Claves del éxito de abogados penalistas
Los abogados penalistas Marta Moreta y Luis Romero explican las claves de éxito y los desafíos en esta materia.

Claves del éxito de abogados penalistas

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25/2/2024 06:31
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Actualizado: 25/2/2024 12:18
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Marta Moreta es una abogada penalista que cuenta con una larga trayectoria profesional. Su punto de inflexión en su carrera fue la defensa como acusación particular de un homicidio. Vio el sufrimiento y la lucha de la familia del fallecido porque se aplicara la ley. 

“No había ánimo de revancha, ni de odio, ni de rencor, sólo que se aplicaran las normas de convivencia”.

En esos momentos, aprendió a valorar la confianza que tienen los ciudadanos en la ley para poder cerrar duelos y la necesidad de todos los operadores jurídicos de no fallarles. “Tenemos la obligación de estar a la altura” pero “no debemos confundir la obligación de aplicar la ley con la manida frase de ‘que se haga Justicia’.

Desde la carrera tuvo claro que se quería dedicar al Derecho Penal. Para ella, la clave del éxito se fundamenta en un estudio exhaustivo de la causa. “Una frase y su interpelación puede llevar a una absolución”.

También, considera que es muy importante recurrir a profesionales de otras áreas en las que no está especializada. Ya sean médicos, informáticos, economistas, contables o especialistas en ciberseguridad. “Como abogado puedes conocer las leyes, pero no puedes conocer el funcionamiento de todos los bienes jurídicos que protegen las normas penales”.

Como ejemplo, la letrada puso “algo tan sencillo y tan habitual como un mensaje de WhatsApp”. Necesitaría especialistas informáticos o de ciberseguridad para saber cómo funciona la mensajería, la capacidad de manipulación, cuál sería la forma certera de conocer quién ha sido el emisor o el receptor y su contenido real. 

Otra de las claves es “buscar las debilidades de la postura del contrario para atacarlas”.

Marta Moreta, abogada, especialista en Derecho penal y matrimonial. Foto: Confilegal.

El mayor desafío, el trabajo diario

Para Moreta, su mayor desafío en la profesión es el trabajo diario. “Cada día en el despacho es completamente distinto del anterior. Cada día defendido es único y tiene sus circunstancias personales y jurídicas. Cada asunto requiere un estudio personalizado. Mi desafío continuo es seguir creciendo en la defensa de los intereses de los clientes”. 

Preguntada por cómo se mantiene actualizada con las nuevas leyes y jurisprudencia, la letrada comenta que “es vivir en una universidad eternamente. Es un estudio diario» porque “cada asunto que entra en el despacho es distinto al anterior”.

También hay que estudiar las fórmulas para interrogar, los momentos en los que lanzar las preguntas o la validez y la eficacia de las pruebas.

Aconseja a los abogados penalistas que están comenzando su carrera mantener la serenidad y no perder el foco. “Del resultado del juicio depende su libertad, que es el bien más importante de nuestra vida. Y la presión por parte del defendido es muy elevada”. 

También destaca la importancia del vocabulario y la oratoria. Hay que defender tu postura sin insultar, menospreciar, ni humillar al contrario ni a los testigos. “Para Juzgar están los magistrados, nosotros exponemos hechos e interpretamos pruebas, no calificamos y mucho menos descalificamos”, concluye.

El abogado Luis Romero y el arte de interrogar

El letrado Luis Romero, que lleva 33 años ejerciendo, decidió ser abogado cuando estaba estudiando la historia de Roma en el colegio. Le parecía apasionante el trabajo de los abogados y, en concreto, de los penalistas cuando defendían a un acusado.

Le sorprendía el arte de interrogar, de convencer, y la oratoria para persuadir a los jueces y ganar. Eso hacía en Roma que los buenos abogados fuesen bien considerados en la sociedad.

Al fin y al cabo, cuando defiendes a alguien, esa persona se está jugando lo más grande que tiene, que es su libertad, el patrimonio y el honor. “Para mí es un reto, pero cuanto más difícil sea, mejor”.

Luis Romero, abogado penalista, doctor en Derecho y profesor de la Universidad del Sevilla y de la Rey Juan Carlos.

Para Romero, la clave del éxito es mantener siempre la ilusión desde el principio y tener claro desde la facultad que tu misión es ponerte la toga y defender. Al igual que también considera importante “creer en ti, no tener inseguridad y tratar bien a la gente”. Pues “el abogado podrá tener más éxito si hace que su cliente le diga la verdad y entrar, en parte, en su mente”. 

Pero sobre todo, recalca que es importante “que el letrado sepa escuchar a su defendido porque” eso puede ser la clave para ganar un caso.

El caso más duro que ha llevado fue uno que se juzgó en tres días en la Audiencia Provincial de Sevilla. «Yo sabía que era inocente y su mujer le acusó de agresión sexual en el matrimonio y haberla amenazado con un cuchillo. Pensábamos que estaba ganado porque hubo muchas contradicciones por parte de la presunta víctima».

Pero contra todo pronóstico, continúa, le condenaron a 6 años y medio de prisión. Y aunque luego el Tribunal Supremo revocó la condena, salió absuelto y le indemnizaron con 50.000 euros, nunca se le olvidará la frase de su cliente: «Luis, no iré a la cárcel, pero tengo una condena mayor, llevo 6 años sin ver a mis hijos».

Las formas de los jueces en Sala

Para él, en su profesión hay dos desafíos. Por un lado, aquellos clientes que no saben corresponderte en la confianza o respeto y, por otro lado, la Administración de Justicia. 

“Hay jueces -que no todos- que te coartan a veces tu libertad de ejercicio y defensa injustamente»” ya que a veces «. E incluso en ocasiones «te interrumpen o te faltan al respeto”.

Y ahí el abogado no debe callarse, tiene que replicar y mostrar no estar conforme con las formas, matiza. 

Respecto a los fiscales, comenta que “muchas veces acusan por acusar porque la mayoría no se lo toman en serio y no estudian lo que tienen que estudiar. Es como que para ellos muy fríamente ven que alguien tiene que pagar o ir a prisión. Por eso es tan importante el papel de los abogados defensores”.

En cuanto a los cambios legislativos en esta materia, Romero cree que no hay tantos. Sabe lo que dice el Código Penal sobre los delitos y lo aplica a sus casos. «Y en el Derecho Procesal Penal casi no ha cambiado nada, los últimos cambios han sido que al investigado se le llama así en vez de imputado y que al acusado se le llama encausado».

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