La imagen de los tres Reyes Magos adorando al niño Jesús es una de las más conocidas en la tradición cristiana. Imagen: Confilegal.
La tradición de los tres Reyes Magos tiene su origen en el Evangelio de San Mateo, que no dice que fueran reyes
San Mateo, conocido también como Mateo el Evangelista, es considerado el autor de uno de los cuatro Evangelios que componen el Nuevo Testamento.
Antes de conocer a Jesús, Mateo era recaudador de impuestos –inspector de Hacienda se le denominaría hoy–, una profesión muy mal vista en aquella época.
Por una razón muy simple: trabajaban para los romanos y en muchas ocasiones eran acusados de corrupción.
San Mateo cuenta en su Evangelio (9:9) cómo fue captado por Jesús cuando lo vio sentado en el puesto de cobro de impuestos. Jesús se acercó a él y mirándolo le dijo: “Sígueme”. San Mateo se levantó y lo siguió.
San Mateo es a menudo representado con un ángel o un hombre alado, que es el símbolo que se le atribuye tradicionalmente.
Después de la Ascensión de Jesús, se dice que San Mateo predicó el Evangelio a comunidades judías y gentiles, aunque los detalles de sus viajes y su martirio son temas de diversas tradiciones y no están firmemente establecidos en la historia bíblica.
ES EL ÚNICO DE LOS CUATRO EVANGELISTAS QUE CUENTA LA VISITA DE LOS REYES MAGOS
El origen de la tradición que cada año se celebra el 6 de enero en el orbe católico procede de su pluma, pero no es como se conoce hoy en día.
Lo relata en su Evangelio 2 de una forma muy breve.
Según su versión, unos Magos procedentes del Este llegaron a Belén, siguiendo a una estrella. Allí encontraron al niño Jesús y le ofrecieron tres presentes: oro, incienso y mirra.
La mirra es una resina aromática que se obtiene de árboles que crecen principalmente en regiones del este de África y la península arábiga.
San Mateo no especifica el número de Magos, ni sus nombres. Ni dice que fueran reyes.
La idea de que eran tres probablemente se dedujo de los tres tipos de regalos que trajeron consigo.
Se cree que el apóstol Mateo compuso su texto en algún momento del siglo I después de Cristo, posiblemente entre los años 70 y 85 d.C.
Uno de los primeros escritores cristianos, el obispo Ignacio de Antioquía (fallecido en 108), en su epístola a los Efesios, habla de forma elocuente sobre la estrella que condujo los tres Magos a Belén: “Una estrella brilló en la noche más que todas las otras estrellas. Su luz era indescriptible, y su extrañeza producía maravilla. Y todas las demás estrellas con el sol y la luna formaron un coro alrededor de esa estrella que las superaba a todas”.
La exageración y glorificación de la historia de los Magos ya había comenzado.
Sobre el siglo III d.C los eruditos cristianos comenzaron a contar que los Magos eran reyes, refiriéndose a profecías como el Salmo 72, que habla de reyes trayendo regalos, e Isaías 60, que habla de naciones y reyes viniendo al brillo del amanecer de Jerusalén y trayendo oro e incienso.
En el siglo VI d.C. ya se creía, de forma generalizada, que los Magos eran tres reyes. Además, se les dieron los tres nombres que conocemos hoy: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Estos nombres y los detalles sobre sus reinos e historias se elaboraron en escritos cristianos posteriores y en leyendas medievales.
No a partir del texto original del Evangelio de San Mateo.
Con ello, la adoración de los Magos al niño Jesús se convirtió en un tema central en el arte cristiano.
La Epifanía, que se celebra el 6 de enero, conmemora su visita al niño Jesús en las tradiciones cristianas.
La representación de los Magos como reyes de diferentes partes del mundo también llegó a simbolizar la universalidad del reinado de Cristo y la inclusión de los gentiles en el cristianismo.
Y así nació la tradición que hoy celebramos cada año en España. La más deseada por los niños de nuestro país.
ESTE ES EL RELATO DE SAN MATEO CONTENIDO EN SU EVANGELIO
La historia original, según San Mateo, es esta:
“Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.
“Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías.
“Ellos le contestaron: ‘En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel’.
“Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella.
“Después los envió a Belén y les dijo: ‘Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje’.
«Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
“¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
“Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino.
“Después de marchar los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo’.
“José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de Egipto a mi hijo.
“Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores.
“Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Jeremías: En Ramá se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos: es Raquel que llora a sus hijos: éstos ya no están, y no quiere que la consuelen.
“Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño’.
“José se levantó, tomó al niño y a su madre, y volvieron a la tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao gobernaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Conforme a un aviso que recibió en sueños, se dirigió a la provincia de Galilea y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: Lo llamarán ‘’Nazareno’”.
Noticias Relacionadas:
