La hostelería y el ocio reclaman a la Administración por las pérdidas a raíz de las medidas frente al Covid-19
Casilda Giráldez, gerente de la finca El Rancho de Aldehuela, en Torrecaballeros, Segovia, María Luisa Banzo Amat, propietaria del restaurante madrileño La Cocina de Casilda y Francisco Illana López, gerente de tres empresas de eventos y espectáculos, junto a César Adeva, del despacho Martín Molina, explicaron sus desalentadoras experiencias al frente de sus negocios bajo este tiempo de pandemia y su esperanza en que, a través de sendas demandas patrimoniales, la Administración pueda resarcirles.

La hostelería y el ocio reclaman a la Administración por las pérdidas a raíz de las medidas frente al Covid-19

Representantes de ambos sectores han participado en la tertulia de Foro Confilegal para explicar su situación
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17/4/2021 06:47
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Actualizado: 16/4/2021 21:03
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Los sectores del ocio y la hostelería están emprendiendo reclamaciones  patrimoniales a la Administración Pública, es decir al Estado y a las Comunidades Autónomas, por las pérdidas que están sufriendo a raíz de las medidas restrictivas frente al Covid-19.

Ambos sectores coinciden en que se sienten «abandonados» por la Administración y que están «pagando» una situación de la que no son responsables.

Así se han manifestado Francisco Illana López, administrador de sociedades dedicadas al ocio y al espectáculo; Casilda Giráldez, gerente de la finca  ‘El Rancho de Aldehuela’, en Torrecaballeros (Segovia) y María Luisa Banzo Amat, propietaria del restaurante madrileño ‘La Cocina de María Luisa’.

Todos ellos participaron esta semana en la tertulia de Foro Confilegal, un espacio dirigido y presentado por Carlos Berbell, director de Confilegal, que se emite en Radio Intereconomía los jueves a las 13.00 horas.

Junto a ellos intervino César Adeva Cortés, responsable del área de Mercantil, Civil y Concursal de Martín Molina, un despacho jurídico-económico especializado en administración concursal y asesoramiento integral a la empresa.

La firma ha habilitado en la web un apartado llamado ‘La hostelería reclama’, y otro denominado ‘La cultura y el ocio reclaman’.

Giráldez recuerda que antes de la pandemia eran casi 60 trabajadores de los que ahora 48 se encuentran en ERTE. «Estamos operando con seis personas de las cuales cuatro están en media jornada. En el año 2020 hemos perdido casi un millón de euros en balance».

En esta situación, «no hemos recibido ninguna ayuda, hemos presentado solicitudes a la Junta de Castilla y León relacionadas con temas de aire acondicionado, climatización, compra de mascarillas…pero estamos hablando de ayudas de entre 500 y 2.000 euros y eso, siempre y cuando, te toque a ti».

Así que «la solución ha sido demandar, entendemos que se nos ha limitado la capacidad de trabajar y hemos tenido unos perjuicios terribles».

Y es que «no nos están ofreciendo ninguna ayuda, no sabemos qué hacer, agarrarnos a un clavo ardiendo y pensar que si en algún momento esto se resuelve se va a resolver habiendo demandado».

Casilda Giráldez, gerente de la finca  ‘El Rancho de Aldehuela’, en Torrecaballeros (Segovia), cuantifica las perdidas producidas por la pandemia en un millón de euros.  Foto: LetsPicYou Producciones

«Cuando la hostelería y los negocios están cerrados también se pierde la salud»

Por su parte, Banzo explica que en su negocio son nueve personas. «Ahora tenemos dos todavía en ERTE y uno de baja, que es mi marido, porque nosotros a parte de las pérdidas, que han sido mucho, lo primero que hemos perdido ha sido la salud. A mi marido el 23 de marzo, a los siete días de cierre, le dio un infarto brutal».

«Cuando se habla de salud o se nos dice salud u hostelería… es que cuando la hostelería y los negocios están cerrados también se pierde la salud. Mi marido tuvo un infarto, pero me consta que hay muchos compañeros que han tenido ictus, infartos, crisis de ansiedad…los ansiolíticos disparados».

Recuerda que tenían un seguro, «pero no nos ha funcionado, hemos demandado al seguro. Tengo muy claro que a mi la vida, como a miles de compañeros, nos ha colocado en una situación en la que tenemos que luchar una vez más».

Sostiene, y en ello coinciden sus compañeros de tertulia, que «nosotros no somos culpables de esto, ni nuestros propietarios, ni nuestros seguros… no han sido culpables de esto, pero evidentemente no somos los únicos pagadores de esto o no tenemos que serlo».

«Si tenemos un seguro con una cláusulas en nuestra póliza que nos cubren una pérdida de beneficios, yo animo desde aquí a todo el mundo que se ponga en manos de profesionales, como es el caso del despacho Martín Molina, y que tenemos que pelear todo absolutamente todo».

María Luisa Banzo Amat, propietaria del restaurante madrileño ‘La Cocina de María Luisa’, reconoció que se han sentido abandonados por la Administración.   Foto: LetsPicYou Producciones

«No está demostrado que si cerramos los restaurantes la incidencia baje»

Además, subraya, «la relación causa-efecto no se ha demostrado, no está demostrado que si cerramos los restaurantes la incidencia baje, ni está claro, ni es cierto porque, además, lo tenemos sin salir de nuestras fronteras ya tenemos un montón de ejemplos. No tiene sentido que seamos paganos de una situación de la que no somos responsables«.

Por su parte, Illana apunta que en el sector del ocio y la cultura el trabajo «suele ser temporal». En su caso, la temporada es de abril a octubre. «Somos al final los que estamos pagando platos de terceros, tenemos un espacio con una capacidad para albergar 1.000 personas y que está cerrado desde marzo del año pasado».

Hasta el momento, indica, «tenemos cerca de 1.875.000 euros de pérdidas con la empresa principal y unos 500.000/600.000 con cada una de las otras,  2.800.0000 euros que hemos dejado de facturar en este año 2020 por culpa de la pandemia».

Agrega que «una de las soluciones son los famosos ICO, que no nos ha quedado más remedio que acogernos a ellos, para mi no son una solución porque al final es otra zancadilla más en el camino, pero si no hay más remedio hay que hacerlo para pensar que en el futuro podamos sobrevivir, que tampoco es seguro esto».

Un futuro incierto

Preguntados sobre el futuro, «es incierto, es la palabra que utilizamos todos. Hemos aprendido a gestionar la incertidumbre de una manera increíble, no sabemos nada», afirma Giráldez.

Recuerda que «nos hemos encontrado en un año tres veces en la casilla de salida. Estamos exactamente igual que en marzo de 2020, otra vez en octubre y otra vez en enero. Pensábamos que ya mayo iba a ser una época en la que podíamos empezar a soñar en recuperar y ahora a otra vez nos vamos a ir a final de verano con toda la campaña de verano pérdida».

Por su parte, Banzo asegura que para ella «el futuro es mañana, que pueda abrir mañana y que pueda trabajar mañana».

Con esta situación de continua actualización de las medidas restrictivas, apunta, «no podemos hacer ningún planteamiento porque no sabemos lo que vamos a necesitar, las horas que vamos a poder abrir, no sabemos el espacio de nuestros locales que podemos usar. Es que nuestros locales no los podemos usar al 100%, pero tenemos que pagar los impuestos al 100%».

«La gente se ríe mucho conmigo, pero doy gracias a Dios y a Santa Isabel, doy gracias de que estamos en Madrid, porque yo soy de Soria, tengo un hermano que tiene un restaurante en Soria y de verdad que se te parte el corazón», subraya.

Recuerda que «una reunión familiar en un domicilio es una bomba de relojería, en un restaurante no, porque cumplimos, además viene la policía municipal en pleno servicio y te dicen «revisión covid» y entran».

César Adeva, responsable de mercantil de Martín Molina, considera que ha habido un agravio comparativo con el sector de la hostelería. Foto: LetsPicYou Producciones

«El plazo de reclamación no ha empezado a contar porque nos encontramos con daños continuados que se siguen produciendo a día de hoy»

Por su parte, César Adeva Cortes, responsable del área de Mercantil, Civil y Concursal de Martín Molina, señala que entre sus clientes esta sensación de abandono es «generalizada».

Con las medidas para hacer frente al Covid-19, «se les ha impedido realizar su actividad, efectivamente eso es así y, además, de la noche a la mañana sin posibilidad de consulta, manifestación, audiencia a los empresarios del sector que se veían afectados».

Por otro lado, «ha habido un agravio comparativo, ellos no son los culpables de la situación. Hay otros sectores que más que menos han podido subsistir. En el sector hostelería las restricciones han supuesto la paralización o restricción muy limitada de la actividad».

Adeva comprende esa sensación de abandono, «quizás también se puede tener en cuenta por el hecho de que la competencia delegada para adoptar estas medidas es de las comunidades autónomas. Las comunidades se basan en datos objetivos como incidencia, diagnosticados….entonces las medidas son más impersonales».

Este experto asegura que no hay que tener ningún miedo a reclamar, «estamos en un Estado de Derecho y, por tanto, nos ampara la Administración y los órganos judiciales en nuestras reclamaciones».

Sobre las dudas entre los empresarios acerca del plazo para reclamar y si podría haber finalizado porque ha pasado un año del inicio de la pandemia aclara que «ese plazo de reclamación ni siquiera a día de hoy ha empezado a contar porque nos encontramos con daños continuados que se siguen produciendo a día de hoy y hasta el momento en que no cesen esos daños ese plazo de prescripción no ha empezado a contar».

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