Sobre estas líneas, algunas de las mujeres israelíes secuestradas tras el ataque de Hamas del pasado 7 de octubre. Foto: https://english.jagran.com/world/israel-gaza-under-attack-hamas-palestine-tel-aviv-military-operation-operation-iron-swords-benjamin-netanyahu-london-celebration-metropolitan-police-10105820#google_vignette.
Violaciones masivas de mujeres y hombres, un informe israelí ante la ONU detalla las atrocidades sádicas cometidas en el ataque de Hamas
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23/2/2024 06:30
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Actualizado: 23/2/2024 09:54
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Los terroristas de Hamás introdujeron cuchillos y granadas en los genitales de algunas víctimas de violación israelíes y ejecutaron a otras tras violarlas en grupo delante de sus familias, según revela un nuevo y estremecedor informe sobre los ataques del 7 de octubre.
Mujeres, niños y hombres sufrieron una violencia sexual «sádica» tanto durante la invasión del sur de Israel como en calidad de rehenes en Gaza, afirma la ONG Asociación de Centros de Crisis por Violación en Israel (ARCCI), en un informe presentado el pasado miércoles ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
DELITOS DE LESA HUMANIDAD
La descripción de los hechos descritos encajan en lo que son delitos de lesa humanidad contemplados en el artículo 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
Dicho artículo incluye la «violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización forzada, u otras formas de violencia sexual de gravedad comparable» cuando se cometen como parte de un ataque generalizado o sistemático contra cualquier población civil.
«En muchos casos se trata de ataques atroces contra mujeres y niñas, incluido un caso en el que se ocultó un cuchillo en un órgano genital», señala el informe de esta ONG israelí.
«Las prácticas brutales aplicadas el 7 de octubre, como la mutilación genital de niñas, mujeres y hombres, los disparos y la inserción de armas, estaban diseñadas para destruir e infligir un terror sádico», afirma.
Los terroristas «persiguieron a mujeres y hombres jóvenes que huían del festival de Nova» y «los arrastraron por el pelo entre gritos», según el informe.
La mayoría de las víctimas de agresiones sexuales fueron luego asesinadas «después o durante la violación», revela.
Un superviviente del festival de música Nova relató a ARCCI que vieron un «apocalipsis de cuerpos, chicas sin ropa, a algunas les faltaba la parte superior, a otras la inferior».
Gad Liberson, otro superviviente de Nova, relató que oyó a chicas «llorando».
«Sonaba como si las estuvieran violando», explica la organización.
«Las llevan a las camionetas, lloran, gritan. Les disparan. Oí voces de hombres gritando y, cuando oí los disparos, enseguida dejaron de gritar. Oí a las chicas durante mucho tiempo».
«Los testimonios publicados indican que tanto hombres como mujeres fueron agredidos sexualmente durante el cautiverio», afirma el informe
Otro testigo explicó: «Allí había chicas con la pelvis simplemente rota de tanto violarlas».
También se encontraron hombres con los órganos genitales cortados y heridas de bala que habían sido dirigidas sobre sus órganos sexuales, según el informe de la ARCCI.
EN EL 90 % DE LOS CASOS LAS VÍCTIMAS FUERON VIOLADAS EN GRUPO DELANTE DE SUS SERES QUERIDOS
Las personas que retiraron los cadáveres del recinto del festival también declararon a la ARCCI que encontraron «muchos cuerpos que llegaban parcialmente vestidos o sin ropa» con «fuertes hemorragias en la zona pélvica y mutilación de los órganos genitales.»
Las personas que retiraron los cadáveres también hallaron pruebas de agresiones sexuales en el interior de las viviendas de los kibutzes cercanos, con los cuerpos de muchas mujeres y niñas violadas en sus dormitorios. Estaban parcialmente vestidas en pijamas, algunas con cuchillos clavados en sus órganos sexaules y restos de semen, según ARCCI.
También fueron encontrados cadáveres de mujeres con clavos y granadas en sus genitales: Varios cadáveres presentaban «trampas explosivas» en su interior, según la organización.
En aproximadamente el 90 % de los casos, las víctimas fueron violadas en grupo delante de otras personas, incluidos sus propios familiares, según cuentan las autoras, la doctora Carmit Klar-Chalamish y Noga Berger, que citan varios testimonios.
Aviva Sigal, una excautiva, contó que vio a una mujer joven inmediatamente después de ser agredida. Los terroristas convertían a los rehenes de ambos sexos en «marionetas en una cuerda», declaró a la ARCCI
También hallaron israelíes agredidos sexualmente y con disparos en los genitales en bases militares, según la ARCCI.
Las autoras del informe cuentan que los rehenes israelíes sufrieron violencia sexual y temen que «aún [estén] expuestos a sufrir abusos sexuales en cualquier momento».
«Los testimonios publicados indican que tanto hombres como mujeres fueron agredidos sexualmente durante el cautiverio», afirma el informe.
Aviva Sigal, una excautiva, contó que vio a una mujer joven inmediatamente después de ser agredida. Los terroristas convertían a los rehenes de ambos sexos en «marionetas en una cuerda», declaró a la ARCCI.
Según el informe israelí, presentado ante la ONU y ante los investigadores de Naciones Unidas que llevan a cabo una investigación similar, la violencia sexual y de género se produjo en cuatro lugares principales: un festival de música en el que murieron más de 360 personas; comunidades cercanas a la frontera de Gaza; bases militares israelíes que fueron invadidas por Hamás; y lugares donde había rehenes en Gaza.
Varios informes, han revelado que las agresiones sexuales formaron parte de la atrocidades cometidas por el grupo militante palestino Hamás y otros grupos, que mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron unos 250 rehenes el 7 de octubre.
Más de 100 rehenes fueron liberados durante una semana de alto el fuego. Algunos de los rehenes han descrito haber sido manoseados o maltratados por sus captores.
Hamás ha rechazado las acusaciones de que sus hombres armados cometieron agresiones sexuales.
La jurisprudencia desarrollada en tribunales como el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia y el Tribunal Internacional para Ruanda, con la participación de juristas como la magistrada Elizabeth Odio, ha sido fundamental en el reconocimiento de las violaciones y otros actos de violencia sexual como crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad.
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