El caso de Alec Baldwin y el arma cargada con munición real: ¿qué habría ocurrido en España?
La fiscalía imputa a Baldwin en calidad de productor, así como a la armera, ambos como responsables de las medidas de seguridad en la producción, como explica Eloy José López Belda, abogado experto en derecho del entretenimiento.

El caso de Alec Baldwin y el arma cargada con munición real: ¿qué habría ocurrido en España?

El actor Alec Baldwin ha sido acusado de homicidio involuntario este 31 de enero, tres meses después de que le disparara a la directora de fotografía Halyna Hutchins durante el rodaje de la película «Rust», un ‘western’. La armera profesional en la producción, Hannah Gutiérrez-Reed, enfrenta el mismo cargo por haber dejado el arma cargada con munición real a disposición del equipo.

La fiscalía imputa a Baldwin en calidad de productor, así como a la armera, ambos como responsables de las medidas de seguridad en la producción, como explica Eloy José López Belda, abogado experto en derecho del entretenimiento.

«Se ha declarado que los miembros del equipo habían salido días antes a cazar con las mismas armas y que hacían tiro en sus horas libres», señala. «Se trata de una relajación de las medidas de seguridad, no solo de parte de la armera».

Al comparar este caso con lo que podría pasar en territorio nacional, la primera diferencia es que en una producción española no se permite el uso de armas reales. de fogueo, réplicas o inutilizadas, que se dan de baja mecánicamente.

«Es algo que evita que ocurra un accidente igual, aunque pueden ocurrir otros», dice López, añadiendo que «todos los trabajadores deben atravesar una formación en riesgos laborales, pautas y material técnico».

Así, cuando ocurre un accidente en una producción, se avisa a la inspección laboral, que haría un estudio sobre las medidas de seguridad tomadas, si son adecuadas, sobre los equipos de protección utilizados y si los que los usan saben hacerlo. A partir de ahí, se definirían las responsabilidades.

En los casos graves, se entraría en el ámbito penal. López explica que en este escenario «entra la policía a hacer diligencias para averiguar cuál es el objeto del accidente y las responsabilidades correspondientes y llevar a cabo la investigación previa, junto con el correspondiente juzgado de instrucción».

La responsabilidad puede derivar en la productora como persona jurídica, que podrá tener responsabilidades menores o exonerarse si ha llevado con diligencia los procesos de cumplimiento (‘compliance‘) y los cuidados debidos. En caso contrario, podría enfrentar una prohibición del desarrollo de sus labores, así como perder subvenciones y no poder optar a contratos públicos.

También los administradores de la productora pueden enfrentar una responsabilidad. «En la escala jerárquica, debe inspeccionarse si ha habido dolo o culpa en una posible negligencia en cualquiera de los niveles de la producción», ilustra López.

El abogado recuerda que el sector audiovisual «se ha profesionalizado mucho y muy rápido, pero en las producciones de bajo presupuesto (de menos de 750.000 euros), cuando es complicado conseguir financiación para desarrollar el proyecto en condiciones óptimas, se escatima en la preproducción y en los seguros».

«La legislación en España está bastante bien hecha gracias a los sindicatos de los equipos técnicos y artísticos, y marca con claridad los descansos y horas extra», explica.

Seguros, Seguridad Social y asesoría desde la preproducción

«Todas las producciones deben tener un seguro de responsabilidad civil y de accidentes, para lo que conviene contar con un abogado especializado», recomienda López. Destaca que «en España hay que tener cuidado con las coberturas de las aseguradoras, puede que se desentiendan en casos de negligencia, o si no se adecúan a la producción, si no cubren accidentes por armas de fogueo, por ejemplo». «Hay que prestar atención a las cláusulas».

Un ejemplo reciente con un final menos tétrico, es el del actor Miguel Herrán, protagonista de la película carcelaria «Módulo 77», que contó en el programa El Hormiguero de un accidente que sufrió durante el rodaje de una escena en la que el intérprete simula cortarse las venas.

«Normalmente el equipo de arte tiene preparado todo lo que vas a utilizar; no sé si se equivocaron de cuchilla o se olvidaron de quitarle el filo en el pico», dijo, mostrando una cicatriz en el brazo. «Un arañazo», en palabras del actor.

Al ser la primera vez que se conoce en público, se puede intuir que el incidente no fue más allá de un susto, por lo que ni la dirección de arte ni otros miembros del equipo tendrían que enfrentar responsabilidades por la idoneidad de las medidas de seguridad y los posibles errores.

«Una producción de cine no se aleja mucho de otros trabajos, se parte de las relaciones laborales con todos los participantes», subraya López, apuntando que «es muy raro que haya gente con un contrato de prestación de servicios».

«Hay accidentes en todos los sectores, pero en una producción audiovisual es más fácil que ocurra uno, especialmente para el equipo técnico, que enfrenta ciertos riesgos en los rodajes de noche, cuando los accesos son complicados o cuando manejan equipo pesado», dice el abogado indicando como anécdotas varias torceduras de tobillo y hasta la caída de un cámara.

«Lo importante es que todos se den de alta en la Seguridad Social y que tengan asesoría jurídica desde la preproducción para que no pillen sorpresas» dice. Señala que varios profesionales esperan hasta después del rodaje para buscar a un asesor, principalmente para informarse sobre los incentivos fiscales y los contratos, una práctica común que tiene como riesgos «que se caiga el entramado de financiación, la pérdida de inversores externos» si ocurre un imprevisto o incluso si existen errores como una facturación irregular.

Un caso común es el de las personas que hacen su primer largometraje después de hacer algunos cortos, con amigos con los que no se dan de alta ni firman contratos y no contratan seguros. «Independientemente de los problemas con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, si encima tienen un accidente, la productora está abocada a la extinción y sus administradores pueden enfrentar responsabilidades graves».

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