Historia de una traición: El virrey Eslava fue quien borró la hazaña de Blas de Lezo en Cartagena de Indias
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27/8/2024 05:35
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Actualizado: 28/8/2024 16:40
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La “Armada Invencible” con la que el almirante británico, Edward Vernon, pretendió conquistar Cartagena de Indias en 1741 estaba compuesta por 180 navíos.
50 barcos menos que la Armada Invencible de Felipe II que trató de invadir Inglaterra en 1588. Fue la más grande reunida por ese país hasta el desembarco de Normandía, en 1944, 200 años después, en la Segunda Guerra Mundial.
Una Armada, compuesta por 23.600 hombres, que fue derrotada, en su asedio, por 2.830 hombres, españoles peninsulares y americanos, al mando del teniente general de la Real Armada española, don Blas de Lezo y Olavarrieta, apodado “medio hombre”. Porque le faltaba una pierna, un brazo y un ojo.
QUÉ HUBIERA PASADO SI LOS INGLESES HUBIERAN TENIDO ÉXITO
Si Vernon hubiera capturado Cartagena de Indias habría cortado las rutas comerciales críticas entre el virreinato del Perú, Nueva Granada (actual Colombia), y Nueva España (México), afectando gravemente el flujo de riquezas como el oro y la plata hacia España.
Los británicos habrían tenido un control casi total del Caribe, dividiendo el imperio español en América, aislando al virreinato del Perú y facilitando la conquista de más territorios. Su dominio con seguridad podría haber conducido a cambios culturales y lingüísticos.
De haber ocurrido, Cartagena de Indias, Colombia y todos los territorios colindantes posiblemente hoy hablarían solo inglés.
Hoy no cabe la menor duda de que aquellas tropas españolas peninsulares y americanas que hicieron frente a los británicos obtuvieron la victoria, tras dos meses de asedio, gracias a la dirección y a la inspiración de Blas de Lezo.
EL VIRREY ESPAÑOL FORJÓ UN RELATO EN EL QUE SE ATRIBUYÓ TODO EL MÉRITO
El culpable de ese olvido no fue otro que el virrey de Nueva Granada, Sebastián de Eslava y Lazaga, quien se encargó de forjar un relato que poco tuvo que ver con la realidad de lo ocurrido.
Desde el comienzo del asedio británico, existieron desacuerdos significativos entre Eslava y Lezo sobre la estrategia defensiva de Cartagena.
La tensión entre ambos se exacerbó cuando, tras la victoria, Eslava atribuyó todo el mérito de la defensa exitosa a sí mismo, minimizando y hasta ignorando el papel fundamental de Lezo.
Eslava, utilizando su posición de poder como máxima autoridad en la región, controló la narrativa oficial de los acontecimientos.
Redactó informes y despachos al rey y a la corte española que presentaban la victoria como el resultado de su propio liderazgo estratégico, relegando el papel de Lezo a un segundo plano.
Además, el virrey descalificó a Lezo enviando al Rey Felipe V informes que contenían falsedades y acusaciones infundadas contra el almirante, lo que ayudó a mantener a Lezo en la sombra.
BLAS DE LEZO HABRÍA SIDO JUZGADO POR INSUBORDINACIÓN E INCOMPETENCIA
La muerte prematura de Lezo, debilitado por las heridas y las enfermedades tras la batalla –3 meses y 16 días después de la victoria, el 7 de septiembre de 1741, con 52 años, debilitado por sus heridas y enfermedades– impidió que pudiera defenderse de las acusaciones de Eslava y contar su propia versión de los hechos.
De hecho, 44 días después, el 21 de octubre de 1741, se emitió una Real Orden que relevaba a Lezo de todos sus cargos, ordenando que regresara a la península para ser juzgado.
Lo que le hubiera esperado a Lezo de haber vivido habría sido un juicio en España por insubordinación e incompetencia.
«La campaña de “fake news” orquestada por Eslava contra Blas de Lezo llegaron a incluir acusaciones de cobardía y “desequilibrio mental”»
Eslava acusó a Blas de Lezo de no seguir sus órdenes durante el asedio británico. Afirmó que el teniente general de la Real Armada española actuó por cuenta propia y no respetó la cadena de mando cuya cúspide era él.
El perfil que el virrey pintó de Lezo era el de un comandante incompetente e ineficaz que había puesto en peligro la defensa de la ciudad con sus decisiones.
La campaña de “fake news” orquestada por Eslava contra Blas de Lezo llegaron a incluir acusaciones de cobardía y “desequilibrio mental”.
En caso de haber sido juzgado, un veredicto en su contra podría haber tenido consecuencias severas, incluyendo la pérdida de honor, títulos, y beneficios, así como posibles penas de prisión o destierro.
EL DESENLACE DEL JUICIO NO ESTABA ASEGURADO
Sin embargo, el resultado del juicio –los juicios y las guerras se saben siempre como empiezan, pero nunca como acaban–, hay que decirlo, podría haberle salido por la culata al virrey Eslava.
Blas de Lezo, durante todo el asedio británico, fue cumplimentando un diario en el que relató, día tras día, sus planes, sus cálculos previos, que coincidieron con lo sucedido después, y las decisiones tomadas por el virrey.
Sea como fuere, la desaparición del teniente general le vino bien a Eslava.
Fue ascendido a capitán general del Ejército, fue ennoblecido con el título de marqués de la Real Defensa, en reconocimiento a su papel en la defensa de la ciudad.
Además, fue compensado con una encomienda en la Orden de Santiago, una de las órdenes militares más prestigiosas de España que incluía tierras y beneficios económicos.
A lo que hubo de sumar proclamas de agradecimiento y honores en reconocimiento a su papel en la defensa de Cartagena de Indias, lo que ayudó a construir una imagen de héroe de su persona.
CARLOS III RECONOCIÓ LA GESTA DE BLAS DE LEZO 29 AÑOS DESPUÉS
Tuvieron que pasar 10.592 días –29 años–, en 1770, para que la Corona reconociera públicamente el papel del teniente general Blas de Lezo en la gesta heroica de Cartagena de Indias.
Carlos III, sucesor de Felipe V, otorgó al hijo del marino, Blas Fernando de Lezo y Pacheco, que tenía 20 años cuando sucedió todo, el título de marqués de Ovieco como reconocimiento a los servicios prestados a la corona por el teniente general.
Dos años después, en 1772, el nuevo marqués fue nombrado maestro de ceremonias de la Orden de Carlos III y en 1789, ministro plenipotenciario en Nápoles, cargo que no llegó a ejercer por su muerte.
A pesar de ese reconocimiento real, sin embargo, la memoria de la gesta de Blas de Lezo venciendo a la “Armada Invencible” del almirante Vernon –los ingleses ocultaron esta deshonrosa derrota en su historia– no fue recordada en España.
Ha sido en nuestro tiempo cuando se ha recuperado a uno de los grandes marinos y militares españoles que impidieron, con su entrega, que cambiase el rumbo de nuestra historia.
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