La aprobación del Reglamento ‘ePrivacy’ reabre el debate sobre su idoneidad y posibles choques con el RGPD
Varios expertos, convocados por la Cátedra Google-CEU de Privacidad, debaten sobre esta norma y el papel de la innovación tecnológica y el respeto de los derechos fundamentales.

La aprobación del Reglamento ‘ePrivacy’ reabre el debate sobre su idoneidad y posibles choques con el RGPD

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08/5/2021 06:48
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Actualizado: 10/4/2023 17:57
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Cuatro años desde el inicio de este debate, el Reglamento ‘ePrivacy’ para regular las comunicaciones electrónicas y su privacidad sigue siendo un proyecto inconcluso. El choque entre Comisión Europea y Parlamento Europeo con posturas diferentes y su encaje con el actual Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) ha hecho que esta nueva normativa esté aún sin trasponer.

La Cátedra Google sobre Privacidad, Sociedad e Innovación de la Universidad CEU San Pablo celebró este jueves su XXII Seminario Permanente, en formato online, en el que diversos expertos internacionales en privacidad y protección de datos dialogaron sobre el “Reglamento ‘ePrivacy’: desafíos y oportunidades de las tecnologías de protección de la privacidad”.

Esta entidad fue creada en 2012 y está dirigida por José Luis Piñar, catedrático de Derecho Administrativo y exdirector de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Es la primera de estas características en Europa y tiene como principal objetivo estudiar los límites éticos y jurídicos de las tecnologías que tratan datos de carácter personal.

Desde su creación, la Cátedra se ha constituido como foro internacional de debate sobre los principales retos que en la actualidad y con perspectiva de futuro plantea en la sociedad la relación entre innovación tecnológica y privacidad.

Varios expertos señalaron en este debate que esta nueva normativa sigue sin implementarse pese a que algunas voces destacan su importancia. Se pretende regular con más detalles toda la privacidad en el ámbito de las comunicaciones electrónicas.

Sin embargo, se plantea un problema y es hasta qué punto una normativa especial de las comunicaciones electrónicas puede establecer criterios diferentes ante el propio RGPD que en mayo cumplirá tres años desde su puesta en marcha en mayo del 2018.

Esta futura regulación de las comunicaciones electrónicas se extendería a todo tipo de empresas e instituciones. Parece que queda claro que es necesaria dicha regulación, pero su retraso se debe a cuestiones que no acaban de aclararse, sobre todo en cuanto a su compaginación con el RGPD europeo y si será tan restrictivo como dicha normativa ya aprobada o no.

La aprobación de este reglamento modificaría la actual Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico (LSSI) , entre otras normativas.

En la actualidad, la propuesta que hay recoge supuestos en los que para el tratamiento de ciertos datos es imprescindible el consentimiento explícito de los interesados. De modo que viene a tratar ciertos datos, metadatos o de comunicación, con un régimen semejante de los datos especialmente protegidos del artículo 9 del RGPD.

Sin embargo, “esta cuestión plantea dudas de si debería establecerse ese régimen de un consentimiento tan riguroso para datos que no se consideran especialmente protegidos por el RGPD”, explica José Luis Piñar, quien señala que las posturas están encontradas entre la Comisión y el Parlamento Europeo y también entre algunos sectores económicos y la propia Unión Europea.

“Se trata de buscar soluciones. Porque se considera que el Reglamento de ‘ePrivacy’ podría suponer un freno a ciertas actividades económicas que se están llevando a cabo, sobre todo en el ámbito de Internet y del mundo digital”, aclara.

Para ese experto “hay que impactar en el desarrollo de aplicaciones informáticas y redes sociales, por poner un ejemplo. Hay un debate abierto, y es si con el RGPD es suficiente o si es necesario una norma que regule las comunicaciones en el tema de internet, como podría ser este Reglamento ‘ePrivacy’”.

Al mismo tiempo, “el debate se gira en el consentimiento, sobre todo en el ámbito de las comunicaciones electrónicas. Las grandes empresas señalan que la propuesta de Reglamento podría ser un freno para la evolución económica de Europa, sobre todo en el campo de estas comunicaciones”.

Piñar señaló que “los derechos fundamentales son el núcleo de Europa”, incluyendo el derecho a la privacidad y la protección de datos, y en este sentido opinó que la futura regulación deberá “equilibrar dos puntos clave, el de los derechos fundamentales y el futuro papel de Europa en el escenario tan complicado que surge tras la pandemia”.

Proteger los derechos fundamentales

La diputada del Parlamento Europeo (S&D) y ponente sobre el Reglamento ‘ePrivacy’ en dicha Cámara, Birgit Sippel, resaltó la importancia de poner el foco sobre la protección de los derechos fundamentales en la regulación de la privacidad y lograr una regulación más rigurosa.

A su juicio, “la protección de las comunicaciones y la protección de la privacidad es una condición previa para proteger también otros derechos fundamentales, para proteger la democracia”.

En este sentido, la eurodiputada alemana explicó que la actual propuesta “ni siquiera se acerca al mínimo que deberíamos esperar de la normativa de privacidad electrónica. Ese mínimo es no bajar del nivel de protección que tenemos con la directiva de privacidad electrónica actual y el RGPD”.

Según Sippel, existe la impresión de que la propuesta del Consejo podría en algunos supuestos entrar en conflicto con los postulados de la legislación actual.

Sobre estas líneas: João Ferreira Pinto, agregado de Asuntos Digitales de la Representación Permanente de Portugal ante la Unión Europea; José Luis Piñar, catedrático de Derecho Administrativo y titular de la Cátedra Google; Alberto Di Felice, director de Infraestructuras, Privacidad y Seguridad en la patronal Digital Europe, y Birgit Sippel ponente del Reglamento ‘ePrivacy’ en el Parlamento Europeo.

Con respecto a las tecnologías protectoras de la privacidad, los ponentes coincidieron en que estas pueden permitir la creación de nuevos servicios e industrias, innovación, a la vez que proteger la privacidad de las personas, y son un elemento clave de la privacidad desde el diseño.

Durante el debate, se pusieron de manifiesto las distintas posiciones existentes entorno a esta regulación desde el punto de vista de los derechos fundamentales y desde la perspectiva empresarial, de la economía y del mercado, augurando una negociación de trílogos difícil, dadas las posturas encontradas.

Quedó patente igualmente la necesidad de poder contar con este Reglamento a nivel europeo, para lograr el deseado equilibrio entre las necesidades de los diferentes actores implicados y para garantizar la protección de los derechos en juego.

Un desafío en un mundo competitivo

Durante su intervención, João Ferreira Pinto, agregado de Asuntos Digitales de la Representación Permanente de Portugal ante la Unión Europea, señaló que la regulación ‘ePrivacy’ representa un desafío para organizaciones, personas y usuarios, pero también una gran oportunidad para obtener ventajas en un mundo muy competitivo.

Ferreira repasó los esfuerzos realizados durante la presidencia portuguesa del Consejo de la UE para alinear la propuesta de la Comisión al máximo posible con el RGPD y actualizar el texto que se presentó en 2017, ya que desde entonces “el mundo ha cambiado mucho desde una perspectiva tecnológica, humana, económica y social”.

En este sentido, señaló los tres objetivos que debe tener la futura regulación de la privacidad: garantizar un alto nivel de protección de datos tanto a las personas físicas como jurídicas, fomentar el libre flujo de datos dentro de la Unión Europea y promover la innovación.

Ferreira no cree que este año, que Portugal tiene la presidencia de la UE, se vaya a culminar la aprobación de dicho Reglamento ‘ePrivacy’. A su juicio, estamos en este momento ante “un verdadero desafío y una oportunidad para volverse más competitivo, en la feroz y competitiva ‘aldea global’ que es el mundo de hoy”.

Por su parte, Alberto Di Felice, director de Infraestructuras, Privacidad y Seguridad en la patronal ‘Digital Europe’, destacó el interés de participación que esta regulación ha generado entre muchos y diversos actores industriales, algo que se debe a que es una “propuesta muy amplia, que genera preocupación en muy diferentes sectores”.

Esta preocupación viene dada, según Di Felice, por el proceso de digitalización que se ha producido en nuestra economía durante los últimos años, desde la sanidad hasta el sector del transporte.

Por otro lado, subrayó la necesidad de “tener reglas que permitan innovar” y puso como ejemplo la existencia de referencias a la anonimización en la base legal para el tratamiento. “En caso contrario -adelantó- no se estaría permitiendo que se usen datos anónimos de formas innovadoras”.

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