Jose Luis Huerta, exsocio director de Hogan Lovells, deja la firma a los 60 años, después de 18 años de vinculación
Una foto para la historia. Los cuatro socio directores del despacho en Madrid posando el pasado viernes en la cena de despedida de Huerta: De izquierda a derecha, Lucas Osorio (2014 a 2021), Jose Luis Vázquez (2021-actualidad ), José Luis Huerta (2010 a 2014 ) y José María Balañá (2004 a 2010).

Jose Luis Huerta, exsocio director de Hogan Lovells, deja la firma a los 60 años, después de 18 años de vinculación

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03/4/2022 06:48
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Actualizado: 02/4/2022 23:05
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El pasado 31 de marzo se consumó el final de la vinculación de José Luis Huerta a Hogan Lovells, a sus 60 años. Una relación que se inició en el 2004 cuando otro abogado experto en M&A (fusiones y adquisiciones) como José María Balañá, que venía de Cuatrecasas, puso en marcha Lovells en España, el germen de todo.

Huerta, abogado procesalista y litigador, aceptó el reto de dejar Landwell Pwc e incorporarse ese mismo año al equipo de Balañá, donde también estaba Lucía Lorente, otra exCuatrecasas y también clave en el desarrollo de la firma. El despacho así daba sus primeros pasos. 

En estos dieciocho años vinculado a la firma, Huerta ha ocupado distintas responsabilidades en el despacho. Primero socio, más tarde, en el periodo 2010-2014, socio director, y responsable de la práctica de litigación y arbitraje, hasta hace algo menos de un año.

El pasado viernes se reunió toda la firma para darle una merecida despedida.  

En este adiós Huerta tuvo tuvo un recuerdo especial para Lucía Lorente, directora de la oficina de Madrid desde sus primeros inicios en el 2004, cuando era solo Lovells.

Luego en el 2016 fue nombrada directora corporativa para Europa. Su brillante carrera se vio truncada por un cáncer en 2018. Un duro golpe que ha marcado a este despacho en estos últimos años.

José Luis Huerta cierra su ciclo vital en Hogan Lovells, tras 18 años construyendo la firma en España.

En el último año Huerta ya había dado un paso atrás profesionalmente. Ya no era socio, sino «Senior Counsel» (consejero senior), una posición diferente en el despacho. Aunque seguía trabajando igual en temas de litigación y arbitraje.

Un momento importante en esta historia fue cuando se fusionaron la americana Hogan & Hartson y la británica Lovells. Surgiría Hogan Lovells en 2010.  

Balaña, tras seis años de gestión cedió el testigo a Huerta en septiembre, quien, en los siguientes cuatro años, puso los cimientos de lo que hoy esta firma internacional en España.

En esos cuatro años la firma creció mucho. En Madrid se consolidó esa posición de liderazgo con un equipo de 18 socios, con un total de más de 80 abogados.

En el ejercicio del2013 la facturación en España ascendió a más de 30 millones de euros; sólo en Madrid el incremento fue del 16,6%.

En la actualidad, bajo la dirección de José Luis Vázquez, al que Huerta trajo de Uría Menéndez hace once años para liderar banking & finance el despacho facturó 47,2 millones de euros, un 13% mas que en el 2020.

Navarro recuerda a Huerta “como un profesional exigente, pero que tenía claro que lo importante era la gestión de las personas. Fomentó mucho la comunicación entre todas las áreas de práctica del bufete y estuvo muy implicado en todas las actividades del despacho”

Por su parte la firma a nivel global en el año fiscal 2021, aumentaba sus ingresos globales en un 12,9 % hasta los 2.600 millones de dólares y el beneficio por socio de capital (PEP) en un 25,9 % hasta los 2,49 millones de dólares.

“Tuvo claro la importancia del área de desarrollo de negocio, como pilar clave del crecimiento del bufete”, comenta Mar Navarro que en el 2009 se hacia cargo de esa área de la firma y que sigue al frente de la misma, ahora con un equipo de cuatro profesionales de apoyo a los abogados del despacho.

Navarro recuerda a Huerta “como un profesional exigente, pero que tenía claro que lo importante era la gestión de las personas. Fomentó mucho la comunicación entre todas las áreas de práctica del bufete y estuvo muy implicado en todas las actividades del despacho”

También apunta que “su idea siempre fue que los abogados tuvieran capacidad para gestionar clientes y desarrollar actividades comerciales”.

Para Silvia Martínez, of counsel del área de arbitraje del despacho, práctica en la que ha coincidido los últimos catorce años con José Luis Huerta, su calidad humana ha estado por encima de todo “ Como jefe y mentor, José Luis siempre supo dar libertad y confianza a los abogados jóvenes: tienes todo el campo por delante, nos repetía en nuestros primeros años.”.

EXPANSIÓN EN MADRID

Un hito importante en la trayectoria de la firma fue que en junio del 2014 se produce el gran cambio de oficinas. Se organiza la mudanza para el edificio de Paseo de la Castellana 36-38. Cerca de 5000 metros cuadrados, con gimnasio incluido, Ahora solo en Madrid son 22 socios y 120 abogados.

Además de a Vázquez, Huerta fichó a Lucas Osorio, abogado del Estado en excedencia, que luego se convertiría en su sucesor durante siete años al frente del despacho en la capital de España. Pese a que no tenía interés en el mundo de la abogacía, reconoce que el talante y el proyecto de Huerta le sedujo.

De esta forma, Osorio dejaba la secretario general de Cintra (Grupo Ferrovial) donde había estado siete años para incorporarse a este proyecto. “en seguida advertí que era un proyecto con muchas posibilidades de progresar en nuestro país, como así ha sido. Pese a cierto vértigo que tuve acepte su ofrecimiento”.

Osorio y Huerta han trabajado trece años juntos. “Hemos compartido asuntos de naturaleza contenciosa y mercantil, al igual que del propio mundo del arbitraje donde José Luis se ha especializado bastante en estos años de actividad profesional. El propio talante de Huerta me ayudó a entender que el despacho iba a respetar las relaciones humanas”.

En cuanto al relevo en la dirección de la firma “tuvo el convencimiento que había que hacer un cambio. Se hizo un procedimiento interno en el despacho. Y al final sugirió mi nombre con la aprobación del resto de los socios. La decisión fue colegiada para que asumiera la dirección del despacho”.

Para Osorio “un socio director o ‘managing partner’ presupone contar con dotes de liderazgo y sobre todo gestionar bien la inteligencia emocional porque tienes alrededor socios. Es fundamental que funcione la empatía personal que la vía autoritaria”

Valora la capacidad de su predecesor que supo incorporar profesionales de primer nivel al despacho. A las citadas de Vázquez o la del propio Osorio hay que reseñar la de Gonzalo Ardila como responsable de la práctica arbitral del despacho que Huerta dirigió tantos años.

Por su parte, Ignacio Sánchez, socio responsable del área penal económico del despacho, recuerda a Confilegal que fue Huerta quien puso en marcha esa área, en el 2010 a poco de asumir las competencias de socio director 

“Era el momento de la primera reforma del Código Penal donde se hablaba de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, que hizo el que fuera ministro de Justicia, Francisco Caamaño. Ya a nivel internacional era una práctica importante de la firma, pero había que impulsarla en España”.

Sánchez es ahora socio responsable de la práctica y recuerda que Huerta fue en esos años su mentor profesional: “Centró su trabajo como líder del despacho de preocuparse por los demás y estar pendiente del desarrollo de la firma”.

Lucas Osorio, socio director en enero de 2021, cuando fue tomada la foto, y José luis Huerta, flanquean a Gonzalo Ardila, quien fue fichado como socio del área de arbitraje de Hogan Lovells.

LA IMPORTANCIA DEL DÍA DESPUÉS

La reputación de Huerta en el sector legal es notable. Para José María Alonso, actual decano del Colegio de Abogados de Madrid, “lo importante de este tipo de situaciones es el día después. Qué es lo qué vas a hacer con posterioridad. En mi caso, tras jubilarme en Garrigues a los 56 años como indicaban los estatutos, estuve dos años como ‘Of Counsel’ del despacho”.

Tras Garrigues, Alonso se incorporó a Baker McKenzie como socio director y presidente durante seis años. «Hasta que me presenté al ICAM y ganamos las elecciones. En ese momento vi que no se podían compaginar ambas actividades, aunque hace algo más de un año puse en marcha mi despacho de arbitraje”, subraya.

Desde su punto de vista “la abogacía te hace en algunas ocasiones que te reinventes. Eso no es fácil en muchas ocasiones, pero hay que estar preparado para ello. En un área como la litigación en la que hemos coincidido Huerta y yo siempre le vi como un magnífico litigador y un rocoso contrario en los arbitrajes en los que fuimos contrarios”, concluye.

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