Amenazas de clientes, un clásico al que se tienen que enfrentar los abogados en el ejercicio de su profesión
Muchos de estos casos acaban en los tribunales tras las denuncias interpuestas por parte de los abogados. Foto: Confilegal

Amenazas de clientes, un clásico al que se tienen que enfrentar los abogados en el ejercicio de su profesión

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04/4/2024 06:30
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Actualizado: 03/4/2024 23:16
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Los abogados, a lo largo de su carrera profesional, se enfrentan a un sinfín de situaciones de tensión y conflicto. Tanto, que incluso tienen que soportar cómo clientes insatisfechos les amenazan causándoles miedo y ansiedad.

Y muchos de estos casos acaban en los tribunales tras las denuncias interpuestas por parte de los letrados.

Por ejemplo, el titular del Juzgado de Primera Instancia e instrucción Nº3 de Mérida, José Agustín Agenjo, condenó a una mujer a pagar 360 euros a su abogada por un delito de amenazas leves. Le enviaba correos electrónicos intimidatorios. 

Concretamente le dijo: “por mis muertos que vais a sufrir, quiero verte cara a cara, no saldrás de rositas, nos veremos algún día». 

Según el fallo de la sentencia dictada el 21 de marzo de 2024, el juez también le impuso una orden de alejamiento (150 metros) y la imposibilidad de comunicarse con ella en un periodo de seis meses. 

El 15 de mayo de 2019, el titular del Juzgado de Instrucción Nº8 de Málaga, Juan Pedro Jiménez, condenó a un hombre por amenazar y agredir a su abogado de turno de oficio durante una reunión en la que preparaban el caso. Le tuvo que pagar 720 euros por un delito leve de malos tratos y otro leve de amenazas. 

Golpes, tiros en la cabeza…

Además, el juez le impuso la prohibición de acercarse a la víctima durante seis meses.

Le insultó, le golpeó, y se le encaró lleno de ira acercándose rostro en actitud desafiante. Le mostró la dentadura y le dijo reiteradas veces que le iba a morder. Tras la amenaza, el cliente le dio dos golpes en la espalda y le desafió: “ahora me denuncias”. 

En noviembre de 2021, el Juzgado de Instrucción Nº2 de Salamanca condenó a un hombre a pagar 360 euros a su abogado por amenazas leves. Le dijo por correo electrónico que le iba a dar un tiro en la cabeza si no seguía la línea de defensa que él pretendía. 

“Es mi derecho para poder tener una defensa con garantías según nuestra sociedad, si me tortura, le aviso que lo mato”, relató textualmente.

Este condenado se enfrentaba a cinco años de prisión y el pago de una multa de 12.960 euros por delitos de calumnias, injurias y atentado a la autoridad tras crear, supuestamente, un blog en el que llamó “corruptos y delincuentes” a una juez y a un mando de la Guardia Civil de Vitigudino. 

Estos son sólo algunos de los ejemplos de la gran cantidad de casos que hay.

Los abogados sufren ansiedad por las amenazas

Virginia de la Cruz Burgos, presidenta de la Asociación de Letrados y Letradas por un Turno de Oficio Digno (ALTODO) ha explicado a Confilegal que, desgraciadamente, esto es un habitual, así como las palabras malsonantes con las que se dirigen los clientes.

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Virginia de la Cruz Burgos, presidenta de ALTODO.

«El problema que tenemos en el Turno de Oficio es que cuando nos designan a un cliente, no podemos renunciar y hay que aceptar el caso, muchos de ellos son conflictivos». De modo que a veces tienen que seguir adelante con clientes que se lo hacen pasar muy mal: «entendemos que somos víctimas».

De la Cruz considera que no están bien respaldados. «Llevamos años pidiendo que, por lo menos, a efectos del Código Penal se nos considere autoridad como a los profesores o al personal sanitario si recibimos amenazas o agresiones». Ya que, de esta manera, estarían mucho más protegidos.

Por otro lado ha explicado que el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) tiene el Departamento de Defensa de la Abogacía al que suelen acudir en estos casos. «La única vía es esta o presentar una denuncia contra el cliente».

Asimismo, ha comentado que estas situaciones traen consigo mucho estrés y ansiedad, algo que reconoce que hablar de ello todavía es tema tabú. «Se supone que te dicen que hay que ser fuertes, hacerse una coraza, pero esto te asusta a ti y a tu familia que afecta a tu vida. Hay miedo».

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