Eduardo de Urbano: «Hemos pasado de un derecho penal económico de banqueros o ministros a otro de clase media»
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02/2/2023 06:49
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Actualizado: 02/2/2023 11:25
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Eduardo de Urbano es uno de los grandes expertos en derecho penal económico de toda España. Durante 31 años ejerció como juez y magistrado, pero en 2021 decidió cambiar de terreno y ejercer defendiendo los derechos de los ciudadanos desde el otro lado, la abogacía. Y es que, actualmente, es director del Departamento de Penal y Económico de la firma Kepler-Karst.
El hecho de que haya sido magistrado durante tantos años le genera ciertas ventajas. Sabe cómo pueden llegar a pensar algunos de sus excompañeros y al haber sido coordinador del Gabinete Técnico del Tribunal Supremo sabe manejar con destreza los recursos de casación, donde busca la eficiencia y la acción.
Con su paso a la abogacía se dio cuenta de que quería darle un enfoque nuevo a toda su actividad de estudio de la jurisprudencia, por lo que consideró que era un buen momento para dar una visión proabogacía.
Como fruto de ese nuevo enfoque nació su nuevo libro«Derecho penal económico: 61 defensas de éxito», que vio la luz hace pocos meses. Donde no sólo analiza las sentencias del Tribunal Supremo, que es el que tiene la última palabra, sino también aquellas que dan la razón a los abogados y que, por tanto, establecen la justicia del caso.
Es una guía para ayudar a otros abogados
Aunque bueno, el libro también podría llevar por título «Derecho penal económico: guía para ayudar a otros abogados a preparar casos» . Y es que en sus 348 páginas explica detalladamente que gracias a un buen abogado, un caso muy difícil puede tener un final feliz. Eso sí, teniendo en cuenta, tal y como bien enseñan en la facultad de Derecho, que no hay dos casos iguales.
Es más, ha comentado a Confilegal con un gesto de ilusión que una vez un letrado que vivía por su zona le reconoció y le dijo que gracias a su libro, había logrado ganar un asunto. Y es que el penal económico no sólo afecta a los «imputados ilustrísimos», sino que ahora también está a la orden del día de empresarios con pequeñas empresas o medianas, ha manifestado De Urbano.
Las sentencias que ha analizado en el libro las ha elegido con un riguroso criterio. Ha habido casos que incluso le han sorprendido hasta a él, como es el de «salir absuelto pero verse obligado a pagar la responsabilidad civil». La historia de este asunto para él era muy novedosa porque las responsabilidades civiles en procesos penales derivan de un delito, y «si no hay delito, no se paga responsabilidad civil».
Sin embargo, «es interesante porque se trataba de una excusa absolutoria en un delito de naturaleza económica, concretamente apropiación indebida entre familiares» y aunque supuso la absolución, se probaron los hechos y a pesar de que no hubo pena, el delito se produjo.
El perfil del acusado
Últimamente los delitos que más se han cometido relacionados con esta materia son el delito fiscal, apropiaciones indebidas y estafas. Pero en el ámbito de la corrupción, donde intervienen autoridades, funcionarios o personas particulares, destacan la prevaricación administrativa, el cohecho o el soborno.
Y como se ha comentado con anterioridad, el perfil de aquellas personas que cometen estos delitos está cambiando y es muy variado. Por un lado, están los «imputados ilustrísimos», es decir, empresarios, directivos, banqueros, profesionales de nivel o funcionarios y autoridades, pues en la economía española no existen casi actividades en las que no intervenga la administración de una forma u otra.
En estos casos, ha comentado De Urbano, es muy importante una buena defensa porque entran en juego penas de prisión, inhabilitación profesional o multas muy elevadas. «Es un terreno muy pantanoso por el que moverse».
Pero ahora esto ha ido cambiando y ha nacido lo que el denomina como «derecho penal económico de clase media». Es decir, que en España, donde más del 90% de las empresas son pequeñas y medianas, hay muchos asuntos de este tipo que van de la mano de pequeños empresarios que cometen los mismos delitos que en casos grandes como, por ejemplo, estafas, solvencias punibles o falsedades. «Por lo que el sector del derecho penal económico abre unas posibilidades espectaculares donde cada vez hay más asuntos».
Y por regla general y bajo su experiencia, los acusados no suelen tener antecedentes penales. Aunque ha reconocido que se ha topado con casos de personas que están implicadas en otro delito similar con una condena anterior que finalmente se suspendió porque la pena no llegaba a dos años y pagó las responsabilidades. Pero claro, «ya con un segundo delito, la cosa cambia».
Esto provoca, también, que cada vez haya más asuntos que tienen lugar en una Comunidad Autónoma determinada, una provincia o una ciudad, por lo que las Audiencias Provinciales o los Juzgados de lo Penal están abarrotados.
Por lo que en la Audiencia Nacional se suelen juzgar macrocausas al afectar a diferentes comunidades autónomas.
Las penas no son pequeñas
Las penas a las que se enfrentan los delincuentes no son pequeñas y se dividen en tres tipos: la de privación de libertad, la económica y la privativa de derechos. Y a la hora de aplicarlas, el legislador estudia el perfil del delincuente.
Por ejemplo, si en un caso un profesional tiene 45 años pero no tiene antecedentes penales y quizá no vaya a cometer otro delito en su vida, al jugarse sus cuestiones familiares, personales y reputación, el legislador permite llegar a acuerdos con las conformidades.
«Esto es algo que da mucho juego porque en el delito fiscal, lo que interesa a la Administración tributaria es cobrar y está dispuesto a que la gente no entre en prisión con tal de que se cobre la deuda».
La dificultad de perseguir los delitos penales económicos
Pero estos delitos, al igual que el acoso laboral, son muy difíciles de perseguir. Y De Urbano ha explicado muy bien el motivo: «cuando tienes que meterte en el mundo de las empresas, contratos, creación de sociedades fantasma o con conexiones con paraísos fiscales donde intervienen asesores económicos, jurídicos o fiscales, la protección de las personas que cometen esos delitos es muy grande».
Y aunque son muy difícil de rastrear y es algo que cuesta mucho a las autoridades, ha resaltado el papel tan importante que tiene la Fiscalía Anticorrupción para detectar este tipo de delitos.
Las claves para ganar un caso de penal económico
Estos casos, al ser muy complejos, necesitan de una buena defensa. Eduardo De Urbano, con su amplia experiencia, cree que lo principal para ganar un juicio es que el abogado tenga una buena formación porque esta materia tiene una característica especial.
Pues por un lado, se enfrentan al derecho penal y, por otro, dado que está construido sobre «normas penales en blanco se incorporen al tipo penal normas tributarias, laborales o administrativas».
Pero la experiencia no es el paso de los años, sino el cuajo de los resultados, de destinos y de estudios. Por lo que ayuda mucho toda la formación específica relacionada con el derecho penal económico y también trabajar en proyectos de investigación.
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