Los datos de la Oficina de Patentes y Marcas revelan que las empresas prefieren la patente europea y retrasan el lanzamiento de cualquier marca por la recesión.
El Covid-19 impulsa las patentes españolas en centros de investigación y emprendedores tras años de declive
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17/11/2020 06:47
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Actualizado: 17/11/2020 01:58
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España cerrará 2020 con el primer dato positivo en solicitudes de patentes españolas en más de una década. La actividad de muchos emprendedores, centros de investigación y pymes empujan estas solicitudes tras unos años de declive.
Así lo muestran los datos publicados entre enero y septiembre de este año por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) que apuntan a un crecimiento del 16% en las solicitudes de esta figura de Propiedad Industrial. Es el primer dato de crecimiento experimentado en este indicador desde el año 2008.
Entre enero y septiembre de 2020, la OEPM recibió también un 30% más de solicitudes de Modelos de Utilidad, las conocidas como patentes menores, así como un crecimiento del 2% en solicitudes de registro para nombres comerciales.
Previsión de cierre para 2020 de las solicitudes de diversas modalidades de Propied ad Industrial. Aquellas gestionadas por la EUIPO y la OMPI corresponden a las realizadas por solicitantes españoles. Fuente: Elaboración Clarke Modet sobre datos de OEPM, EUIPO y OMPI.
En contrapartida, las marcas y diseños españoles continúan la tendencia negativa de 2019, con una caída del -1% y -3% respectivamente. En conjunto, las solicitudes de figuras de Propiedad Industrial españolas crecerán en torno a un 8% este año.
Estos resultados contrastan, sin embargo, con la evolución negativa de las solicitudes para proteger la Propiedad Industrial en el exterior.
Así, las solicitudes de patentes internacionales vía PCT de españoles cayeron un -2% entre enero y septiembre, al igual que las de marcas internacionales (-12%) y de marcas en la Unión Europea (-5%). Las solicitudes de diseños industriales, tanto en la Unión Europea como a nivel internacional, también caen un -7%.
El ranking autonómico de Patentes lo encabeza un año más la Comunidad de Madrid, con un crecimiento del 19%. Madrid también registra una evolución positiva en Modelos de Utilidad (+26%) y un crecimiento medio global del 5% en solicitudes de figuras de Propiedad Industrial de ámbito nacional.
Por su parte, la Comunidad Valenciana desbanca este año a Cataluña como segunda solicitante de patentes españolas, protagonizando uno de los mayores crecimientos a nivel nacional (+49%).
Respecto a las solicitudes marcas, la figura más ligada a la marcha de la economía interna, preocupan los resultados de comunidades como Murcia (-15%), Baleares (-5%) o Canarias (-4%). Destacan también los resultados de La Rioja (-26%), Navarra (-15%) o Extremadura (-7%).
Los expertos revelan que aunque este año hay novedades y una evolución desigual por comunidad autónomas, el 60% de las solicitudes de figuras de Propiedad Industrial se siguen concentrando en cuatro comunidades: Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia.
Crece la patente europea
Para Ignacio Temiño, socio de Abril Abogados, “en momentos como el actual, las empresas y emprendedores se lanzan a poner en marcha proyectos alternativos y eso se refleja en el número de solicitudes y otras cuestiones. De todas formas, veníamos de un momento de recesión provocado por la nueva Ley de Patentes, cuya entrada en vigor en el 2017 provocó un sensible número de descenso en las solicitudes de patentes y marcas”.
En su opinión, “se esperaba cierta bajada, como sucede cuando hay un cambio legislativo, ahora había que pagar las tasas de examen que eran obligatorias, antes voluntario, también provocaba que aumentasen los honorarios de los expertos que gestionaban estos temas. Esto hico que antes de la entrada en vigor de dicha ley en 2017 aumentase el número de solicitudes para evitar estos cambios, pero luego no se ha recuperado. Desde el 2008 no se han visto números así”.
Ignacio Temiño, socio de Abril Abogados.
Temiño contrasta estos datos con los del número de patentes europeas presentados por españoles que se incrementaron en un 20%, “lo que estamos viviendo es que al solicitante español ya no le interesa la patente española y se va a la europea directamente. Eso es lo que hemos visto tras los cambios de la citada normativa”.
Este movimiento de las empresas a las patentes europeas, explica, supone que “pagando un poco más tienes una patente que te cubre todo el continente, dicha patente te ofrece una perspectiva de futura más abierta y de alguna manera evita gasto duplicado de patente española para ir a la patente europea”.
Para este experto, el aumento provocado en la pandemia viene sobre todo de emprendedores de muchos profesionales, pymes e investigadores, “una patente europea cuesta dinero y les puede venir grande a estos colectivos”.
“Estamos hablando de unos 4.000 euros en tasas, los honorarios del agente que te lo lleve y su trabajo, donde habrá que ver si lo consigue a la primera o tiene que gestionar varias objeciones. Cada objeción de examen tiene un dinero. Al final podemos hablar de cerca de 15.000 euros por veinte años”.
El uso de la patente europea es por veinte años, “al igual que la española, lo que sucede es que la europea te da la posibilidad de ir a todos y cada uno de los países de la Europa Continental, no solo la Unión Europea. Es una protección más amplia que ayuda mucho a la internacionalización de los negocios”.
La patente española es muy utilizada por la universidad de nuestro país, “les cuesta menos, no tienen tantos recursos como una empresa. Ahí la pandemia ha provocado que haya más patentes a nivel investigadores porque se ha parado la docencia en nuestro país, ahora se ha reactivado algo por la metodología online. Habitualmente se registra con tiempo, unos tres años antes de poner un producto en el mercado, mientras que la marca va más al ritmo del mercado”, comenta.
En cuanto a la bajada de las marcas, reconoce que está más ligado al consumo. “Han bajado pero no demasiado, solo un 3% es posible que sea algo coyuntural por la situación que estamos viviendo. Las estadísticas señalan que octubre del 2020 ha sido mejor que hace un año. Se percibe una leve recuperación de la inversión en nuevos proyectos de consumo”, aclara este experto.
“La concesión de una marca suele tardar seis meses y hasta ese momento no hay plena garantía que se vaya a conceder. Depende las oposiciones que haya. Las marcas son más susceptibles a los movimientos del mercado. En época de crisis se ultiman las precauciones y hay más pleitos de patentes y marcas que en una situación de bonanza y también se agudiza la competencia”, apunta Temiño.
El Covid-19 impulsa el mercado interno
Por su parte, Benjamín Martínez, director Corporativo de Marketing ClarkeModet, advierte que tras el análisis de los datos de la OEPM, EUIPO y OMPI, hay que concluir que «el Covid ha irrumpido invirtiendo las tendencias generales, el interés por el mercado interior ha crecido en detrimento del extranjero”.
Señala que “el número de patentes españolas solicitadas aumentarán un 16%, por primera vez desde 2008. Todos los registros orientados al extranjero presentarán registros negativos, con mayor intensidad a aquellos fuera de la Unión Europa”.
Martínez subraya que ante la entrada en vigor en el 2017 de la nueva Ley de Patentes en nuestro país, “muchos adelantaron sus presentaciones de patentes para acogerse a la antigua Ley, antes de aventurarse a presentarlas bajo la nueva normativa, más exigente, lo que produjo en efecto escalón en los datos estadísticos”.
“Las nuevas patentes españolas tramitadas por la OEPM, desde el 1 de abril de 2017, siempre deben someterse a un riguroso examen que debe superar para ser concedidas, algo que no ocurría con la antigua ley, donde patentes sin novedad ni altura inventiva eran concedidas, al poderse acoger su solicitante al denominado “procedimiento general”, comenta.
Otro dato que revela este experto es que “también han crecido los modelos de utilidad en un 30%. Este dato es muy significativo, ya que los Modelos de Utilidad, conocidos popularmente como patentes menores, también son un muy buen reflejo de la actividad inventiva que se viene desarrollando en nuestro país”.
Benjamín Martínez, director Corporativo de Marketing ClarkeModet.
Desde su punto de vista, “más discreta se presenta la evolución de los signos distintivos españoles (marcas y diseños), que esperamos cierren en neutro este año, con la esperanza de no perder el nivel de soporte de las 50.000 marcas anuales que se consiguió recuperar en el año 2014, tras perderse en 2008”.
En cuanto a los indicadores orientados al mercado extranjero (marcas y diseños de la UE, marcas y diseños internacionales, patentes vía PCT… solicitados por españoles) en todos ellos “prevemos caídas viendo los datos publicados hasta ahora, especialmente en aquellos no orientado al mercado europeo».
«La caída global de las solicitudes de españoles en el exterior creemos será del -7% en 2020. En este sentido, también esperamos no se pierda el nivel de soporte de las 10.000 marcas en la Unión Europea que se logró en 2017”, apunta.
A su juicio “parece que se produce un cambio de tendencia que puede ser negativo entre los solicitantes españoles, que como decíamos antes, en los últimos años estaban apostando por proteger su Propiedad Industrial en jurisdicciones más amplias que cubrían España pero también otros países”.
Para Martínez, “este año parece no será así. Esto puede tener implicaciones sobre la competitividad de España en el escenario internacional, por la relación que guardan estos indicadores de Propiedad Industrial con otros índices esenciales para nuestro país”.
Crecimiento e impacto del Covid-19
Por su parte, Patricia Ramos, directora de patentes de Pons IP, considera que una parte importante del crecimiento tiene directamente que ver con el impacto del COVID-19.
“Creemos que el notable crecimiento en las solicitudes de patente española y modelos de utilidad está directamente ligado a varios factores: en el caso de las pequeñas empresas y solicitantes particulares, en tanto en cuanto han debido poner en marcha su creatividad para adaptarse a la reciente normalidad con inventos (fundamentalmente modelos de utilidad) que facilitan estos nuevos escenarios, con nuevas oportunidades de negocio vinculadas a la lucha contra la pandemia”.
Para esta experta, “al fin y al cabo, las patentes son el resultado de la innovación e históricamente los españoles nos volvemos creativos con las crisis. En paralelo, las grandes empresas han mantenido el ritmo de siempre en actividad vinculada a patentes, pero han sido las pymes las que se han visto perjudicadas, sobre todo, aquellas que no tenían una relación directa con la COVID o que no han podido adaptar su modelo de negocio”.
Patricia Ramos, directora de patentes de Pons IP.
Ramos considera que “en el caso de los centros públicos y Universidades en España -origen de aproximadamente el 70% de todas las solicitudes de patente y donde de los 10 primeros solicitantes nueve son centros públicos- ha sucedido que en los proyectos de I+D+i no relacionados con el COVID han tenido el tiempo (no podían acudir a sus laboratorios o centros de trabajo durante el confinamiento) de parar y redactar o analizar los desarrollos que habían hecho en los últimos tiempos, a los que han dado salida durante los últimos meses”.
“En el resto de proyectos de I+D+i directamente vinculados a la lucha contra el origen y efectos de la pandemia, la ingente cantidad de recursos públicos unido a la urgencia y necesidad del momento ha provocado que haya muchos más resultados de la innovación que proteger”, advierte.
Además, “nos llama positivamente la atención el gran crecimiento de los modelos de utilidad, que son el hermano pequeño de la patente, pero también protegen una invención. Si pensamos en el Covid, no solo se trata de vacunas o tratamientos, también entran las pantallas de separación, mascarillas, los sistemas de desinfección, de protección… ha habido un boom de este tipo de invenciones por las pyme y que recogen fielmente las estadísticas de la OEPM y que confirmamos en la actividad de PONS IP”.
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