Diez días antes de que sucediera su asesinato, el presidente Lincoln lo soñó
El monumento a Abraham Lincoln, conocido como el "Lincoln Memorial", en Washington, es uno de los referentes principales de la capital de Estados Unidos. Foto: Carlos Berbell.

Diez días antes de que sucediera su asesinato, el presidente Lincoln lo soñó

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29/8/2021 06:47
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Actualizado: 29/8/2021 06:47
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El decimosexto presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, presagió su propia muerte en un sueño que había tenido diez días antes de que el espía sudista, John Wilkes Booth, le pegara un tiro en la cabeza –a cañón tocante- la noche del 14 de abril de 1865.

Según relata Ward Hill Lamon en la biografía que escribió sobre el conocido estadista –“ Recuerdos de Abraham Lincoln 1847-1865”-, tres días antes del magnicidio, el presidente estadounidense le relató un sueño muy extraño que había tenido una semana atrás. Le tenía inquieto y necesitaba contárselo a alguien de plena confianza.

Lamon era su principal guardaespaldas, además de amigo personal.

El presidente, abogado de profesión, recordaba perfectamente el sueño, a pesar de que ya había pasado una semana, cuenta Lamon.

En el mismo, Lincoln se veía durmiendo en su cama de la Casa Blanca, y despertándose por culpa de unos lloros lejanos.

Después de unos segundos de escucha detenida, decidió levantarse para investigar su origen.

Lincoln se vio avanzando por el edificio, entrando en cada uno de los salones, sin encontrar “ningún ser vivo a la vista”.

Hasta que llegó al llamado Salón Este.

Allí vio un gran catafalco (un armazón cubierto con tela negra que se solía levantar en los templos para celebrar los funerales de un difunto).

Dentro había un ataúd y un cadáver dentro, debidamente amortajado.

Alrededor del catafalco había varios soldados montando guardia y un gran grupo de personas llorando. Ellos eran, precisamente, la fuente del llano que le había “despertado”.

Lincoln se acercó a uno de los soldados y le preguntó: “¿Quién ha muerto en la Casa Blanca?”.

El soldado le contestó, tras una pausa: “El presidente. Ha sido asesinado”.

Catafalco de Abraham Lincoln, muy parecido al que vio en su sueño.

SUEÑO PROFÉTICO

Muchos comentaristas y escritores, que conocen este dato, opinan que el sueño fue profético.

Sin embargo, quizá revela meramente la gran presión y el estrés que sufría Lincoln en esa época.

El presidente estadounidense había recibido numerosas amenazas de muerte, tras la sangrienta guerra civil, que había acabado cinco días antes, con la rendición del general Robert E. Lee y el Ejército Confederado.

Es muy posible que temiera un atentado contra su vida. Tenía muy presente la posibilidad de un magnicidio contra su persona.

Lincoln jamás llegó a sospechar que su sueño pudiera tener tanta exactitud.

Diez días después, John Wilkes Booth, aprovechando la asistencia de Lincoln a la obra “Nuestro amigo americano”, que se representaba en el Teatro Ford de Washington, se las arregló para vencer la protección del presidente, y atentó contra su vida a las 10.15 de la noche.

Lincoln no murió de forma instantánea. Permaneció en coma hasta las 7.22 de la mañana del 15 de abril.

Vivió 9 horas y 7 minutos más.

Su cadáver fue velado en el Salón Este, en un catafalco como en el del sueño, con un número de soldados similar y un grupo de gente que le lloró de la misma manera que él había soñado.

El asesinato de Abraham Lincoln, en el teatro Ford de Washington. Ilustración: Currier & Ives.

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