La invasión de Ucrania se ha basado en 3 mentiras que Putín se ha creído, según el exministro de Exteriores ruso Kozyrev
De acuerdo con Andrei Kozyrev, el entorno de Putin le ha hecho creer una realidad basada en tres mentiras sobre la que ha decidido la invasión de Ucrania.

La invasión de Ucrania se ha basado en 3 mentiras que Putín se ha creído, según el exministro de Exteriores ruso Kozyrev

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20/3/2022 06:50
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Actualizado: 12/7/2022 11:58
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El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha creído tres mentiras para ordenar la invasión de Ucrania que no responden a la realidad: La primera, que Ucrania no es un país sino parte de Rusia que debe de volver a la madre partria; la segunda que el Ejército ruso está modernizado y dispone de armamento adecuado para esta invasión; y la tercera, que el presidente estadounidense, Joe Biden, por su avanzada edad, está «gagá», es un débil mental.

Esta es la valoración que hace en su cuenta de Twitter el diplomático Andrei Kozyrev, de 60 años, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia entre 1991 y 1996, bajo la presidencia del antecesor de Putin, Boris Yeltsin. Hasta 2000 fue diputado en la Duma, el Parlamento ruso. En la actualidad se dedica a los negocios desde su exilio en Washington.

Por ello, Kozyrev no cree que Putin esté loco: «Si cree que las tres cosas anteriores son ciertas y su objetivo es restaurar la gloria del Imperio Ruso (sea lo que sea que eso signifique), entonces es perfectamente racional invadir Ucrania». «Calculó mal en las tres cosas, pero eso no lo convierte en un loco. Simplemente está equivocado y es inmoral», sentencia.

El exministro de exteriores comienza su hilo asÍ: «Quiero examinar dónde empezó el cuestionamiento de la racionalidad de Putin. Creo que empezó porque la mayoría de la gente, especialmente en Occidente, considera que su decisión de invadir Ucrania es totalmente irracional. Yo no estoy de acuerdo. Es horrible, pero no irracional. Para entender por qué la invasión fue racional para Putin, tenemos que ponernos en su lugar».

Andrei Kozyrev fue ministro de Exteriores del primer gobierno ruso de Boris Yeltsin (entre 1991 y 1996), tras la implosión de la Unión Soviética.

«En su cálculo confluyeron tres creencias al mismo tiempo: 1. La condición de Ucrania como país. 2. La condición del Ejército y de los militares rusos. 3. La condición geopolítica de Occidente. Si el gobierno de Ucrania no puede mantenerse independiente y pro-Kremlin de forma encubierta, como probablemente concluyó, entonces lo forzará abiertamente», añade.

«También empezó a creer a sus propios propagandistas que Ucrania está dirigida por una junta nazi-bandera. Pretexto perfecto para ‘desnazificar’ Ucrania», prosigue.

Sobre los militares rusos Kozyrev es muy duro. Refiere que el Kremlin se ha pasado los últimos veinte años tratando de modernizar el Ejército. Pero la realidad es otra. La corrupción galopante lo ha impedido.

«Gran parte de ese presupuesto fue robado y gastado en ‘megayates’ en Chipre», subraya, refiriéndose a los oligarcas rusos que se han hecho millonarios a la sombra del Estado ruso.

Los asesores militares, según Kozyrev, no podían «informar de eso al Presidente. Así que le informaron de las mentiras en su lugar».

LA RETIRADA DE AFGANISTÁN PROYECTÓ LA DEBILIDAD DE OCCIDENTE

Por lo que se refiere a Occidente, de acuerdo con Kozyrev: «La élite gobernante rusa creyó su propia propaganda de que el presidente Biden es mentalmente inepto. También pensaron que la UE era débil por lo desdentadas que fueron sus sanciones en 2014. Y luego Estados Unidos hizo una chapuza con su retirada de Afganistán, solidificando esta narrativa».

Así que, su opinión, la decisión de Putin de invadir Ucrania ha sido «racional.

Pero cree «firmemente» que no utilizará «intencionadamente armas nucleares contra Occidente. Digo intencionadamente porque un bombardeo indiscriminado cerca de una central nuclear puede causar un desastre nuclear involuntario en Ucrania».

Y da un paso más: «La amenaza de una guerra nuclear es otro ejemplo de su racionalidad. El Kremlin sabe que puede intentar obtener concesiones, ya sea de Ucrania o de Occidente, haciendo sonar su última carta en la baraja: las armas nucleares. La conclusión final aquí es que Occidente no debería aceptar ninguna concesión unilateral ni limitar demasiado su apoyo a Ucrania por el temor a una guerra nuclear«.

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