportunidad, una oportunidad de oro, para asumir la transparencia como nuevo paradigma de relación con sus clientes. Para relacionarse con transparencia con sus clientes.
Las fusiones, y en especial las que se dan en el sector financiero y bancario, pueden explicarse desde diferentes perspectivas.
Hay una perspectiva muy clara y es que este sector está pasando por unos tiempos muy comprometidos donde efectivamente está habiendo una escasez de rentabilidad. Los intereses están muy bajos, a su vez hay una competencia feroz. Otras entidades, de otros sectores, están compitiendo en el de servicios financieros.
Y hay retos por delante, como es el de la digitalización, evidente. Es una situación de desenvolvimiento problemático. Y es claro que la Comisión Europea lo que quiere es que las entidades sean fuertes.
Las fusiones son una forma sencilla de conseguir ese fin, con lo que se mejoran los ratios de solvencia, los recursos… Pero también es cierto que la fusión es una oportunidad de oro, lo repito, para que el sector financiero lidere la transparencia como nuevo valor o paradigma, fundamentalmente en su relación con el cliente.
¿Cómo?
A través de protocolos de transparencia. Con ello, se revaloriza la marca y se mejora la reputación social, porque prima ese valor de transparencia en la relación que va a tener con el cliente.
Si la entidad resultante de la fusión va en esta línea, con toda probabilidad va a determinar estos nuevos paradigmas. Van a avanzar para que el sector financiero sea pionero en la utilización de este nuevo valor de la transparencia, en la forma de entender y atender al cliente con calidad.
Serán pioneros. Y podría extenderse también a las entidades de seguros, etcétera. Todas las compañías que tienen una contratación seriada y que están en el foco de atención.
Para todas ellas supone también un nuevo paradigma y una nueva forma de competir mejor.
¿Cuál es su opinión sobre el fenómeno de las ocupaciones ilegales de viviendas?
Hay que hacer mucha pedagogía ante la ciudadanía. Nosotros, en la Universidad, explicamos la ocupación como un medio de adquirir la propiedad. Está en el artículo 609.
La ocupación es un medio legítimo de adquirir la propiedad cuando está integrada en el sistema. Como un elemento de paz y de convivencia ordenado.
Lo que requiere la ocupación, en nuestro sistema, es que el titular haya hecho una renuncia de ese bien.
Lo que no podemos hacer, es, desde un hecho que es, la negación del derecho, como es una ocupación violenta, crear algo jurídico o algo civilizado.
La ocupación violenta no puede ser, en ninguno de los casos, un germen conceptual que sirva para construir, porque no puede construir nada.
Los problemas que tenemos de viviendas, de alquileres, de situaciones sociales, deben tener, sin duda, su solución pero dentro del ámbito del derecho, de las posibilidades y los medios adecuados, que ofrece el derecho, que es donde hay que reclamar.
Y a lo mejor hay que reclamar determinadas reformas. Lo que no podemos hacer es construir una demanda social sobre un hecho que es la negación misma del derecho.
«Eso de que si el ocupante ilegal no ha sido desalojado en 48 horas no se puede hacer nada contra la ocupación, es falso»
Se habla de las 48 horas…
Que es un bulo. Es falso lo que se ha extendido. Eso de que si el ocupante ilegal no ha sido desalojado en 48 horas no se puede hacer nada contra la ocupación, es falso.
No podemos permitir que un bulo como ese lleve a pensar que un derecho tan importante para la convivencia, como es el disfrute de la propiedad, en general, pues pueda tener menor caducidad que la de un yogur.
Significaría que nuestra estructura social organizativa tiene unas bases muy endebles.Hay que decir claramente que hay problemas sociales que se tienen que resolver con respuestas jurídicas. Con respuestas de derecho.
Hay que hacer pedagogía, y separar los problemas sociales que se plantean del hecho de la ocupación ilegal como si fuese una posible solución. No lo es, en ningún caso.
¿Qué significa que la mediación debe ser considerada como un derecho moderno de la ciudadanía?
Es cierto que algunas de estas transformaciones sociales vienen impuestas a la vista de los acontecimientos económicos. Tanto en la pasada crisis económica como en esta, provocada por la pandemia. Pero otras veces, la propia investigación nos permite avistar transformaciones conceptuales que van a mejorar el sistema.
Esto se hace a veces desde la investigación. Aquí lo que estamos diciendo algunos, es que la mediación puede ser considerarla como un futuro derecho de la ciudadanía.
Es partir de una concepción antigua y residual de la mediación, como algo que se percibe como ineficiente, porque el sistema tampoco le da oportunidades, a integrarla como un elemento en la relación con la Administración.
Ver la mediación como un elemento importante de la prestación del servicio público.
¿Por qué sería importante? Porque acercaría la calidad de servicio al ciudadano sino que además le informaría claramente de aquellos puntos en los que se estuvieran produciendo disfunciones y fallos en la prestación de servicios.
La mediación, entendida como nuevo paradigma, servirá para mejorar la calidad de nuestro sistema social y democrático.
En la Universidad de Valencia contamos con un trabajo de investigación que desarrolla esta línea, a cargo de Sonia Barriga Alejandro.
Hace un año dejó, voluntariamente, de ser magistrado de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo…
Hace un poco más de 14 meses. El 30 de junio de 2019.
«Hay vida después del Supremo. Hay vida y es una buena vida»
¿Cómo es la vida después del Supremo?
Lo primero que hay que decir es que hay vida después del Supremo [se ríe abiertamente]. Hay vida y es una buena vida. Mi curiosidad intelectual sigue íntegramente volcada en esta concepción, muy funcional e innovadora, de la adaptación del derecho como instrumento eficaz de ordenación social.
También en una línea de autoexigencia conmigo mismo y de vocación para que la sociedad sea cada vez más exigente en sus reclamaciones para que incorporen todas estas reformas y estos valores porque beneficia a toda la sociedad.
La vida universitaria te permite esta línea de investigación, en la que tienes mucha mayor libertad. Te permite también una mayor relación con la actividad económica y social, con las empresas, con las fundaciones, y, desde ese punto de vista, me encuentro plenamente volcado en esta nueva andadura. Muy ilusionado.
Ha pasado de magistrado a “influencer”, como se dice ahora.
No me gusta mucho la palabra “influencer”.
Persona influyente.
Eso requiere muchas matizaciones. Yo creo que es legítimo que todos aquellos que tengan cosas que aportar y que decir se les tenga en cuenta. Más que de influir, lo que más me interesa ahora es de convencer, de persuadir.
Porque tú convences a los demás a base de razonamientos. Persuades. Utilizas un método persuasivo. Pero la persuasión está al servicio de los nuevos conceptos que quieras aplicar.
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