Juicios paralelos

En la sociedad actual abundan los espectáculos mediáticos, los juicios paralelos en determinados medios de comunicación, produciéndose en determinadas televisiones en sus platós, sucedáneos de parlamentos donde debaten, exponen, disputan y los espectadores contemplan, aplaudiendo o no, según su respetable opinión.

Siempre mantuve, que las televisiones constituyen termómetros sociales de los pueblos en determinados supuestos, de tal forma y manera, que lo que no está en televisión, no existe.

Defensor hasta la médula de la libertad de expresión, la libertad de opinión y la libertad de información, con supremo respeto, considero, que las referidas libertades, sin la libertad de la verdad, truncarían la veracidad de todo hecho, suceso, acontecimiento o conflicto, pues, informar desde la libertad de la verdad, jamás debe ser empleado desde la deformación, la tergiversación, la manipulación, la difamación, el engaño o venganza.

Desde el mayor respeto y la más cálida reflexión, no ofender, no injuriar, no calumniar, no falsear la realidad, deben constituir premisa fundamental en todo medio de comunicación, por verdad, por justicia, por derecho y por libertad.

UNA FUNCIÓN NECESARIA

Los medios de comunicación cumplen loable, necesaria y brillante función social, informativa, creativa, constructiva e instructora, siendo portadores saludables en buscar la verdad, toda la verdad de lo que sucede en el mundo, denunciando siempre desde la libertad de la veracidad todo cuanto daña, duele, hiere, sangre o vulnere los derechos, las libertades, las injusticias, las discriminaciones, las marginaciones, la violencia, los malos tratos, todo tipo de tratos degradantes, las situaciones de indefensión, vengan de donde vengan, haciendo de los medios de comunicación, cauce en favor de los pueblos, sus mujeres y hombres para denunciar socialmente todo aquello que conforme a la verdad, sangre sus derechos humanos, sus necesidades asistenciales, económicas, sanitarias, humanitarias, existenciales, denunciando socialmente toda carencia de libertades, evitando que las audiencias puedan sentirse desinformadas, evitando siempre emplear sofismas, intereses diseñados, intereses partidistas, por encima del interés social, que debe prevalecer por que se conozca la veracidad de aquellos hechos que sangren derechos, libertades y todo tipo de necesidades asistenciales en todo ser humano.

Amo, siento, admiro a los medios de comunicación con especial afecto a las radios y televisiones, ya que, gracias a su función social en nuestro país, se han logrado grandes triunfos en derechos, libertades, necesidades asistenciales, culturales y vivenciales, con plausibles hechos, defendiendo los derechos y libertades de la mujer, con brillante actuación en defensa, protección y amparo a las mujeres maltratadas, por la execrable lacra de la violencia de género.

RESPETO A LAS DECISIONES JUDICIALES

Como defensor de los derechos humanos y de las libertades, ratifico mi profunda defensa por la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, la libertad de las culturas, de las religiones, de las ideologías, siendo la palabra, comunicación de vida, libertad, necesidad y honor en un mundo donde desgraciadamente la violencia, la corrupción, la opresión, la imposición, sucede en múltiples y graves supuestos, pero considero, con el debido respeto, que deben ser respetadas las decisiones judiciales, las resoluciones judiciales, las sentencias de la Administración de Justicia, en todo Estado Social y Democrático de Derecho.

Siempre he mantenido, que resulta un grave error establecer como sistema la igualdad en la pobreza, ya que, la igualdad en la riqueza constituye en verdad, en justicia y en libertad, el avance, el progreso de la necesaria libertad económica para todo ser humano, mujer, hombre, joven o anciano, siendo la transparencia, esencial para evitar toda mercantilización en los juicios paralelos, donde se debatan determinados y contrariados intereses.

Frente a todas y cada una de las versiones, lo que debe valer y predominar son los hechos, siendo función exclusiva en juzgar y ejecutar lo juzgado por las Administraciones de Justicia, resultando justo, lícito y necesario, respetar lo juzgado conforme a Derecho, en todo Estado Social y Democrático de Derecho.

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