Confilegal ha entrevistado Héctor Melero, el primer fiscal invidente que hay en España que aprobó la oposición en 2020. Foto: Captura de pantalla de un vídeo de la FGE.
Entrevista | Héctor Melero, fiscal invidente, tras la eliminación del término ‘disminuido’: “Es un cambio fundamental, nadie utiliza esa palabra”
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23/1/2024 00:45
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Actualizado: 23/1/2024 00:57
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El pasado jueves, el Congreso aprobó en pleno extraordinario la proposición de reforma del artículo 49 de la Constitución Española para eliminar el término ‘disminuido’. Recibió 312 votos a favor y 32 en contra de los diputados de Vox.
Se sustituirá por la expresión «personas con discapacidad».
Una lucha que lleva años sobre la mesa y que por fin, se hará realidad. Ahora la Cámara Baja remitirá el texto al Senado donde previsiblemente se aprobará tras el acuerdo de PSOE y PP de no aceptar enmiendas de otros grupos parlamentarios.
Por este motivo, Confilegal ha entrevistado a Héctor Melero, el primer fiscal invidente que hay en España y que aprobó la oposición en 2020. Ha explicado su opinión al respecto, el motivo por el cuál cree que han tardado 20 años en llegar a esta conclusión y las barreras que ha encontrado tanto en la oposición como en su día a día.
¿Qué supone la modificación del artículo 49 suprimiendo el término disminuido?
Para mí supone un pequeño cambio que adapta la Constitución a la realidad que vivimos todas las personas con discapacidad. Es una modificación fundamental.
Las palabras son muy importantes porque son el medio por el que transmitimos nuestro mensaje, y las personas ciegas, como es mi caso, más. El término disminuido es algo que hoy en día, en 2024, no se usa, nadie llama a una persona con discapacidad disminuida o subnormal, por ejemplo.
Entonces, si nadie dice esa palabra, ¿cómo va la utilizar la Constitución, que es la norma suprema que todos respetamos por ser la más importante de nuestra democracia?
¿Y por qué cree que se ha tardado 20 años en llegar a esta conclusión? Esto no es un debate de ahora.
En mi opinión, porque hoy en día los consensos en política son muy complicados debido a la polarización existente. Y, también, porque cuando algo está y no se utiliza o no es útil, no se entiende la necesidad urgente de cambiarlo.
«Se ha conseguido gracias a la presión de muchas entidades del colectivo de personas con discapacidad»
No deja de ser el artículo 49 un principio rector de la política social y económica, pero la Constitución no se aplica todos los días en los juzgados ni se basa nada en ese término.
Se ha conseguido gracias a la presión de muchas entidades del colectivo de personas con discapacidad como la ONCE, que es el quinto empleador más grande de España.
Usted es el primer fiscal invidente.
Sí, ese privilegio lo tuve yo, que aprobé el 16 de septiembre de 2020 a los 26 años. Era algo que iba a pasar porque cada vez la integración de personas con discapacidad es una realidad.
Realidad que permite que cada vez podamos desempeñar puestos de mayor responsabilidad que derivan de una carrera muy estudiada para personas ciegas, que es ser miembro del Ministerio Fiscal.
Y al final lo conseguí, pero seguramente pronto haya alguien que se una en este honor de ser ciegos y miembros del Ministerio Fiscal.
Pero hasta 2014 no se permitía acceder a la Carrera Judicial y Fiscal a personas invidentes. ¿Cuál es su opinión al respecto?
No es que se permitiese ni se dejase de permitir, creo que había una laguna legal que decía que a las personas con discapacidad que quisieran acceder se valoraría si tenían las aptitudes psíquicas y físicas para desempeñar el cargo.
El problema que teníamos es que, una vez aprobados, tenían que decir si una persona ciega lo podía ser, o no, con el riesgo que conlleva estudiar una oposición tan dura y que luego te dijesen que no eras apto.
«El problema que teníamos es que, una vez aprobados, tenían que decir si una persona ciega lo podía ser, o no»
Fue una modificación que propuso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en un informe de Juan Manuel Fernández Martín, presidente del Foro Justicia y Discapacidad y vocal del Consejo por una petición de Gabriel Pérez, que es un amigo mío, también invidente, y que empezó a estudiar las oposiciones.
Hablaba antes de lo duras que son estas oposiciones. ¿Usted ha encontrado alguna dificultad añadida?
Tardé 5 años, empecé en el último año de carrera. Fue una época dura pero muy emocionante y enriquecedora.
Dura por lo propio de la oposición, son mastodónticas con 325 temas. Emocionante porque al final, aprobar o suspender, como en mi caso, tres convocatorias, te enseña a sobreponerte de los palos y aprender a gestionar el éxito, que es aprobar.
Es enriquecedora porque cultiva a uno como persona y hace que cada día tengas que esforzarte para sacar lo mejor de ti.
En cuanto a barreras, siempre hay, pero se pueden superar, no son barreras insalvables. Por ejemplo, había un problema a la hora de tener los temas en formato accesible. En mi caso, el padre de Gabriel escaneó todos los temas y también me los envió un magistrado que redacta el temario sólo para uso propio de forma adaptada.
¿Y en cuanto a barreras arquitectónicas, considera que todos los juzgados están bien adaptados?
Ahora estoy en la Ciudad de la Justicia de Valencia y en los Juzgados de Sueca. Respecto a la primera, es inmensa, pero tengo la suerte de tener una funcionaria que me ayuda a desplazarme por el edificio, sería muy complicado.
Y en Sueca es más recogido y estoy más tranquilo. Me acompañan pero es diferente, es un pueblo pequeño y es más familiar.
¿Qué es lo que cree que queda por hacer?
Siempre nos queda mucho por hacer en materia de igualdad, tanto en violencia de género como en situación de personas con discapacidad. En mi caso, pues que no haya barreras arquitectónicas en las salas de vistas o que los programas informáticos sean 100% accesibles, que muchas veces no lo son y te tienen que ayudar.
Al final te das cuenta de que las cosas se adaptan cuando llega una persona que necesita ciertas cosas adaptadas.
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