Las mujeres lideran las empresas proveedoras de servicios legales alternativos o ALSP
Natalia Martos (Legal Army), Irma Cebrián y Silvia Perea (Abroading), Laia Moncosí (Lawyers for Projects) y Lorena Salamanca (Afiens).

Las mujeres lideran las empresas proveedoras de servicios legales alternativos o ALSP

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04/12/2022 06:50
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Actualizado: 03/12/2022 23:37
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Los proveedores de servicios legales alternativos (o ALSP por sus siglas en inglés) han experimentado un crecimento explosivo en los últimos años. Esta tendencia se ha vuelto mayoritaria en el mundo anglosajón, con un 80% de los bufetes de abogados y el 71% de los equipos internos contratando sus servicios.

En el sector legal español existen varias propuestas similares, si bien quedan todavía existen dudas entre los profesionales del sector respecto a los servicios que ofrecen, que a veces se pierden entre los anglicismos y la jerga.

Y en España se observa un fenómeno curioso en las ALSP: la proporción de mujeres que encabezan una gran parte de estas iniciativas. Algunas de estas CEO han compartido su parecer respecto a la situación de este grupo de compañías y cómo definir sus funciones, su posición en el sector legal y su futuro.

Laia Moncosí, CEO de Lawyers for Projects

De forma sucinta, Laia Moncosí explica que las ALSP «son firmas que ofrecen servicios legales sin ser despachos», resaltando que «no tienen una estructura jerárquica piramidal y son más capaces de innovar», unas características que cumple la empresa que dirige, Lawyers for Projects.

De los segmentos en los que se dividen estos proveedores, Lawyers for Projects destaca como «pionero», según Moncosí en ofrecer servicios legales flexibles, con los que un cliente contrata el apoyo técnico de parte de especialistas para trabajar en proyectos específicos a precio cerrado.

La excelencia técnica y la cercanía en las relaciones con el cliente definen el modelo de Lawyers for Projects, con empleados acostumbrados a trabajar en el sector contractual, laboral, fiscal y de M&A (fusiones y adquisiciones) para clientes que necesitan sus conocimientos, pero no una gran estructura de trabajo.

En cuanto a los cambios en el sector legal, Moncosí no duda en opinar. «Las mujeres estamos cada vez más presentes en el sector legal, la situación está mejorando a un paso lento».

También dice que el momento más difícil de la empresa ya está a sus espaldas, aunque dice que no sabe si volvería a atreverse a hacerlo. «Hablar de servicios flexibles y trabajos por proyectos era como hablar de ciencia ficción pero el mercado se ha abierto, aunque sigue siendo inmaduro», afirma. «Ahora veo el futuro con optimismo».

Lorena Salamanca, CEO de Afiens

La asesoría jurídica, la estandarización de proyectos y la gestión y subcontratación de servicios legales es donde Afiens realiza la mayoría de su trabajo, en lo que su CEO, Lorena Salamanca, llama «Legal Process Outsourcing» (LPO).

Con una plataforma técnica única, Afiens genera un entorno «todo-en-uno» en el que sus clientes pueden compartir y automatizar documentos legales e integrar el uso de firmas electrónicas, así como subcontratar asistencia legal para cubrir picos de trabajo.

Si bien se especializa en secretarías societarias, en Afiens pasaron algunos años enfocados en el sector inmobiliario, donde ofrecían servicios para su promoción con una perspectiva jurídica.

Para Salamanca, el número de mujeres que dirigen los ALSP en España «es casualidad». «Tenemos la misma capacidad de liderazgo», dice, subrayando que la compañía existe desde hace diez años, pero que desde entonces se han creado muchas más compañías de ALSP.

Ante el desafío de mantenerse en el tiempo e incluso ampliar su presencia en otros países, reflexiona que las compañías del sector «serán más necesarias para ayudar a despachos tradicionales y departamentos jurídicos internos para proyectos específicos y para flexibilizar costes».

Natalia Martos, CEO de Legal Army

La firma de servicios jurídicos alternativa Legal Army se especializa, en las palabras de su CEO, Natalia Martos, en tecnología y producto digital, ofreciendo servicios para empresas B2B (dedicadas a las transacciones comerciales entre empresas), tengan o no asesoría jurídica interna.

«No nos limitamos a redactar contratos o escritos sino que nos integramos con los equipos no legales de nuestro cliente», declara Martos. Señala que el objetivo de la compañía es generar una colaboración totalmente equilibrada y fundamentada en los servicios jurídicos que se basan en enfocarse en el cliente.

Para que prime la transparencia y el control del presupuesto por parte del cliente, Legal Army usa un sistema que no trabaja en base a horas facturables sino en igualas o proyectos puntuales a precio cerrado y pactado con el cliente, algo característico del medio.

Otro contraste con los despachos tradicionales y el sistema de socios, dice Martos, es que este «no favorece a la mujer que, si se plantea la maternidad, suele ser un obstáculo para poder ascender a esta posición», mientras que el modelo de los ALSP «es absolutamente conciliador porque los abogados colaboran entre sí en lugar de competir por conseguir más horas facturables».

Irma Cebrián y Silvia Perea, socias fundadoras de Abroading

Cuando fundaron Abroading hace 11 años, Irma Cebrián y Silvia Perea habían descubierto la necesidad de estandarizar tareas repetitivas que no eran de la especialidad del despacho en el que trabajaban, e intentaron replicar el modelo anglosajón de ALSP en España.

«Ahora está de moda, pero antes no existía aquí ese concepto», dice Perea, por lo que parte de su tarea fue la «labor pedagógica» que hicieron tanto con clientes como con colegas para que entendieran este nuevo «despacho con un equipo multidisciplinar y carácter paralegal y tecnológico».

En el segmento de lo que se llaman Legal Management Services (LMS), Cebrián describe que se encargan de «las tareas de mucho volumen que se pueden estandarizar, como revisión diaria de contratos, extracción de datos, inventario, que no tienen un gran valor añadido como para justificar el coste de trasladarlas a un gran despacho, pero implican mucho tiempo».

Sin haberlo notado en un principio, las fundadoras de Abroading advirtieron que tenían «un equipo muy femenino». «Pero es cierto que cada vez hay más mujeres en los equipos legales, y varias más toman la decisión emprender con un despacho o un ALSP», recalca Cebrián, notando que la creatividad y capacidad metodológica y de análisis que hacen falta para emprender en una compañia de este estilo son aptitudes «que las mujeres suelen tener muy desarrolladas».

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