La toga de la primera mujer magistrada de la historia del Supremo, Milagros Calvo, ya forma parte de su Museo
Milagros Calvo en el pequeño Museo del Supremo, donde quedará expuesta su toga para la posteridad. Foto: TS.

La toga de la primera mujer magistrada de la historia del Supremo, Milagros Calvo, ya forma parte de su Museo

El Museo del Tribunal Supremo ha seguido los pasos del Museo Nacional de Historia Americana Smithsonian con la primera mujer juez que llegó a la Corte Suprema
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30/1/2022 06:54
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Actualizado: 30/1/2022 09:41
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«No puedo estar más feliz. Estoy encantada de que forme parte del Museo del Tribunal Supremo. Es un gesto importante y relevante, sin duda alguna. Además, yo no tengo familia. No puedo pensar de un sitio mejor para la que fue mi toga de magistrada del Supremo, el escudo y el collar protocolarios», explica Milagros Calvo Ibarlucea, quien se jubiló hace dos años y medio, el 15 de agosto de 2019.

Cuando cumplió los 72 años preceptivos, habiendo sido la primera mujer magistrada de la historia del Alto Tribunal.

De esta forma, el Tribunal Supremo ha seguido los mismos pasos que el Museo Nacional de Historia Americana Smithsonian, en Washington D.C., institución a la que Sandra Day O’Connor, la primera juez en la historia de la Corte Suprema de los Estados Unidos donó en 2006 al la toga que ostentó durante 25 años; entre 1981 –cuando fue nombrada por el presidente Ronald Reagan con el visto bueno del Senado– y 2006, cuando cumplió 76 años y decidió retirarse.

España no tiene un Museo Nacional de Historia. Hay un Museo de Cataluña, un Museo de Valencia, incluso un Museo de Madrid, pero nada que se asemeje al Smithsonian.

La toga de la primera juez de la historia de la Corte Suprema estadounidense, Sandra Day O’Connor, a la derecha, tal como figura en el Smithsonian, en Washington D.C. En la foto, la juez, a la derecha, con la segunda mujer que llegó a ese órgano judicial, Ruth Bader Ginsburg, fallecida recientemente. O’Connor era conservadora y Ginsburg progresista.

Milagros Calvo fue elegida magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial en febrero de 2002, cuando era presidente Francisco José Hernando Santiago, gracias al apoyo del sector conservador, como su homónima estadounidense.

Tenía 54 años, tres más que O’Connor cuando asumió el cargo.

Y ha servido en ese puesto un total de 17 años.

FUE PRIMERO SECRETARIA JUDICIAL

La magistrada vallisoletana, tras acabar la carrera de Derecho ejerció como secretaria judicial en los comarcales de Villena y Yecla, en Murcia.

En 1978, con 31 años –compaginando trabajo y estudio– aprobó las oposiciones a las carreras judicial y fiscal. Comenzó como fiscal en la Audiencia Provincial de Vizcaya, en 1979, después se pasó a la judicatura, como juez de Trabajo, en Bilbao.

Fue la segunda mujer, después de Josefina Triguero Agudo, en convertirse en juez.

Milagros Calvo, con la toga que ha donado, en una foto tomada en 2013. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Tras su periodo vasco, optó por Madrid, donde se convirtió en titular de la Magistratura de Trabajo número 1 y después como miembro del Tribunal Central de Trabajo, que cambió después su nombre a Sala de lo Social de Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Entre 1994 y 1999 formó parte de su Sala de Gobierno, en unas elecciones a las que se presentó como representante de la APM.

Calvo cuenta que fue su compañera de la Sala de lo Penal, Susana Polo –de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia– quien forma parte de la Sala de Gobierno del Supremo, quien propuso que oficialmente se le solicitara la donación de la toga para el Museo del órgano judicial, situado en el ala oeste del edificio.

En el mismo se alberga la que utilizó Federico Carlos Sainz de Robles, el primer presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo de la democracia.

«Fue el secretario de Gobierno, Ángel Ruano, quien se puso en contacto conmigo para hacerme la petición. Y yo accedí encantada», explica la magistrada emérita, quien sigue al pie del cañón como «Of Counsel» del conocido Bufete Casa de Ley Abogados, del que es socio director Javier San Martín.

Milagros Calvo fue, precisamente, una de las personas distinguidas en los Terceros Premios Confilegal, celebrados en noviembre de 2019, como reconocimiento a su trayectoria.

Porque la magistrada emérita, además de ser la primera mujer en llegar al Supremo fue la primera mujer, también, en formar parte de su Sala de Gobierno, a lo que accedió por votación de sus compañeros.

El entonces consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad Autónoma de Madrid, Enrique López, recordó, al entregarle el galardón que él formó parte del CGPJ que la eligió –junto a Juan Carlos Campo, también presente en la Sala–, y que lo hicieron no porque fuera mujer sino por su excelente calidad técnica como magistrada. 

«El presidente Lesmes quiso que el acto de entrega fuera solemne y así se hizo, el pasado mes de octubre. Todos enmascarados por culpa del COVID-19», relata la magistrada emérita. «Allí estuvo también mi querida amiga María Luisa Segoviano, la actual presidenta de mi Sala, lo que me llenó de alegría», concluye.

Sobre estas líneas, los miembros de la Sala de Gobierno el día en que Milagros Calvo entregó su toga. De izquierda a derecha, Igncio Sancho Gargallo (miembro electo), Dimitry Berberoff (m.e.), César Tolosa, presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo (miembro nato), Jacobo Barja de Quiroga, presidente de la Sala de lo Militar (m.n.), Francisco Marín Castán, presidente de la Sala de lo Civil (m.n.), Milagros Calvo, Carlos Lesmes, presidente en funciones del CGPJ y del Supremo (m.n.), Manuel Marchena, presidente de la Sala de lo Penal, (m.n.), María Luisa Segoviano, presidenta de la Sala de lo Social (m.n.), Antonio del Moral (m.e.), Pablo Lucas Murillo de la Cueva (m.n.) y Angel Ruano, secretario de Gobierno. Foto: TS.

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