Álex Grijelmo recibe el XI Premio Gumersindo de Azcárate, del Colegio de Registradores
Álex Grijelmo recibiendo el XI Premio Gumersindo de Azcárate de manos del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. A la izquierda la decana autonómica de los Registradores de Madrid, Belén Merino; a la derecha, la decana del Colegio de Registradores de España, María Emilia Adán. Foto: Javier de Agustín/Colegio de Registradores.

Álex Grijelmo recibe el XI Premio Gumersindo de Azcárate, del Colegio de Registradores

Por su compromiso con la ética profesional y con el auténtico valor de las palabras
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27/5/2021 06:50
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Actualizado: 13/6/2023 10:48
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A día de hoy, con kilómetros de actos como este a las espaldas, es difícil que un discurso te sorprenda. Y más aún que tres discursos, uno tras otro, te llamen la atención de una forma que desactives el mecanismo de captura maquinal de los dos o tres titulares centrales necesarios para incluir en la información que estás elaborando y te pongas en modo de escucha atenta, consciente de que lo que se está diciendo es fruto de la reflexión de la inteligencia.

De mucha inteligencia. Y eso fue lo que ocurrió en la ceremonia de entrega de la decimoprimera edición Premio Gumersindo de Azcárate, que este año recayó en el compañero Alejandro Grijelmo. Subrayo el adjetivo compañero, lo confieso, con el orgullo de destacar que es «uno de los nuestros».

Porque con sus reflexiones, realizadas desde nuestro lado de la profesión, contribuye a elevar el oficio de informador en un mundo que describió como de  comunicación desestructurada en el que se crean «realidades» inventadas a través de las redes sociales.

Una foto para la historia, el registrador –y expresidente del Gobierno–, Mariano Rajoy, en un corrillo junto con la presidenta del Senado, Pilar Llop, en el centro, el ministro de Justicia, de espaldas; a su lado la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, y el consejero de Interior, Justicia y Víctimas en funciones de la Comunidad de Madrid, Enrique López, minutos antes de comenzar el acto. Foto: Twitter.

La presidenta del Senado, Pilar Llop, en el centro, con el premiado, a su derecha, Álex Grijelmo. A su izquierda, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. En el extremo izquierdo, la decana autonómica de los Registradores de Madrid, Belén Merino. A la derecha, la decana del Colegio de Registradores de España, María Emilia Adán. Foto: Javier de Agustín/Colegio de Registradores.

Grijelmo refirió, durante su intervención, tras recibir el XI Premio Gumersindo de Azcárate de Colegio de Registradores de las manos del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el caso de una de las noticias más leídas en 2015 en El País, su periódico.

Se trataba del fallecimiento del payaso Miliki.

«El entrañable Miliki. No era de extrañar, por el fabuloso recuerdo que inspiró a millones de españoles. Pero esa información no figuraba en el periódico del día. Ni en el papel ni en la edición digital», relató.

«Miliki había muerto cinco años atrás. Alguien la tomó de algún lugar de Google, la puso a circular, nadie sabe porqué, y decenas de miles de personas la replicaron como si fuera actual. Se difundió así, sin estructura alguna», explicó.

«Muchas personas se llevaron un disgusto por la triste noticia sin recordar que ese disgusto ya lo habían vivido cinco años atras», añadió.

Este es un cibermundo sin jerarquías, donde la información y la comunicación están desestructuradas y la desinformación reina, confundiéndolo todo.

El problema, subrayó Grijelmo, se plantea con aquellas personas que hayan perdido el sentido de las estructuras, y con ello la intuición de lo verdadero y de lo falso, de lo importante y lo banal, y se convierten así en terreno abonado para sufrir manipulación y engaño.

«Por eso convendría responder a su desafío reforzando las estructuras previas del pensamiento de los estudiantes y de la ciudadanía en general. De modo que procesen cabalmente la información desestructurada, la cuestionen y la pongan en el lugar que, en cada caso, corresponde», subrayó.

«Cuando falla la sintaxis, la gramática y la morfología, cuando fallan las estructuras de la lengua deben saltar las alarmas. Cuando la palabra se oscurece la transparencia huye».

Y concluyó: «Ante la nueva comunciacion desestructurada, que ya se anuncia, la educación y la lengua y el buen periodismo, como transmisor de armas, constituiran las estructuras imprescindibles para garantizar que la tercera metáfora de Gumersindio de Azcárate nuestra sociedad sea siempre un organismo sano. En las partes, en el todo y en la forma de comprender lo que sucede en el mundo».

El premiado, Álex Grijelmo, flanqueado, a su derecha, por la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, María de las Mercedes González Fernández, a su izquierda por la presidenta del Tribunal de Cuentas, María José de la Fuente, y la decana autonómica de los Registradores de Madrid, Belén Merino. Foto: Javier de Agustín/Colegio de Registradores.

El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, siendo recibido por la decana del Colegio de Registradores, María Emilia Adán. Foto: Colegio de Registradores.

El ministro al cerrar el acto reconoció humildemente que iba a ser imposible igualar la faena de Grijelmo. «Uno se queda sin palabras cuando le toca intervenir a continuacion de Álex, un maestro de las palabras y un gran defensor de nuestra lengua», declaró.

Campo reconoció que vivimos tiempos complejos en los que la palabra juega un papel clave.

«Puede construir o destruir, generar entendimiento o incomprensión, hacer pedagogía en una sociedad democrática o fomentar comportamientos antidemocráticos», recordó Campo.

«En Álex encontramos eso que se vislumbra siempre en las personas brillantes: su capacidad para elevarnos desde un análisis aparentdmente sencillo sobre una palabra o una expresión y lo hace hasta una reflexión más profunda sobre la sociedad, la justicia social o nuestros derechos. Por ejemplo, en un artículo en el que cita la palabra MENA, que significa menores extranjeros no acompañados. Y que nos dice –textual– esconde una de las más escandalosas manipulaciones del lenguaje de los últimos años. ¡Son niños, por favor, son niños! Pero les ponen una palabra, los definen con ella y los tratan de acuerdo a ella», refirió.

El lenguaje no es neutral, vino a decir. «En demasiadas ocasiones, las palabras que nos designan nos inducen a comportarnos de una determinada forma. De ahí que el término oposición ya induzca a oponerse».

«Entender y entenderse es clave para que podamos ejercer nuestros derechos. Para acceder a una justicia justa», afirmó.

El ministro recordó que Grijelmo formó parte activa en los trabajos de modernización del lenguaje jurídico, hace ya una década.

La decana del Colegio de Registradores de España, María Emilia Adán, por su parte, destacó el compromiso de Grijelmo con la «ética profesional y con el auténtico valor de las palabras».

Previamente, dedicó una interesante reflexión sobre Gumersindo de Azcárate, la personalidad que da nombre a este prestigioso premio.

Destacó la reivindicación de la tolerancia que De Azcárate hizo en 1913 como el gran valor del siglo XIX. Para lo que eran necesarias las concurrencias de tres cosas: la libertad, leyes justas inspiradas en la libre opinión del pueblo y cumplimiento exacto y honrado de estas leyes.

El acto de entrega del premio tuvo lugar en el Real Casino de Madrid, a pocos metros de La puerta del Sol.

Al mismo asistieron la presidenta del Senado, Pilar Llop, el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, los presidentes de la Sala de lo Contencioso-Administrativo y de lo Social del Supremo, César Tolosa y María Luisa Segoviano, la presidenta del Tribunal de Cuentas, María José de la Fuente, la nueva fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra, el nuevo fiscal del Tribunal Constitucional –y antecesor de Lastra–, Jesús Caballero Klink, el consejero en funciones de Interior, Justicia y Víctimas de la Comunidad de Madrid, Enrique López, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, los presidentes del Consejo General de la Abogacía y de Procuradores, Victoria Ortega y Juan Carlos Estévez, la delegada del gobierno en la Comunidad de Madrid, María de las Mercedes González Fernández, y el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

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