Firmas
Más que una cuestión de género
03/2/2021 06:46
|
Actualizado: 03/2/2021 14:05
|
Con enorme expectación aguardamos la celebración de la tercera edición del Women Business & Justice European Forum, un proyecto que se ha convertido en uno de los principales estandartes con el que la actual Junta de Gobierno del Colegio de la Abogacía de Barcelona ha querido expresar su firme compromiso con la consecución de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
Para ello, el Congreso cuenta con la participación de mujeres que constituyen auténticos referentes de liderazgo y talento femenino con una preparación que cumple sobradamente con los parámetros de la excelencia y que son representativas de todos los sectores de la sociedad, como el derecho, la política, la empresa, la ciencia, el deporte o la cultura.
Aún a pesar de que las mujeres encarnan la mitad de la población mundial y que históricamente han demostrado su valía en todos los ámbitos de manera transversal, continúan existiendo hoy verdaderos desequilibrios que se expresan intolerablemente a través de la llamada brecha salarial, el techo de cristal, la falta de paridad en los puestos de decisión o una política de conciliación inadecuada y totalmente alejada del necesario principio de corresponsabilidad que debe presidir la misma.
Precisamente, con la presente edición del Women Business & Justice European Forum pretendemos rendir homenaje a una de esas grandes mujeres, Ruth Bader Ginsburg, quien tristemente nos dejó el pasado 18 de septiembre tras una vida de entrega y dedicación en aras de los derechos civiles.
Ruth Bader Ginsburg hizo de la igualdad el eje vertebrador de su esplendorosa carrera y tal fue el motivo por el que quisimos galardonarla en la anterior edición del presente Foro; una merecida distinción que recogió su hija, mi querida amiga –y también abogada– Jane Ginsburg.
La joven Ruth, como otras tantas mujeres, aún a pesar de que siempre destacó por una impecable brillantez académica, sufrió en primera persona las dificultades de acceder al mercado laboral en unas condiciones dignas.
Pero lejos de rendirse o mostrar resignación –pues sabía que en dicha situación subyacía una discriminación por razón del género- continuó en su empeño y el mismo año en que su solicitud fue rechazada para cubrir un puesto de asistente en uno de los más prestigiosos bufetes americanos, por el hecho de ser mujer, comenzó a trabajar para el juez Edmund Palmieri, adscrito al Tribunal del Distrito Sur de Nueva York.
Como abogada, Ruth Bader Ginsburg lidió contra las desigualdades desde la audacia, pues ideó una estrategia que consistía en elegir minuciosamente los casos en los que asumía su defensa, para poner de manifiesto las situaciones injustas que se escondían detrás de unas leyes aparentemente beneficiosas para la ciudadanía; y asimismo, manejó el lenguaje con destreza, escogiendo las palabras de manera certera para construir sus alegatos, inclinándose por utilizar el término “género” en vez de otro como “sexo”, pues este último podría suponer una distracción del mensaje que tácticamente quería transmitir y al que siempre acompañaba con su gran elocuencia.
Ruth Bader Ginsburg fue una fiel abanderada del feminismo que luchó por la igualdad desde los despachos, participando en importantes casos desde la sección de derechos civiles que ayudó a fundar en el seno de la Unión Americana para la Libertades Civiles (la ACLU, por sus siglas en inglés) y que sirvieron para inspirar muchas reformas legislativas -incluyendo una revisión de la decimocuarta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos relativa a la discriminación- que afectarían a distintos ámbitos y esferas de la vida.
Pero si hay un aspecto en el que destacó en los últimos años fue en la judicatura estadounidense al convertirse en la segunda mujer –tras Sandra Day O’Connor- en sentarse en uno de los nueves sillones que conforman la Corte Suprema con sede en Washington D.C. Así, y con el enorme carisma que siempre le caracterizó, a Ruth Bader Ginsburg le gustaba explicar cuál era para ella el significado de la igualdad a través de la siguiente cita: “Cuando a veces me preguntan ¿cuándo habrá suficientes mujeres en la Corte Suprema?; mi respuesta es: Cuando haya nueve. La gente se queda impactada; pero había nueve hombres y nadie se había planteado nunca una pregunta al respecto”.
Tuve el privilegio de conocer a Ruth Bader Ginsburg en persona, con ocasión de la entrega del premio “World Peace & Liberty Award”, que merecidamente la World Jurist Association le otorgó; y allí, en una emotiva ceremonia, entre tantas autoridades y personalidades, todas atentas a sus gestos, expresiones y palabras, pude contemplar la mirada serena de quien ha recorrido la senda de la igualdad con la satisfacción de haber hecho todo lo posible para avanzar hacia la justicia en su sentido más puro del término desde la entrega, la pasión y la generosidad.
Hoy, descansa en Paz, pues las que permanecemos mantendremos vivo tu legado encargándonos de que nuestras jóvenes crezcan con la posibilidad de poder elegir libremente cómo vivir y encarar sus destinos.
El empoderamiento de la mujer va más allá de una cuestión de género, pues la igualdad forma parte ineludible de la justicia y resulta esencial para la realización de los derechos humanos.
Por eso, desde la Abogacía, como garante de las libertades, debemos velar para visibilizar el talento femenino y dar voz a todas las mujeres, pues tenemos el derecho a ver cumplidos nuestros anhelos e inquietudes por una cuestión de dignidad; siendo indispensable para ello, que la igualdad de oportunidades esté presente en todos los rincones de la sociedad.
Con ese espíritu, tomando como referentes a las grandes mujeres de la historia que lucharon fervientemente por la igualdad -algunas incluso hasta con su propia vida-, y con la determinación y entereza con la que todas ellas persiguieron sus sueños, continuaremos reivindicando una sociedad más próspera, inclusiva y diversa.
Alcanzar estas metas solo será posible si contamos con el liderazgo de las mujeres, y en este sentido, el Women Business & Justice European Forum supone una oportunidad única para unir nuestras almas y hondear, de nuevo y con valentía, la bandera de la igualdad tal y como nos enseñó Ruth Bader Ginsburg, “luchando por las cosas que importan, pero haciéndolo de una manera que lleva a otros a unirse a ti”.
Otras Columnas por Maria Eugènia Gay: